- Un poco más a la derecha, la cabeza ladeada. Mírame pero como si no me vieses. La mano suelta, pero sin presión, como si flotase en el aire. Así, muy bien. Ahora estate quieta.
Y sus manos dieron arte. Una pincelada, otra. El lienzo cobró vida y lo que era un fondo vacío ahora mostraba la imagen de una joven bella, una joven de 23 años con el pelo ondulado y ojos almendrados.
- Has terminado ya? Estoy cansada de ésta posición, ya no me siento el brazo - contesta la joven.
- Espera, dame 5 minutos más. Abre un poco la blusa y sonríe. Así, estás divina. Eres un ángel - contesta Sergio, dando las últimas pinceladas conteniendo sus impulsos de bolear el lienzo y hacerse con esa hembra.
Ya está, puedes incorporarte y vestirte.
La joven se levanta, le mira fijamente, se acerca despacio a su oído y entre susurros le dice:
"¿de verdad quieres que me vista?"
No, claro que no quería que se vistiera. Lo estaba deseando desde el primer momento que la vió entrar en clase. Aún no era alumna suya pero él ya sabía quién era. Mucho antes de que ella se fijase en él. No fue casualidad que se encontrasen en el parque. No era casualidad que en este momento la tuviese entre sus brazos. Como tampoco sería casualidad que se enamorasen.
Claro que ella no sabía su verdadera historia, como tampoco sabía lo cruel y manipulador que podría llegar q ser. Pero ya se enteraría, ya... Y entonces sus ojos almendrados pasarían a un castaño más oscuro.
Editado: 02.11.2019