La diosa Andrómeda, diosa creadora de cada humano en particular, se cansó de ser ignorada y menos preciada por los humanos, por lo que decidió cambiar las cosas. Mil años antes la diosa del futuro, Casandra, presagió algo que pasaría muchos años después, y dijo así:
Cuándo el sol más se acerque
Y los humanos menos piensen,
Cuándo el mayor sopese
Y tus hermanos más toleres,
Crearás el recor y los celos,
La astucia, el miedo y los duelos.
La pobre diosa, con miedo a hacer daño a su, entonces preciada, creación fue siempre con cuidado, ¡¿cómo iba ella a hacer daño a algo en lo que se esmeraba tanto?! A cada persona le ponía su toque después de que sus ayudantes casi los tuviesen creados, a unos unas cuantas gotitas de amor o de resentimiento hacia las verduras, era un trabajo que realmente amaba.
Pero la diosa Casandra tenía razón, Andrómeda se esmeraba por crear personas bellas por dentro o por fuera, pero los humanos eran codiciosos ya entonces y lo querían todo, si eran buenos luchando y no eran guapos querían serlo, y viceversa, nunca estaban contentos con las bendiciones de la diosa. Esta, como venganza por la poca consideración y adoración hacia su persona, decidió crear una nueva generación de humanos, rencorosos, con miedos, astucia, celos y duelistas, tal y como Casandra predijo.
El primer humano de esa generación fue llamado Ismael, criado por Paloma y Andrés, dos campesinos de Grecia. El niño tenía tenía tantos celos, rencor y miedo hacia sus padres que un día, a los catorce años, los mató. Sus padres eran buenas personas, pero el miedo y los celos hicieron a Ismael desconfiar de ellos. Zeus no podía conseguir que en la nueva generación de humanos estos se maltrataran unos a otros, por ello, hizo prometer a Andrómeda que no existiría ningún humano más de esa generación, lo que Zeus desconocía es que ella seguiría creándolos, pero esta vez reduciría la cantidad de cada cosa para, de esa manera, no meterse en más problemas.
Un día un descendiente de Ismael llamado Abraham, decidió rezar a la diosa pidiendo paz para su familia, la cual había sido casticada por Andrómeda por generaciones, ella, conmovida por el primer rezo sincero de generaciones, dejó de castigas a esa familia, pero nunca dejó de crear humanos celosos y rencorosos, decidió hacerlo en menor medida, aquella gente que había sido buena y había ayudado a los demás tendría una buena descendencia, con gente bondadosa y generosa, mientras que aquellos que no habían sido buenas personas o bien no tendrían descendencia o bien serían levemente castigadospor la diosa hasta que alguien de esa familia hiciera buenas obras.