Historias Cortas De Terror

La voz que venía del osito de mi infancia

 

Mi familia y yo estábamos a punto de mudarnos de la casa en la que habíamos vivido toda la vida hasta mis 16 años. Como te imaginarás, nos daba pena dejar atrás tantos recuerdos. Unos días antes de la mudanza decidí rememorar algo que solía hacer de pequeña: meterme en el almacén/armario que tenemos debajo de las escaleras y ponerme a leer con una linterna. Allí me sentía como en un refugio y como guardábamos un montón de colchas y peluches, era perfecto para reclinarse y leer.

Al cabo de media hora me moví un poco para ponerme cómoda y, de repente, escuché una voz suave, lenta y rasgada que me susurró al oído «siempre me haces feliz». Del susto que me pegué me golpeé la cabeza con el techo y casi rompo la puerta para salir de ahí. Después de hiperventilar y de explicarle a mi familia por qué tenía la cara blanca, descubrimos que la voz venía del osito de peluche que me compraron cuando tenía tres años y que habla cuando le presionas la barriga. Debí de reclinarme sobre él sin querer, pero cuando lo volví a apretar no volvió a emitir sonido alguno

 




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