Enrique

Tenía un peluche de "Enrique", era mi favorito. Todo lo hacía con él, era mi peluche favorito, dormía con él, jugaba y algunas veces hacíamos grandes aventuras. Era el favorito, y claro era el favorito porque amaba Plaza Sésamo, y ahí salía con él.

Todo empezó cuando tenía cinco o seis años, a mi papá no le gustaba "Enrique", pero aún así lo aceptaba.

Una noche, me contó mi papá y mamá, qué desperté llorando. Ya no quería dormir.

– ¿Que pasó? – hablo mi papá.

– No sé... Tengo miedo.

– tranquila, fue un mal sueño. No tengas miedo - me habló mi mamá.

Yo ya no quería dormir, cada noche, era lo mismo, antes de dormir lloraba. Mi papá no decía nada, sólo me abrazaba y mi mamá trataba de tranquilizarme.

Yo recuerdo muy poco de esos días, pero mis papás dicen que casi fue un mes así, donde yo no quería dormir y lloraba.

Papá me contó qué un día vió a "Enrique" sonreír mientras yo lloraba, y fue cuando decidió sacar a "Enrique" de mí cuarto.

– hoy "Enrique" dormirá en la sala" – dijo mi papá, mientras lo sacaba de mi cuarto y se lo llevaba, era antes de la hora de dormir.

Lo había dejado en la sala. Mi papá y mi mamá habían hablado de esto, y mi papá cómo creyente de lo paranormal, pensó que ese "Enrique" podía estar poseído o algo así. Porque cuándo lo saco de mi cuarto, vió como su rostro amigable del peluche, se volvió torcido y enojado.

Mi mamá no le dio mucha importancia a ese suceso, pero después de lo que pasó esa noche, empezó a creer lo mismo que mi papá. Había dormido bien, ya no había llorado, y todo estaba tranquilo. Mi papá, fue a revisar mi cuarto para ver cómo seguía y fue cuando se dió cuenta que "Enrique" estaba en mi cama, a mí lado, papá dice que yo empecé a llorar dormida y me movía inquieta. No dudo en entrar y sacar a "Enrique".

A la mañana siguiente, "Enrique" estaba en la sala, pero su cara era enojada. Yo tomé al peluche y empecé a jugar con él, pero ya no me gustaba, no me gustaba su cara ni como veía a mí papá. Entonces decidí, aventar a "Enrique" por las escaleras, ya golpeaba al muñeco, no lo metía a mí cuarto.

– ese muñeco, no está bien. – habló mi papá.

– dices lo encontraste anoche en el cuarto. Y bueno, tu hija no camina despierta, creo que es mejor que lo regales. – mi mamá no estaba tan convencida.

– es lo mejor. Tu hija ya no quiere al juguete – contestó mi papá

Ese día en la tarde, mi papá decidió tirar a "Enrique" a la basura, yo lo acompañé hasta el basurero, y vi como la cara del muñeco cambiaba.

Han pasado años después de que ví a "Enrique", tengo casi 25 años, y tengo miedo como cuando tenía cinco años, estoy viendo a "Enrique", en mi sala. Me acaba de preguntar «¿qué hay para cenar?» No le respondí, no hay nadie en mi casa, mis papás salieron a cenar por su aniversario, no sé qué hacer con "Enrique".