Historias Horribles

La niña y el gallo

Hubo una vez una niña, de personalidad carialegre y sencilla de nombre Nancy. Su padre era un simple vendedor de pollos, los criaba y cuando crecían los asesinaba para venderlos. A ella no le gustaba ver eso, pero con el paso del tiempo, se fue acostumbrando a la chorreada de sangre de los cuellos de las gallinas, a cómo se le desplumaran y sacaran las vísceras, ver cortadas las cabezas de los pollos...

Cierto día, ella decidió preparar el almuerzo, un pollo asado era la mejor opción; era un día especial, iba celebrar los cuarenta y siete años de edad que su padre cumplía. Tomó a un viejo gallo llamado Cortes, pensó que ya solo daba lastima verlo, triste por la edad, y que era mejor terminar su vida de un bocado. Prendió el horno de piedra, cortó la garganta del viejo animal y espero hasta que dejara salir la última gota de jugo rojo; el viejo gallo solo sacaba ligeros sonidos de su cuello; sin embargo, no moría. A la pequeña Nancy le extraño eso, pero decidió ignorarlo. Tomo al gallo por las patas, y con unas tijeras se las cortó de un tajo, de forma rápida y elegante lo desplumó, el cuerpo del gallito se retorció del inmenso dolor haciendo que incluso se desmayase.

Nancy creyó que por fin Cortes había muerto, pero se equivocaba. En breve metió el spiedo giratorio en la garganta de Cortes para poder empalarlo; lo introdujo a las llamas, y con una manivela le comenzó a dar vueltas para que el fuego hiciera el resto del trabajo, era solo cuestión de esperar. Al cabo de unos minutos el spiedo empezó a moverse de forma abrupta, la niña abrió el horno, para su horrible sorpresa el gallo seguía moviéndose, de forma involuntaria y llena de pánico cerró el horno, el gallo aún vivía.

En el interior del horno, el viejo gallo sufría por tan cruel tortura, con un gran esfuerzo logró zafarse del spiedo, y con las fuerzas restantes de su miserable vida trató de abrir el horno. Nancy escuchó los golpes, con temor abrió la puerta del horno y el gallo en un salto desesperado, cayó al suelo, su cuerpo se hallaba semi asado. Intentó correr el animal, pero fue imposible, con sus patéticas alas trató de arrastrarse poco a poco para llegar a la salida. La niña se encontraba aterrada, pero en vez de huir, tomó al animal con sus manos; podía sentir la alta temperatura en el cuerpo de Cortes; y de un arranque de desesperación lo arrojó de nuevo al horno, cerró la puerta y espero. El gallo sintió las llamas del infierno una vez más...

Minutos pasaron y el papá de Nancy regresó del negocio, vio cómo su hija se hallaba derrochando lágrimas, él le preguntó qué era lo que tenía, Nancy le contó lo sucedido, su padre al escuchar la historia de su hija no pudo evitar carcajear de forma burlona. Ella le dijo que no mentía, pensando que su papá lo tomaría a broma, pero para su sorpresa, su padre dijo así: "Que tontita serás querida, obviamente nunca morirá ese animalito, si no lo decapitas primero".

El padre de Nancy abrió el horno, el cuerpo del gallo se hallaba casi color negro con olor a quemado, pero aún con vida. El señor lo cogió con una pinza, lo colocó en la mesa de madera, sacó su gran tijera y cortó la cabeza de Cortes, y como por arte de magia, aquel gallito murió...



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En el texto hay: misterio, amor, suspenso

Editado: 03.02.2021

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