historias llenas de franqueza

capitulo 14 ~ un Mojito y un Frosé ~

Tras finalizar las demás sesiones fotográficas ya en el exterior, el grupo de staff en compañía de los demás fotógrafos van a uno de los bares de la zona roja, el bar ya conocido “Night’s bar”, toman hasta no dar abasto aprovechando que se les dieron más días de descanso por unas actividades que estarían realizando los jefes en la agencia próximamente por la bienvenida de los nuevos en unos días. 

Todo iba tan bien, Odai se distanció del grupo para poder beber en paz, ya en la barra se queda mirando a una chica de piel morena que se acerca a la barra y con mucha confianza se hace muy cerca de Odai, pide al barman un Frosé para ella y mira de reojo a Odai. 

-oye, guapo, ¿qué vas a querer? 

-la verdad, no sé, ¿qué me recomiendas? 

-pues, tienes una cara dulce, podrías probar con una mimosa de frambuesa, te quedarías prendado por su dulce sabor, o un Coco Mojito, pero siento que la menta no va contigo, al igual que el dulce como tal, si eres más fanático a lo menos dulce podrías pedir un Mojito, pero con una cucharada de azúcar para que no pierda el sabor de esta misma, además el dueño la sabe preparar muy bien y es fantástico. 

-bueno, pero deja de alardear tanto, Adela – le reprocha el barman que la atendió inicialmente. 

-mi querido Johny, ¿por qué no me dejas darte a relucir con tus fantásticos dones? 

-como veo que sabes de algunos, creo que accederé al Mojito. 

-como ustedes ordenen – sin más Odai queda encantado en las preparaciones de los dos tragos tan bien elaborados y con su acto tan llamativo, llamando toda la atención de ambos, esperan sus bebidas, ya hechas cada uno las prueba si esperar más. 

-parece que hice una buena elección, señorita, sí que tienes buenos gustos, por lo que puedo ver – la mira encantada por su esbelto cuerpo, pero que en su lenguaje logra ver que es insegura del mismo. 

-claro que lo soy, aprendí del mejor de este lugar, el dueño tuvo la paciencia de enseñarme de cada uno cuando practicaba en sus días de descanso, por eso mismo acostumbre mis papilas para servirle fielmente a mi gran amigo y compañero de tragos – pasa uno de sus dedos por el brazo de Odai subiéndolo hasta que llega al hombro y hace que le quita una pelusa, pero solo ella sabe por qué lo hacía, mirando de reojo como una chica de pelo castaño los fulminaba con la mirada y a su vez siente la mirada de su recluta nuevo que también es problemático. 

-valla entiendo. Dime, ¿qué hace por estos lados una chica tan hermosa en esta desolada noche? 

Adela toma un sorbo de su baso con Frosé - la verdad quería salir de mis sombras y disfrutar de la luna llena que hoy nos acompaña. - Adela toma la fresa que decora la copa, la dirige hasta su boca para luego plantarle un tierno beso, Odai la observa hechizado y está por respuesta, dirige la fresa hasta la boca de Odai quien inconscientemente la muerde mientras es ha cobijado por una mirada dominante que tanto le encanta de la misma morena.  

A lo lejos una joven arde en rabia al ver la escena de su pareja con una morena que le roba toda su atención, pero es distraída al ver a un chico de mirada perdida, que sin este darse cuenta deja caer la billetera tras salir del bar, esta recoge la billetera y va tras él para dársela, al salir ve que él ya no se encuentra por los lados hasta ver que sale humo de uno de los callejones al costado del bar, se acerca para ver que es el chico que buscaba. 

-oye, se te callo a la salida. - menciona tras hacerse a su lado y mostrarle la billetera. 

-oh, ni sentí que se calló, pero gracias.  

Astrid se queda mirándolo mientras que este sigue con la mirada perdida en el suelo causándole una incertidumbre tan grande en el interior  

-¿podrías darme algo de fuego? 

Le dice Astrid al sacar un cigarro para hacerle compañía. 

-te ves muy joven, no deberías de fumar. 

-ya estoy muerta desde hace mucho, solo sobrevivo. - le dice mientras deposita su cigarro en su boca para calmar su ansiedad y frustración al recordar la escena pasada con su pareja. 

Esta ve que el chico por primera vez le dirige la mirada y se da cuenta de que en sus ojos grisáceos no tienen esa chispa que los hace ver cuando alguien vive de corazón. 

-descuida, yo también morí desde hace muchos años.  

Astrid queda anonadad por esos ojos, dejando que la luna sea testigo de su gran pecado. 

A la salida del bar sale una pareja de acaramelados coqueteándose, tras Adelaida terminarse su vaso de Frosé y Odai su Mojito, entre juego accedieron pecar ante los ojos de la misma luna, pero que al cruzar por el callejón donde se percibía humo, Odai logra ver la escena de aquella castaña siendo poseída por unos labios que no eran los suyos, se llenó de tanta rabia que soltó a Adela bruscamente para pasar a empujar a Alan, quien choca contra la pared con un golpe en seco. 

-se nota que no aprendes maldita. - le reclama Odai a una asustada Astrid. 

-mira quién habla, un cachondo fotógrafo, que sale acompañado de lo primero que le coquetee. 

-eres una hija de... - so interrumpidos por Adela que toca el hombro de Odai. 

-no sabía que tenías pareja. Siendo así mejor me retiro. - le planta un beso en la mejilla a Odai para poder irse por las penumbras del mismo callejón. 

Astrid aprovecha y mira de reojo y nota que el chico misterioso desapareció del lugar, así como llego él. 

-sabes, estoy harto de ti, de ti y tus celos. 

Empuja Astrid a su opresor para irse caminando. 

-¡descuida que yo también estoy harto de ti y tu toxicidad! - grita a lo lejos un enfadado Odai. 

Odai llega a su casa y se esconde como es de costumbre, mientras pasa la penumbra por los gritos de su madre en la casa, siente que pierde el control y Liam reaparece, no habla, solo llora, tiembla, todo se repite, busca la medicación en el escondite y se quedan dormidos en medio de una crisis ansiosa que termina siendo tóxica tras el poco nivel de alcohol que entro en el cuerpo, haciendo que como puedan despierten para auto infringiesen el vómito y rezar por que esta noche puedan sentir un poco de paz para cada uno en su mente confusa para alguien con una identidad disociativa sin control alguno. 




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