19 Septiembre 2018
Oh, Jerry, Jerry.
Si fueras mi amigo, estarías harto de escucharme hablar sobre lo mismo. Por suerte no eres una persona, sino un cuaderno y te toca aguantarte y escucharme dar vueltas sobre el mismo asunto
Oh, fiel y confiable Jerry. Estoy tan feliz que podría pasar la noche mirando fotos de vestidos de novia. A ese nivel estoy. ¿Quieres ser mi padrino de bodas, Jerry?
Y te preguntarás, ¿cómo llegamos a boda?
Pues te cuento, fiel amigo. Ya ni te voy a preguntar si sabes quién o bla bla bla. Eres consciente que solo vengo hasta aquí para hablar de Omar así que no te vas a sorprender. Pero esto es sorprendente, Jerry, es grande, lo juro.
Porque sucede que hoy Omar fue a la floristería, me llevó qué comer, se sentó conmigo unos minutos… ¿No te suena como que quiere que tenga a sus bebés? Porque a mí sí. O tal vez solo son MIS ganas de tener a sus bebés las que hablan.
Bueno, tal vez no quiera tener bebés, pero sí sabes a lo que me refiero, Jerry, uno no es de hierro y eso de sentarse a tomar chocolate conmigo y sonreírme es demasiada provocación.
Y no pongas esa cara, que te conozco. Igual y sí compro una revista de bodas, nadie sabe. Y cuando Omar y yo le hablemos a nuestros hijos sobre el surgimiento de nuestro romance, te voy a omitir del todo, por aguafiestas.
Editado: 18.04.2022