Scott:
Un soldado nazi de 25 años nacido en una familia pobre. La única opción para poder sobrevivir era ofrecer tus servicios al gobierno, o sea soldado; tal y como su padre que participó en la primera guerra mundial y murió defendiendo a su patria.
Alemania, después de quedar como la gran perdedora en esta guerra y con el tratado de Versalles tener que pagar todos los daños sin aumentar su ejército quería venganza; Adolf Hitler llega al poder y pareciera que su deseo de venganza y hambre por más territorios se concedería.
Scott mientras tanto se convirtió en el hombre de la casa y su situación económica fue empeorando cada vez más hasta que a su madre no le quedo más remedio que mandarlo al consejo militar, donde no ganaría demasiado como soldado pero sí lo suficiente como para poder subsistir.
Ahí Scott Roxford pasó 7 años de su vida hasta que Hitler estuvo totalmente a cargo de Alemania y llegara "la solución final". Todos creían que los llevaría a la gloria pero la realidad fue otra, metiéndolos en un gran bache. Scott y todos sus compañeros fueron encargados de cuidar el centro de concentración en Auschwitz, del que semanas después fue reubicado por falta de experiencia (Aquel lugar era un asunto tan delicado que ni cualquier persona podía estar al mando ahí).
Tan solo era un novato, era demasiado joven para estar en un cargo tan difícil como ese. Él no tenía idea de que pasaba con exactitud ahí.
Hitler, antes de subir al poder tuvo muchas influencias que le decían cosas como "Los judíos no son dignos de convivir con los Alemanes" y entonces él fue tomándoles a los judíos un desagrado indescriptible aunque no se sabe con certeza que fue lo que hizo que los odiara tanto. Pero algo que era cierto era que creía que nadie, ninguna otra raza le llegaba siquiera a los talones a los Alemanes, era cómo si fueran una clase de dioses.
Al principio el plan de Hitler no era matarlos, sólo sacarlos de Alemania o separarlos creando "ghettos", pero cuando Mussolini, su aliado es arrestado, él se queda al poder de Italia, así que después de ver que había demasiada población judía debía exterminarlos, entonces creó los campos de concentración.
Scott fue criado con buenos valores y no le gustaba la idea de ser parte de aquella atrocidad, nunca le pareció que aquellas personas hayan hecho algo malo para merecer ser tratados de tan cruel manera. Muy pocos sabían cuál era la situación real de Alemania y ellos tenían prohibido mencionar una sola palabra sino los acusarían de traición y los matarían.
Nunca se imaginó que algo tan maravilloso le ocurriría en un lugar tan espantoso...
Katherine:
Una joven de 19 años, judía. Era todo lo que los nazis necesitaban saber sobre ella. Ella y su familia fueron descubiertos mientras una familia cristiana los escondía en su sótano, se los llevaron a Auschwitz pero camino a allá todos murieron y solo Katherine sobrevivió. Sabe cuál es la realidad que vive y no le da miedo enfrentarla.
Ella era una joven muy fuerte aunque ver todo lo que sufrían las personas en el centro la estaba volviendo loca, ya había tenido demasiado con su familia y ahora las personas con las que convivía eran masacradas.
Un día conocía a una persona, se la llevaban al "horno" y al día siguiente traían a otra. Así todos los días, una clase de círculo vicioso del terror.
Ella recuerda que los soldados estaban en cada calle, en cada esquina y rincón. Su familia hacía lo posible para esconderse, los padres de Katherine sólo querían que ella y sus otros dos hijos pequeños de 13 y 7 años pudieran continuar con su vida después de que la catástrofe acabara.
Los judíos eran subidos a trenes en los que no los alimentaban y apenas les daban de beber, en su mayoría morían en el camino gracias a la deshidratación y el hambre. Al llegar al centro de concentración eran sometidos a trabajos forzados y los separaban entre hombre y mujer, si habían algunos que no les eran útiles los llevaban a la cámara de gas donde les hacían desvestirse y era tal la ignoracia de los judíos en el campo que ellos creían que tomarían una simple ducha. Ellos morían en instantes y después aunque hubiera algunos que aún seguían vivos y agonizando los metían en hornos, donde no quedarían nada más que sus cenizas.
Los pocos judíos que tenían conocimiento de aquella acción atroz, les llamaban sólo "hornos" a su lugar de muerte, aunque nadie supiera con exactitud como moría la gente ahí, simplemente pasaba.
Una cosa segura era que eras más afortunado al morir que seguir viviendo en ese calvario.
Kath sentía gran repudio a los soldados nazis, ni hablar de Hitler; no entendía como de un día a otro él fue metiendo su ideología en la cabeza de los jóvenes, quería que más le apoyaran, por supuesto y así pudiera ser que su reinado nunca tuviera fin, pasando las creencias de generación en generación. Cuando todos en su secundaria comenzaron a idolatrar a Hitler, muchos comenzaron a odiarle a ella y a sus otros compañeros. Comenzaba a tomarles enojo a los Alemanes, aunque ella fuera una. Sentía que ellos le habían arrebatado lo que alguna vez tuvo. Estaba llena de odio, rencor y dolor por dentro, sólo esperaba su dolorosa y lenta muerte.
Pero un día lo conoció...
16 de abril de 1944.
Katherine.
Eran las 6:00 am y vio llegar un camión del que se bajaban decenas de soldados, apostaba que eran novatos. Ella cargaba una canasta con mucha ropa sucia que debía lavar a mano; se detuvo en seco al ver a un chico joven de no más de 26 años rubio con unos hermosos ojos color verde esmeralda.
Él la miró al igual y le sonrió aunque no entendía el porqué.
¿Por qué él la miraba?
¿Por qué ella se detuvo a mirarlo?
-¡Roxford! -Gritaron y eso hizo que el joven saliera corriendo y se rompiera nuestro trance.