Capítulo 9

Fui corriendo de vuelta a la dirección, aún no lo puedo creer, ¡me llamó por mi nombre y me dio las gracias! Juraría que vi una pequeña sonrisa en su rostro.

Estoy tan emocionada, mi corazón late muy rápido y probablemente sigo sonrojada. ¡Oh, por dios! Por favor, que esto no sea un sueño. Espera... ¿Por qué salí corriendo? ¿Eso lo tomará él como una falta de respeto? ¡Demonios! ¿Por qué eres así, Sara?

Llegué justo a tiempo, vi salir a Josh con Paola de la dirección.

—¡Chicos! —grité para llamar su atención.
—¡Oh, hola, Sara! —contestó Josh al agitar su mano. Una vez con ellos me recargué en mis rodillas para recuperar el aliento—. ¿Estás bien?
—Sólo corrí un poco, no es nada. ¿Qué pasó? ¿Todo bien, Paola?
—Sí... yo estoy bien, pero…

Nos alejamos del lugar para encontrar un lugar dónde sentarnos y hablar más tranquilos:

—¿Qué pasó ahí adentro? —insistí al ver la preocupación en el rostro de Paola.
—Nos interrogaron.
—¿Te sancionarán?
—A mí no, pero a él sí —señaló a Josh.
—Sólo hice lo que tenía que hacer —explicó carismático.
—¿Por qué mentiste? —lo cuestionó con un tono de reclamo muy desubicado.
—El que debería hacer esa pregunta soy yo, —rió al dejar una rápida caricia en su cabeza, la hizo sonrojar sus mejillas un poco— creí haberte dicho que los profesores no se toman muy bien estas cosas.
—No tenías que decir que el teaser era tuyo, te castigarán por algo que no fue tu culpa. Hubieras dejado que me llevaran, ya me las arreglaría sola; no sé porqué te metiste en primer lugar.
—Si te llevaban, te iban a suspender un mes, notificarían a tus padres y quedaría grabado en tu expediente.
—Ahora quedará en el tuyo.
—Una raya más al tigre —sonrió divertido.

Detrás de toda esta actitud molesta y defensiva, Paola muestra un sentimiento de culpa en su rostro, contrario a Josh, que no se ve preocupado, ni un poco.

—¿Te suspenderán, Josh? 
—Por una semana —me contestó sin aflicción alguna.
—¡¿Una semana?! Son muchos días.
—No te preocupes, me han suspendido por más tiempo, esto no es nada.
—Lo siento —insistió Paola al no poder calmar su conciencia.
—No tienes que disculparte, no debemos preocuparnos más por esto.
—¿Qué hiciste en la dirección, Josh? —pregunté con suma intriga.
—Me aseguré de que ella no estuviera involucrada. Como ya dije, un promedio alto no se ve bien con una falta de tal porte. 

¿Cómo lo habrá hecho? ¿Manipulación? No... no parece ser de ese tipo de gente. No dudo de sus palabras, pero tengo mucha curiosidad.

—Ya debo irme, —se levantó— los chicos deben de estar esperándome.
—¡Espera! —gritó Paola—. Déjame compensarte con algo, lo que sea.
—Ya te dije que no es necesario.
—Hiciste algo por mí y no quiero quedar en deuda. Sé que no puedo hacer lo mismo que tú, pero haré cualquier otra cosa.

Josh sonrió ante su comentario y meditó por unos segundos su respuesta:

—De acuerdo, ¿qué tal una cita?
—¿Una... cita? —Paola no se esperaba una respuesta como esa.
—Sí. Tendré mucho tiempo libre estos días —dijo con amable obviedad.
—¿Sólo eso?
—¿Esperabas algo más? —la miró confundido mientras reía.
—Pues no lo sé, creí que me pedirías algo como hacer tu tarea... pero está bien, supongo —rió nerviosa—. Te daré mi número.
—No hace falta, Sara me lo dio.
—¡¿Qué?! —exclamó al voltear a verme en busca de una explicación.
—Esto… fue por cualquier emergencia —dije tímida mientras jugaba con mis dedos.

Josh no puede dejar de reír por nuestras reacciones y gestos. Sus amigos gritaron en la distancia, para llamar su atención:

—¡Hey tú! ¿Cuánto tiempo nos vas a dejar esperando? ¡Ya es hora de irnos! ¡Date prisa!
—Está bien, está bien. Ya voy —respondió Josh en alto—. Cuídense chicas, no se metan en más problemas.
—¡Hasta luego! —me despedí con entusiasmo.
—Nos vemos... —respondió Paola.

Cuando se alejó lo suficiente para alcanzar a sus amigos, miré con picardía a Paola por el rabillo del ojo:

—Tienes una cita —insinué.
—S-sólo lo hago para quedar mano —intentó esconder su cara sonrojada.
—Te gusta ¿verdad?
—¡N-no!
—Vamos, no tienes que ocultarlo, estuviste nerviosa todo este tiempo.
—Estaba nerviosa por lo sucedido. No podía mirarlo a los ojos después de lo que hizo...
—Pues yo digo que te gusta y no sería raro. Es guapo, muy amable y te acaba de salvar de un mal acto en tu expediente.
—¡Ya basta!
—¿Verdad que no se siente bien que te presionen? Ahora sufrirás lo que yo gracias a ti.
—¿Y tú por qué le diste mi número? —preguntó indignada—.¿Quién te dio permiso?
—No cambies el tema —comencé a caminar sin darle mayor importancia a su pregunta. 
—¡Ven acá y contéstame!

Después de clases y camino a nuestra casa, le relaté a Paola del progreso (sí es que se le puede llamar así) que había logrado con Alex, también del ridículo que hice enfrente de él. Obvio mi historia le causó gracia:

—¿Fingiste una caída? Me hubiera gustado ver eso —se burla de mí ahora, pero sé que está orgullosa—. ¿Y qué va a ser lo siguiente?
—Ahora que lo dices, no lo he pensado. Si lo vuelvo a buscar siento que lo incomodaré... debería dejar pasar un tiempo.
—Si dejas pasar un tiempo, perderá el poco interés que tiene.
—¿Crees que ya está interesado en mí? —la esperanza en mis ojos es más que notoria.
—Es algo que debes preguntarle y obvio no tan directamente como: "Oye, ¿ya te atraigo tantito?". ¿Por qué no lo invitas a salir? Sirve y se conocen mejor.
—¿No será muy pronto?
—Un chico que no conozco de nada me acaba de invitar a salir ¿te parece que es muy pronto?
—Pero son casos diferentes. Se nota que a Josh le interesas y tuvo la iniciativa. Yo ni siquiera sé qué piensa Alex de mí.
—¿Y quién dice que tú no puedes dar el primer paso? Josh te dijo que le agradan las personas atentas ¿no? Usa eso a tu favor, trata de meterte más en su mundo poco a poco y así no lo molestas.... ¡tengo una idea! La semana que viene habrá una venta de libros en el centro. ¿Por qué no lo invitas? La lectura le gusta y no suena como algo hostigante o comprometedor, es algo casual. Además. dicen que puedes conocer a las personas basándote en sus gustos.
—Suena creíble... está bien. Le haré la propuesta cuando lo vea.
—Lástima que no tienes ningún modo de contactarte con él. Eso te sería de mucha ayuda.
—No... pero sí sé cómo encontrarlo.