Contenido Adicional: No me importa

Lilia y su padre tienen una muy buena relación de padre e hija, todos en Silon lo saben.

De la misma forma en que saben que Lilia es amable y solidaria por fuera, y una guerrera audaz por dentro; mientras que el panadero es el gruñón más grande del pueblo por fuera, pero uno de los hombres de mayor corazón noble por dentro.

Cuando lo ves por la calle y quieres pedirle un favor, él te puede responder.

—¡Déjame en paz, no tengo tiempo para tus tonterías!

Y al poco tiempo, se aparece donde lo necesitabas y empieza a ayudarte sin problemas.

—Tenía menos trabajo de lo que pensé, solo vine porque me sobra el tiempo.

Lo mismo ocurre con ese hombre todos los días sin falta. Primero te gruñe, y luego te tiende la mano.

A veces aquel panadero tiene que aguantar situaciones bastante estresantes.

Hay ocasiones donde los niños entran a su panadería para jugar con Lilia, y como cualquier niño, la curiosidad los lleva a tocar todo lo que llame su atención.

El pobre hombre tiene que evitar que se quemen con el horno, que se corten con los cuchillos, que se coman el pan para vender, que rompan los huevos, y que tiren la harina por todo el lugar.

Pero si creían que eso era estresante para él, es porque aún no habían visto a la "Lilia imaginadora".

El día en que Michael y sus amigos llegaron a Silon, fue un momento de mucho interés para Lilia.

Silon llevaba mucho tiempo sin recibir visitantes, a excepción de cierto mercader que llega mensualmente para venderles suministros, por lo que ver rostros nuevos fue algo refrescante para todos.

Lilia se interesó mucho en aquel grupo, por lo que decidió ayudarlos.

Ella los vio llegar totalmente perdidos, y por su apariencia, parecían no haber comido bien últimamente, motivo por el que decidió ayudar.

Ella tomó una pequeña bolsa de papel e intentó tomar un poco del pan sobrante, pero fue sorprendida por su papá.

—Padre, yo… solo quise echarles una mano.

—Deja eso, Lilia. —el panadero le entregó una bolsa con pan recién horneado en su lugar— Dales eso, son mejores cuando siguen calientes.

—Aww… ¡Eres el mejor papá que pude tener! —afirmó Lilia dándole un beso en la mejilla— Se los daré enseguida.

—Si, si, como sea.

Lamentablemente para él, ese fue el inicio del caos.

………

……

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Ese mismo día por la noche.

—Oye, papá, ¿sabías que ese chico se llama Michael? Es muy agradable charlar con él, pero no estoy segura de qué debería decir. A veces habla sobre cosas extrañas como la palabra "televisión". ¿Será otro idioma?

En un intento por lograr que su hija cambiara de tema, el pobre panadero respondió de la forma más sencilla y sincera posible.

—No me importa.

Y así continuó en muchas ocasiones más.

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—Papá, ¿sabías que a Michael le encantaba leer en su antiguo hogar? El sabe más cosas de lo que imaginé, yo también leo mucho, pero dudo que seamos igual de listos. Bueno, aunque él es un poco torpe, jejeje.

—No me importa.

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—Oye, oye, papá. La señorita Mónica, una de las amigas de Michael, es una excelente cocinera. En un principio pensé que yo era buena en la cocina, pero ella me opaca por completo, le pediré que sea mi maestra culinaria.

—No me importa.

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—Papá, papá, Sofía es una chica tan tierna que te dan ganas de hablar con ella todo el día, y creo que también está enamorada de su amigo Érick, pero es solo una suposición, aunque a mi me parecen una buena pareja.

—No me importa.

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—Oye, papá. ¿Ya te he contado lo divertido que es pasar el rato con Michael? Siempre que hablamos termino aprendiendo algo nuevo, pero ¿sabes…? Hablar con él últimamente se siente distinto…

—No me importa.

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Antes del ataque de Halcón.

—Papá. Michael y sus amigos han devuelto un poco de la antigua felicidad de Silon, y yo en verdad estoy agradecida con ellos, pero… Me estoy sintiendo extraña. ¿Has notado que cuando te sientes más agusto, es cuando el tiempo se mueve más rápido? Ojalá fuera al revés…

—No me importa.

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Dos días después de la derrota de Halcón.

—Michael aún no despierta. Sé que me dijiste que no debo estar deprimida, que no es culpa mía, pero se está volviendo cada vez más difícil. Pero no puedo dejar que los demás me vean llorar, si eso pasa se lo dirán a Michael, y sé que él no querría verme llorar, debo mantenerme firme. ¡Ayúdame a resistir, papá!

—... No me importa.

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…

Luego del despertar de Michael.

—¡Papá, Michael despertó, finalmente lo hizo! ¡Estoy tan feliz de que lo haya hecho! Aunque no consigo entender cómo se sanaron heridas tan severas en solo tres días… ¡Pero eso no importa, lo que en verdad importa es que se encuentra bien, ahora podré seguir oyendo sus historias!

—... No me importa.

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Llegó el mensajero de Rinto.

—Michael se fue otra vez, papá. No estuvo aquí mucho tiempo, pero me hubiera gustado que se quedara. No tengo el derecho de amarrarlo a Silon, pero me aterra la idea de que nunca vaya a regresar… No, debo ser fuerte, las mujeres fuertes consiguen lo que quieren y yo lo quier- ¡N-No es lo que piensas, por favor olvídalo!

—No me importa.

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……

…

Michael finalmente regresa de Rinto, acompañado de Relt.

—¡Me siento tan bien al saber que Michael regresó sano y salvo! No recuerdo haber estado así de emocionada desde que era una niña, así que se siente extraño. ¡Bueno, no importa, tenemos una fiesta que organizar, es hora de mostrarle mis dotes culinarios a Michael!

—No me importa.

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Unos minutos antes de la fiesta para el grupo de Michael

—Padre… —Lilia llamó a su papá con una expresión entre deprimida y de preocupación.