Hope Dragon: De niño a leyenda Vol.2

Capítulo 9: Michael contra Kágrel

Nos encontrábamos frente a la misteriosa puerta gigante de acero, Alia y Nilo aún estaban conmigo, pero ninguno sabía qué hacer a continuación.

"Quizás debamos conseguir más información sobre este lugar antes de tomar una decisión, tal vez Don Víctor sepa algo. Ese tipo siempre tiene algo que decir."

Alia caminó hacia la puerta y se detuvo a solo unos centímetros de ella, examinando su superficie con los ojos.

—¿Cómo abrimos esto? —preguntó Alia sin voltear a vernos.

—No estoy seguro de esto… —comentó Nilo con evidente nerviosismo.

"No me sorprende que Nilo esté asustado. El tamaño de esta puerta resulta algo intimidante."

Me acerqué a la puerta y coloqué mi mano sobre ella. El acero estaba realmente frío, y aunque tenía mi palma tocándola con cautela, sentí unas inmensas ganas de entrar, como si un poderoso imán me atrajera.

"Ojalá supiera cómo abrirte…"

Inmediatamente después, el extraño símbolo cambio de color azul a verde. El suelo comenzó a temblar y decidimos alejarnos por nuestra propia seguridad.

No sabíamos si ocurriría un derrumbe, o algún deslizamiento de rocas, simplemente huimos guiados por nuestro instinto de supervivencia.

Al regresar la vista hacia atrás, pudimos ver que la enorme puerta de acero empezaba a abrirse hacia el interior de la cueva.

Un sonido grave y profundo se comenzó a escuchar en el proceso, muy similar al rechinido de un metal al ser arrastrado sobre otro, hasta detenerse en un fuerte golpe de metal contra la roca.

El eco del golpe duró apenas unos segundos, para volver a sumergirse en el silencio.

Una vez se abrió por completo, el movimiento del suelo se detuvo.

—Usted la abrió… ¿Cómo hizo eso…? —preguntó Alia viéndome con asombro.

"Para ser sincero, no tengo idea. Sólo la toqué y se abrió, eso es todo. Una puerta de este tamaño no puede ser tan fragil, ¿o si?"

"Bueno. Sea como sea, ya está abierta, no sé cómo lo logré, pero la abrí. Ahora necesitamos averiguar si es seguro entrar a ese lugar."

En mi descuido, no fui capaz de vigilar las acciones de Alia, la cual empezó a correr hacia el interior de la cueva sin preocuparse de nada.

Nilo corrió tras ella, y obviamente yo tuve que ir tras esos dos, no sin antes soltar un suspiro de exasperación.

"¿Porqué me tocó hacer de niñero…?"

Nos adentramos en la cueva, y para nuestra suerte, resultó ser un camino en línea recta.

El camino tenía una longitud aproximada de veinte metros, y era lo suficientemente ancho como para meter un tanque de mi mundo.

En el interior había varios cristales de distintos colores incrustados en techo y paredes, los cuales se encargan de iluminar el lugar, bastante conveniente debo decir.

………

……

Continuamos siguiendo a Alia hasta la parte más profunda de la cueva, y una vez llegamos al final del camino, nos topamos con una enorme caverna, y en el centro de todo, se encontraba una "cosa" enorme, que se expandía levemente para luego regresar a su estado natural.

No era difícil deducir lo que sucedía. Esa "bola de pelo gigante" estaba viva, y aquel movimiento no era otra cosa que su respiración.

La caverna tenía una iluminación igual al del camino anterior, lo que nos facilitaba ver a la extraña criatura… y viceversa.

—Esa es… Es la criatura que encontró mi padre. Sí existe… —murmuró Alia dejando escapar una lágrima en el proceso.

—Felicidades, Alia. —dije colocando una mano sobre su hombro— Ahora sabes que tu padre siempre dijo la verdad. Será mejor que nos vayamos, no la queremos despertar, parece que está teniendo un lindo sueño.

Alia secó sus lágrimas con un pañuelo que le entregó Nilo, y yo los felicité a ambos con unas palmaditas en la espalda.

Era un momento digno de ser celebrado, ya que ese par había logrado su misión más preciada hasta el momento, y si bien no tendrán una recompensa económica, pueden vivir tranquilos sabiendo que el padre de Alia decía la verdad.

Dimos media vuelta, y empezamos a caminar por donde vinimos, satisfechos de haber llegado tan lejos.

Pero la realidad no suele ser tan sencilla. Cuando crees haber esquivado la primera piedra, siempre viene otra por detrás…

En ese preciso instante, algo se movió detrás nuestro, o mejor dicho, "alguien".

Regresamos la vista hacia atrás lentamente como una máquina mal engrasada, y vimos como esa criatura se ponía de pie tranquilamente, para luego mirarnos de manera amenazante.

Era como un felino gigante de pelaje dorado, tenía una cola de color negro muy extraña, la cual brillaba como si fuera de acero a diferencia del resto de su cuerpo.

Eso era esta criatura. Un enorme felino con una cola aparentemente metálica.

Esta criatura era más grande que Halcón, aunque me alegra que no sea del tamaño de la puerta de acero, yo podría calcular unos cuatro metros de alto y seis metros de largo.

Bueno, ese tamaño seguía siendo malo para nosotros.

—GRRRR… 

"No luce muy feliz de vernos… Pero nosotros no hicimos ruido al salir, ¿cómo rayos se despertó?"

—P-Parece enojado… —dijo Nilo tartamudeando mientras temblaba.

—¡¡¿Dónde está mi padre?!! —gritó Alia dando un paso al frente.

—¡¡ROOOOOOOOOAAAAAAAAAAAARRRRRRRR!! —rugió la bestia frente a nosotros.

El rugido fue tan fuerte que tuvimos que cubrir nuestros oídos, y aferrar nuestros pies al suelo para evitar ser enviados para atrás. Un poderoso rugido digno de una bestia tan grande.

Pero eso no evitó que mi yo gracioso saliera al exterior.

"Vaya, parece que no le gusta que le griten, qué criatura tan sensible. Tan grandote y tan llorón."

De un momento a otro, la criatura corrió hacia el frente, y alzando una de sus patas delanteras en el aire, trató de arremeter contra nosotros con un poderoso zarpazo.

La velocidad de sus movimientos era simplemente antinatural tomando en cuenta su gran tamaño. Ya que aparentaba ser tan ligero como una hoja de árbol.




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