Capítulo 4: La metamorfosis de un ogro

Paso un tiempo desde la última vez que visité el campamento en compañía de alguien más.

Tengo entrenamientos con Garpo una vez cada dos días, ya que divido mi tiempo entre esto, y aprender sobre magia de runas y demás con Valentín.

Sin embargo, en esta ocasión Yuuki decidió acompañarme, ya que no había visto a su padre y hermano en mucho tiempo, y comenzaba a extrañarlos.

Yo no tenía ningún inconveniente con traerla, además de que Garpo también extrañaba a Yuuki, y siempre me preguntaba por ella cuando llegaba para entrenar.

Tuve que cargar a Yuuki entre mis brazos antes de usar el Cristal de viaje como precaución, ya que siempre me hacía aparecer en un punto diferente, y en muchas ocasiones se trataba de lugares altos y peligrosos.

Aún recuerdo la vez que me hizo aparecer sobre el nido de una serpiente.

Me asusté tanto que no pude ver a Drímur a la cara por toda la semana, pero en fin, no es momento para eso.

Aparecimos sobre la copa de un árbol medianamente grande, y me aseguré de bajar lo más seguro posible, ya que traía a Yuuki conmigo.

Los guardias nos abrieron las puertas, y nos saludaron como ya era costumbre en mis visitas.

Sin embargo, Yuuki no pudo ocultar su asombro al ver que los guardias se habían vuelto más “salvajes” en cuanto a su apariencia.

Le expliqué que forjé un Pacto de Sangre con todo el campamento, y ella aprovechó para pasear sus ojos por el lugar.

El campamento estaba plagado de ogros ”salvajes” y ogros “humanizados”, generando un contraste bastante peculiar, sobre todo para alguien como Yuuki, quien siempre vio a los de su raza como personas llenas de músculos, o con caras aterradoras.

Aunque esa era solo su percepción de la realidad, ya que todos eran fríos con ella por ser una ogra blanca(señal del desastre).

En medio de nuestra caminata, fuimos recibidos por el viejo Zolun, mentor de Red, y antiguo guardián de Yuuki, quien se mostró extremadamente feliz por la llegada de la hija menor del jefe.

Yuuki se había bajado de mis brazos en la entrada del campamento, y no dudó en correr para abrazar a Zolun, una de las pocas personas que jamás la trató con indiferencia pese a las creencias.

El viejo Zolun le devolvió el gesto con genuina gratitud, y procedió a estrechar mi mano como saludo, antes de guiarnos hacia la tienda de Garpo.

Al llegar, pude ver que la tienda estaba desordenada, como si un tornado se hubiera desatado en el lugar, pero antes de poder preguntar, Zolun nos entregó una explicación.

La noche anterior Garpo recibió una carta de Nerulia, y luego de leer el contenido, decidió desahogar su ira con sus propias cosas, lo que culminó en todo este desastre.

Según cuenta Zolun, se necesitó de todas las personas cercanas a él y cincuenta guardias armados para tranquilizarlo, ya que temían que pudiera acabar dañándose a si mismo.

Quisimos hablar con Garpo directamente, y Zolun nos guió hacia la parte trasera de la gran tienda, donde Garpo guardaba el alcohol, su comida, y demás objetos personales.

Ahí estaba Garpo, de pie, observando una botella de cristal vacía.

No parecía estar ebrio, sin embargo, era evidente que su mente no se hallaba en su cien por ciento.

Yuuki trató de acercarse para hablar con él, pero la detuve, señalando un sobre de papel en el suelo, con el sello de la familia real de Nerulia.

La carta que lo enfureció. 
Decidí abrirla, y los dos la leímos con atención. El contenido era el siguiente:

"Estimado líder Garpo del campamento ogro del bosque del Sonido."

"Me dirijo a usted para informarle sobre nuestras relaciones amistosas hasta la fecha, recalcando que solo fuimos amistosos mientras respetábamos su fuerza y poder, pero ya no mas."

"Su repudiable raza mancha el honor de nuestra nación al presentarse como nuestros iguales, y por eso, hemos decidido cortar el mal de raíz."

"Enviaremos a un grupo de hombres armados a sus tierras en los días próximos a este mensaje, y si sabe lo que le conviene, aceptará la sumisión como parte de nuestra benevolencia."

"Sus machos pueden trabajar como mano de obra para nosotros, y sus hembras podrán tomar la decisión si convertirse en esclavas o satisfacer a nuestras tropas luego de sus pesados entrenamientos."

"En cuanto a sus crías, también seremos benevolentes con ellos, y los dejaremos servir como esclavos para los miembros de la nobleza de Nerulia."

"No es necesario derramar sangre inocente siempre y cuando sepa tomar una sabia decisión, y tampoco piense en formar una rebelión."

"Recuerde que tenemos a su heredero muy bien vigilado."

"Atte: La corona de Nerulia."

Yuuki y yo no podíamos creer lo que leímos.

Nerulia jamás cometería semejante barbaridad, y menos con un aliado como los ogros.

Tenía que haber algo más, algo que no estábamos viendo, ¿pero qué?

Entonces lo recordé.

La visión bizarra de Valentín decía que ocurriría una traición en Nerulia de parte de la persona menos esperada posible.

¿Eso estaba sucediendo ahora?

—Garpo… yo no creo que…

—La carta es muy clara —habló, mostrando una expresión que demostraba ira contenida—. El mensaje es directo y fácil de entender, pero hay algo que no concuerda en la historia. Zolun.

—Sí, señor.

Zolun tomó la carta inmediatamente, y apuntó a dos marcas con forma de círculo en el papel.

Eran bastante pequeñas, pero se volvían muy evidentes cuando sabías que estaban allí.