—¿Cuando va a irse a trabajar esa niña? —A pesar de que son las cinco de la mañana soy capaz de escuchar las quejas que papa le da a mama desde lo que parece ser la cocina.
—Me ha dicho que hoy tiene una entrevista —Escucho a mi mama responder mientras me pongo de pie, lista para comenzar un nuevo día —Espero que ya se ponga las pilas para que nos ayude un poco con los gastos —Me molesta escucharla mencionar algo en lo que siempre ayudo.
—Pues mas le vale no quiero un parásito en casa —Me es inevitable no voltear hasta donde mi hermano mayor descansa plácidamente sin preocupación alguna — No puedo creer que ella sea mi hija —Ya no tiene el mismo peso que la primera vez que lo escuche.
Siempre habían sido así conmigo después de varios años me había acostumbrado a su desinterés y desagrado hacia mi. Habia regresado a vivir a casa de mis padres cuando no pude seguir pagando la mensualidad de mi escuela y la de mi departamento, después de perder mis trabajos de medio tiempo, todo se había vuelto un caos en mi vida.
Habia perdido un semestre de mi carrera y había tenido que regresar del lugar que había huido desde hace varios años atrás. Limpio mis mejillas cuando me es imposible seguirlas reteniendo las lagrimas, las limpio con rabia antes de tomar un par de respiraciones hondas, intentando dejar de tras todos los sentimientos que las palabras de mis padres me traen.
Conecto mis audífonos a mi celular para dejar de escuchar la conversación de mis padres detrás de la puerta que se que continuaran hablando de mi hasta que me vean salir de la habitación. Tarareo y me concentro en lo que verdaderamente importa dejando de lado todo lo que tenga que ver con ellos, recojo mi cama junto a las pocas cosas que he podido traer conmigo antes de tomar el atuendo —el cual he tenido que escoger la noche anterior a causa de mi hermano — antes de salir en dirección al baño sin ni siquiera voltear a ver a las personas que callan en cuando me escuchan salir, me encierro en el baño y me concentro en la letra de la canción, porque es la única manera que encuentro de no llorar.
"Tu puedes hacerlo, eres capaz de hacer todo lo que te propongas"
Me aliento a mi misma frente al espejo del baño, regalándome una cálida pero sincera sonrisa antes de meterme bajo el chorro de agua caliente que termina por despejar mi mente de los asuntos familiares para concentrarme en mi próxima entrevista.
—¡Da-Son! —Los golpeteos de mi hermano sobre la puerta del baño me sobresaltan y rompe cualquier ambiente relajante —¡Tengo que hacer del baño, muévete! —Siempre hace lo mismo como si disfrutara verme enojada todo el tiempo, así que decido ignorarlo para terminar con mi limpieza personal.
Los golpes se detienen sobre un par de segundos en los que me apresuro a lavar mis dientes y envolverme en mi toalla antes de que mi madre entre en el baño con una mirada enfada que me da a entender que tengo que salir del baño solo para que mi hermano pueda hacer sus necesidades.
—¡Te he dicho que no puedes estar tanto tiempo en el baño! —Se dedica a decirme mi madre mientras salgo del baño, encontrándome con una sonrisa burlona por parte de mi hermano, quien al pasar por mi lado golpea mi hombro, echándome a la cara una vez mas su triunfo —¡El baño no es tuyo! —Me muerdo mis mejillas porque si comienzo se que no terminare, así que la escucho hasta cerrar la puerta de mi habitación justo en su rostro.
Me apuro lo mas rápido posible para ponerme los jeans mas presentables que he encontrado junto a una linda blusa que mi mejor amiga me ha prestado y mis Convers negros antes de que mi hermano regrese al cuarto, apagando la luz en el proceso, dejando en claro que es lo único que me dejara hacer hoy. Bufo con indignación antes de tomar mi mochila metiendo en ella mis audífonos, mi celular, mis documentos, una pluma y el resto de cosas que necesito para llegar en tiempo y en forma a mi entrevista.
—¿A donde vas? —Me pregunta mi madre al verme caminar en dirección a la puerta —Tienes que ayudarme con los encargos —Me es imposible no darle una mirada fría antes de seguir con mi camino.
Me concentro en lo que verdaderamente importa en lo que tardo en salir a las frías y aun obscura calles de la ciudad, me pongo mis audífonos con rapidez concentrándome en la melodía que suena con fuerza en mis oídos. Me detengo en un pequeño parque para contar el poco dinero que he podido conseguir, hago un par de cuentas antes de decidir caminar hasta el lugar solo para poder ahorrar el poco dinero que traigo.
Sentada en medio de una banca de un parque termino por arreglarme lo suficiente para mi entrevista, así que veinte minutos después me encuentro de nuevo caminando en dirección al centro de la ciudad, deteniéndome en un puesto solo para desayunar algo con el resto de mi dinero, que después de todo no pude ahorrar como a mi me hubiera gustado.
Dos horas después me deleito al entrar en Gangnam, una de las zonas mas ricas del país y en la que muchos de nosotros desearíamos vivir. Todo en ella grita lujo, dinero y fama, nada comparado con el pequeño barrio en el que suelo vivir con mis padres y mucho menos comparado a la antigua zona en la que solía vivir hace tan solo un par de meses atrás.
Mi estomago exige un poco de alimento, lo que sea que pueda saciar mi hambre por el esto del día, me detengo en lo que parece ser un pequeño lugar con la intención de conseguir algo claramente a mi economía, sorprendiéndome de inmediato al ver los precios tan altos que comida tan normal y tan económica dentro de mi zona, puedan llegar a tener. Demostrándome lo que honestamente todos sabían, que este lugar para gente con mucho dinero, algo de lo que honestamente yo carecía.
Me detengo en un seven eleve, donde me dedico a comprar un par de bolas de arroz, para el resto del día. No era la comida mas saludable del mundo, muchas personas solían comprarlas como un postre y otras tanto como yo solían comprarlas como comida, una comida que después de tantos años me seguía pareciendo mucho mas deliciosa que la primera vez que la probé. La gente me mira raro al verme comer sin pena alguna por las calles de la ciudad, a pesar de la incomodidad y inseguridad que eso me ocasiona, mantengo mi mirada arriba hasta que me detengo frente al edificio de Big Hit, donde un par de personas esperan por entrar.