-Señorita por favor despierte. –La enfermera toco a Holly en el hombro con la intensión de informarle sobre el estado de su madre.
-Al instante se levantó. -¿Qué tiene mi madre enfermera?
-Gracias al cielo no fue algo realmente grave, el accidente automovilístico solo le dejo golpes leves, algunas cortaduras y quemaduras de primer grado, dele muchas gracias a Dios, porque realmente fue quien hizo el milagro.
Holly sorprendida por lo sucedido no encontraba respuesta, realmente debió ser un milagro.
-¿Aún sigue dormida? –Se levantó para irla a ver.
-En estos momentos no creo conveniente que pase, la paciente se encuentra descansando, dentro de unas horas le informo si se le permite la entrada.
Al darse la vuelta la enfermera, Holly sigilosamente se escabullo hacia la habitación de su madre. Colocándose los utensilios adecuados para poder entrar cerro rápidamente la puerta antes de que alguien viniese y la encontrase. La miro por un segundo y algunas lágrimas escaparon bajando por sus mejillas.
-También querías dejarme sola verdad. –Expreso secando sus lágrimas sin esperar respuesta alguna.
En ese momento su madre abrió los ojos, la observo con tristeza y como pudo con su mano le señalo que se acercara, tomo su mano y le dijo:
-Gracias por estar aquí mi amor. –Una pequeña sonrisa se hizo notar en su rostro. -Creí que no volvería a verte.
-¿Cómo sucedió todo mamá? ¿Por qué chocaste contra ese otro auto? –Holly no paraba de llorar.
-Verte así me duele, eres mi pequeña. –Comenzó a llorar también. Al instante Holly seco sus lágrimas, no quería verla sufrir más. –Me preocupas mucho, quiero que entiendas eso, no dejo de pensar en todo el daño que te hice alejándote de tu padre y aún más cuando aquel suceso que termino de alejarlos por completo, fue mi culpa. Estaba pensando en eso antes del accidente y ello causo que me despreviniera del camino y ocasiono lo ocurrido.
Holly bajo el rostro, no quería recordar ese espantoso suceso, deseaba nunca haber vivido aquello, intentaba borrar el pasado y volver a vivir la infancia tan feliz que tuvo junto a aquel hombre que amo mucho, pero lamentablemente no podía devolver el tiempo.
-Mami, yo te amo… te amo mucho, pero no puedo mentirte, no quiero engañarte, marcaste mi vida, me hiciste tanto daño que ahora se ha hecho notar, la verdad no sé si pueda perdonarte aun.
-Se me quiebra el corazón en mil pedazos al oír esas palabras, pero comprendo, sé que no fui ni soy la mejor madre… solo te pido otra oportunidad, permíteme ser esa mamá ejemplar que quisiste desde pequeña y ayúdame a mí volviéndote esa hija que no le teme a avanzar.-Tomo su mano apretándola.-Sé que puedes ser una gran diseñadora, porque tienes el potencial, dame esa oportunidad y veras que no la desperdiciare por favor.
Holly pensó por un momento antes de responder ante esa costosa decisión, veía a su madre y aparecieron muchas sentimientos encontrados, nuevamente volvió ese amor que alguna vez sintió y que por mucho tiempo se mantuvo dormido, hacia ella. Ese rechazo que tenía se paralizo para darle paso a una nueva oportunidad.
-Te contare algo mamá. –La miro fija y atentamente. -Hace pocos días conocí a una chica, se llama Amy. Es una persona fantástica, pero ¿Sabes qué fue lo que más me sorprendió? Veo y siento a mi padre a través de ella, su personalidad, algunos de sus gestos, la forma en que me trata y como se preocupa por mí, es como tenerlo de nuevo aquí, junto a mí. Obviamente no me hago ilusiones, sé que no regresará, pero quizás ella es el ángel que él me mando para recapacitar y ver la vida desde otro modo. –Bajo el rostro, pensó por un momento y luego regreso su mirada hacia ella para decirle. -Quizás sea difícil volver a verte como antes, pero si esta oportunidad me la está dando Dios no la puedo desperdiciar, así que acepto. –Sonrió. -Decido dejar todo atrás y comenzar a poner en práctica todo el potencial que hay en mí, además de darme una nueva oportunidad para amar y ser amada. –Abrazo a su madre quien lloraba de la alegría.
***
Amy cantaba mientras desenredaba su hermosa cabellera amarilla cuando un pequeño dolor en su pecho la hizo sentarse, preocupada coloco sus manos en esta, estaba asustada, dado que nunca hacia sentido una incomodidad como esa, al instante en que las alejo acabo esa pequeña puntada y observo que de sus manos salía una pequeña luz blanca como la nieve la cual cada vez se opacaba más, al ya estar totalmente apagada tomo forma de rosa escapándose de estas para salir volando hacia la ventana. Amy camino siguiendo a esta la cual iba en ascenso, instantáneamente dirigió su mirada al cielo y noto como una nube opaca se dividía en dos volviéndose de su color oscuro a su forma natural. Ella no entendía el porqué de lo que paso, pero sabía que algo bueno estaba sucediendo.