Huellas

EL SUCESO, QUE MARCÓ SU VIDA.

La llegada de un nuevo ser entusiasmaba la vida de Karina, ser madre por segunda vez, era su gran deseo.

-Siento que ya me da pataditas- Dijo emocionada

-Mi amor te ves preciosa, muy pronto ya estará con nosotros-expreso Cesar

Se despidió con un beso, y se dirigió a trabajar  

Amy era su primogénita, ya tenía 7 años. La pareja siempre expresó su deseo de ampliar la familia.

Cesar era dueño de un fructuoso negocio; conoció a Karina (el amor de su vida), como él solía llamarla, en una reunión de negocios, la conexión entre ellos fue inmediata. Se casaron; ambos disfrutaban viajar mucho, la llegada de Amy, trajo estabilidad.

-Mi princesa, es hora de ir a dormir- Dijo Karina a su pequeña hija

-Mami, espero que venga papá- manifestó con mucha emoción

Amy como todas las noches, esperaba que su padre llegara para que le diera un beso de buenas noches antes de dormir.

-Por fin en casa ¿Cómo están mis princesas? Expreso Cesar al llegar a casa.

Amy corrió emocionada a buscar su tan preciado libro de cuentos. Le encantaba escuchar historias de princesas y hadas madrinas. Se imaginaba viviendo las historias que papá y mamá le contaban. Sin decir unas buenas noches, se quedaba dormida. Al día siguiente mamá la despertaba para alistarla y llevarla a la escuela. Ella se despertaba llena de ilusión pues con sus limitados conocimientos acerca del significado de la felicidad, ella sentía que, si tenía a sus padres juntos, era la niña más dichosa.

 

Disfrutaba la rutina de su vida, los planes de viaje para vacaciones, especialmente cuando visitaban juntos la playa, ella corría y se sentía libre, eso la entusiasmaba. Pero lo que más la llenaba de ilusión era la llegada de su hermano, pues ya contaba los días para tenerlo y cuidarlo, junto a sus padres organizaron la habitación. Decía que llevaría a la conocer el mar, lo más pronto posible y que ya tendría un compañero más.

-En una semana es el cumple de Amy

-Claro, que sorpresa le prepararemos a nuestra princesa- conversaba la pareja.

-Ya tengo todo listo, el local. Las tortas, el vestido de princesa, las tarjetas de invitación y todo lo necesario, no debes preocuparte por nada, mi amor- añadió Cesar.

Karina recibió el vestido, al llegar de la escuela Amy se veía muy entusiasmada, lo veía perfecto y contaba los días para lucirlo en su fiesta de cumpleaños.

 

Una noche antes de la fiesta, Karina y Cesar como todas las noches leían un cuento a su querida hija, esta vez, ella no se durmió fácilmente, la historia la impacto, pues se trataba de una niña que tuve que crecer sola, una lagrima de tristeza, rodeaba su pequeño rostro, sus padres solo atinaron a egalarle un fuerte abrazo, diciéndole lo mucho que la amaban.

Por fin el gran día esperado con ansias llegó, la niña se despertó muy temprana, sus padres le cantaban las mañanitas, y ella sonreía con profundo brillo en sus ojitos.

-Bueno mis princesas, debo ir a trabajar, nos vemos a las 3 pm, para la fiesta

-Papi, no iremos juntos- susurró desconcertada

-Papi debe trabajar, nos encontraremos halla

Se despidieron con un emotivo abrazo, que irradiaba sin duda alguna AMOR, pues efectivamente la familia que conformaban era sin duda muy querendona.

 

Mientras Karina vestía a la niña en la tranquilidad de su habitación.

Un ruido se presenció en la casa, Karina le presto minúscula importancia, pues la emoción de ver a su niña tan radiante, era mucho mayor.

El bullicio se escuchaba cada vez con mayor potencia, Karina se asomó al balcón para averiguar que sucedía, grande fue su sorpresa con lo que presenció, ella se quedó inmóvil pues no podía creer lo que veía. Eran tres tipos encapuchados, vestían de negro, con apariencia aterradora. Al sentirse descubiertos por la mujer, irrumpieron cerca de ella.

 Amy corrió fuera de su habitación, para saber que ocurría, se detuvo pasmada en la puerta, su madre gritaba y suplicaba que no les hicieran daño. Observaba como un sujeto se acercaba a su madre, mientras que los demás se esparcían por toda la casa. Karina intento acercarse a su hija, para protegerla, pero su intento fue inútil, la detuvieron, amenazándola con un arma con palabras soeces e insultos, la obligaban a decir donde escondía una fuerte suma de dinero, el desconcierto de Karina fue inmenso pues nadie más sabía de la existencia de ese dinero, con todas sus fuerzas intento mostrarse negativa ante aquella afirmación.

Aterrada por la situación en la que se encontraba, buscaba en su interior una solución, pensaba en su hija y lo asustada que debía estar, lo único que quería era protegerla; todo intento pensado era inútil, estaba amenazada con un arma de fuego y eso la impedía realizar cualquier intento.

Los delincuentes buscaban por cada rincón de la casa, pasaban los minutos y no lograban encontrar su objetivo, comenzaban a desesperarse pues el temor de ser descubiertos por personas del exterior de la casa.

La madre desesperada, intento aprovechar el descuido, logro soltar la atadura de sus pies, intentó llegar a la puerta, cuando estaba tan cerca, nada podría salir bien. Un delincuente se percató del hecho, enfurecido fue a su encuentro.




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