Este no es un capitulo, es un escrito que se me ocurrió ayer observando a mi madre... Espero les guste, con todo mi cariño y respeto para ella, y con toda mi sinceridad para ustedes.
Benditos sus pies, aquellos que corrieron cada vez que lloraba.
Bendito su regazo, aquel en el que me sentaba cuando tenía miedo.
Bendito su vientre, el que me cargo nueve meses sin vergüenza ni arrepentimiento.
Benditos sus pechos, esos que me alimentaron sin importar el lugar ni las circunstancias.
Bendito su corazón, aquel que se paralizaba de miedo cuando yo era llevada a una sala de cirugía.
Benditos sus labios, aquellos que besaban mi frente para hacerme saber que todo iría bien.
Bendita su nariz, aquella que aspiro el olor de mi cabeza tantas veces, como si deseara guardarlo para no perderlo nunca.
Benditos sus brazos, aquellos en los que viví mis más dulces sueños.
Benditas sus manos, aquellas que sostuvieron las mías a pesar de ser tan diferentes.
Benditos sus ojos, aquellos que lloraron mis errores y a pesar de ellos nunca me miraron con indiferencia.
Bendito mi Ángel, mi madre. Ella que sigue conmigo, que vive por mí a pesar de todo.