Huellas Fragmentadas

07 Supervivencia

—Para ti todo es muy fácil —permanecí sentado en el sofá de la sala de espera, observando la puerta de la sala de juntas y a las sombras de quienes se encontraban dentro moviéndose de un lado a otro, se estrechaban sus manos y dándose palmadas. viles hipocresías, muy convenientes. Otis soltaba ánimos para él y para mí sin importarle que muchas personas lo escucharan.

Nos citaron en una gran casa, lucía recién remodelada. Por suerte llegamos un poco antes, pues la casa está en el centro de Villa de Álvarez y la maldita cabalgata cerró demasiadas calles. A punto estuve de atropellar a un par de borrachos. Al menos podríamos decir que tenemos ya en nuestras manos un gran proyecto que Otis aceptó sin pensarlo ni un poco. Lanzándome por el frente. Cobarde.

—¿No estás nervioso o sí? —Otis se posó frente de mí, cerré los ojos y miré al techo. No tengo los ánimos para discutir con él en estos momentos.

—Quiero un jodido cigarro. —Otis bufo fuertemente, era claro que no estaba nada contento, luego me golpeó con unas carpetas.

—¿Qué madres te pasa?

—No parece que te tomes muy en serio esta oportunidad que literalmente tenemos a escasos minutos para abordar y que prácticamente tu eres el encargado de convencer a esos pingüinos idiotas adinerados de contratarnos —Hablaba de una manera que en verdad estaba más molesto de lo que yo podría estar.

—Aunque me esfuerce, el proyecto quizá no les interese —se empezó a poner demasiado colorado del coraje, me reacomode en el asiento, podía sentir su mirada realmente encabronada —perdona, la estoy cagando no te preocupes soy consciente de la importancia de este proyecto y de lo importante que es para ti —no quería cruzar miradas pero al menos su respiración era más relajada, aun así Otis conservaba ese ceño fruncido y su labios demasiado apretados como si quisiera mantener algo atrapado dentro de su boca.

—Pon mucha atención, quizá esto no es muy importante para ti, pero es una oportunidad que deberías de aprovechar, no es solo para ti si no para tu madre también.

—Por favor no la metas en esto —Trate de ser suave, el que la haya mencionado no me molestó, aunque no considero de importancia ese proyecto, el que nos rechacen en realidad no nos afectaría. Tenemos una buena empresa, así como una reputación y un buen ritmo de trabajo que nos mantiene lo suficientemente ocupados y con los ingresos suficientes como para darnos buenos lujos. —Además no soy uno de tus hijos, para que dejes de hablarme así.

—Discúlpame, pero debemos de pensar en nuestras familias, en nosotros, yo lo hago — Otis me golpeaba con sus palabras, pero solo me dolían un poco.

—Quisiera tener tu visión y corazón, pero no lo tengo y tú no tienes los míos así que entendernos siempre será muy complicado — Me dio un par de palmadas pesadas en la espalda. Mala costumbre de su parte que siempre estoy a punto de vomitar los pulmones.

—Eso sería muy maduro de tu parte, pero claro que nos entendemos, si no fuera así no estuviéramos aquí.

Ambos nos reímos, pues tiene razón. Continuamos repasando lo que teníamos planeado para la junta, cuando una secretaria se acercó a nosotros para indicarnos nuestros lugares dentro de la gran sala de juntas y vaya que fingir cortesía y poner un rostro de encanto y amabilidad es complicado, cansado e hipócrita. Dentro de la sala ya se encontraban todos, por lo que tardamos varios minutos en estrechar manos que te presionan fuertemente la considero como la hipocresía laboral, mire en televisión en una ocasión sobre crímenes reales la verdad escondida de estrechar manos en determinada forma, yo estreche directamente a un hombre de corpulencia media, es de mí misma altura rubio, usaba lentes y brackets, apariencia típica de un geek de los negocios, su traje se veía pulcro, este al igual que yo respondió el saludo y sentí como apretaba mi mano, eso quiere decir que él es superior a mí, y yo soy un ser inferior miserable y patético.

<<Creo que este tipo es el supervisor de proyectos>>

Busque a Otis de reojo y lo mire mientras saludaba a un ejecutivo de no más de sesenta años, el hombre le estrecha una mano y con la otra le daba palmadas al hombro, vaya que lo tenía sometido era como si estos hombres fuesen perros montándonos para mostrar su dominio.

Después de las presentaciones todos tomaron sus lugares y Otis y yo comenzamos la junta.

Finalizó bien. En algún momento comencé a disociar, los aplausos de todos los presentes me devolvieron a la tierra, al presente, a ese momento. Todo transcurrió de maravilla, sin problemas, en verdad que impresionamos a esos “pingüinos” como los llama Otis, y si, es oficial, el proyecto es nuestro. Tendremos una nueva junta para firmar los contratos y comenzar lo más pronto posible.

—¡Vamos a celebrar! —Otis no cabía de felicidad, caminaba dando pequeños brinquitos.

—No tengo apetito de beber o de salir, además me esperan en casa. —frunció las cejas.

—Nunca los tienes, pero está bien. Ven a mi casa, David preparó una gran cena — sé que sus intenciones son buenas. Pero en verdad no tengo ganas de absolutamente nada. Aquella junta al parecer me absorbió todas las energías, así que mejor me iría a casa a cenar, bañarme y dormir.

—No soy fan de los tríos —Otis comenzó a reír.




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