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Espero que cuando despiertes le prestes más atención a esto que a la historia de tu vida.

Digo eso de una manera mucho más literal de la que podrías entender.

Óscar está bien, justamente ahora lo está viendo el mismo doctor que nos atendió a nosotros para darle un resumen de su estado. Como no entendí ni la mitad de las cosas que me dijo, ni quise hacerlo tampoco, no puedo decir mucho al respecto.

Los tres estamos en shock, nos cogieron algunos puntos y yo no debería mover mucho mi brazo derecho estos días. Lo peor que tenemos encima son un par de quemaduras de segundo grado y, en mi caso, un cráneo prácticamente abierto.

A mí ya me atendieron y todo está… Todo estará bien, salí con media cabeza raspada. Igual quería tener un corte de pelo moderno así que lo dejaré como las buenas noticias.

Las malas es que como Óscar y tú despertaron después de mí, porque sin mí nadie parece entender que hay una historia que contar, todas las preguntas las tuve que contestar sola. No fue divertido, en algún punto consideraron llevarme al ala de atención mental.

Así que, la lluvia nos hizo derrapar directo contra la gasolinera. Y ya.

Repite conmigo: Lluvia, gasolinera, choque.

Lluvia. Gasolinera. Y choque. Es fácil.

Todo cuadra con esa explicación.

Ah, claro. Presta atención a esto. Solamente nos encontraron a nosotros. Ni adentro ni afuera había más nadie. O más nada. Al menos, eso fue lo que me dijo la misma policía que va a interrogarte luego. Te recomiendo que les des esta explicación y me dejes a mí como la pobre niña que se pegó muy duro en la cabeza.

Lo cual es cierto, me va a quedar la cicatriz para probarlo.

Si supiera exactamente dónde carajo estábamos, diría que fuéramos a ver cómo quedó la escena pero primero, soy mala para las direcciones y, segundo, dudo que encontremos algo. Cuando seguí preguntando, parecía que nadie quería decirme dónde era o, mejor dicho, nadie entendía dónde estábamos.

Ni siquiera pude sacarle a ninguno de ellos, ni policías, ni enfermeros, ni familia, cómo fue que nos encontraron.

Es fácil, entonces.

Lluvia, gasolinera y choque.