La mañana de su décimo octavo cumpleaños, Lissette se despertó del sueño más extraño de su vida, sentía como si le hubieran sacado los ojos, los hubieran prendido fuego y luego los hubieran devuelto a sus cuencas con una fuerza descomunal. Su mente todavía estaba aletargada por la intensidad del sueño y su cuerpo aun no daba respuesta.
Después de varios minutos despertó completamente y segundos más tarde todo su cuerpo se tenso y arqueo en una silenciosa bruma de dolor. Un grito se deslizo por su garganta y todo su cuerpo se sumió en una total agonía. Sus venas se inundaron de dolor, su piel estaba en llamas y su vista fue invadida por nebulosas de puntos negros.
Su cuerpo se volvió una masa temblorosa sobre su cama y sus gritos inundaban las paredes de su dormitorio. Su garganta estaba en carne viva y cada grito se sentía como cristales filosos poniéndola peor. ¿ Se estaba muriendo?
Estaba siega y el dolor la abrumaba. Entro en pánico, ¿Se estaba muriendo?
Alguien abrió la puerta de su recamara.
-¡Lissette¡ ¿ Qué te pasa?-pregunto su madre turbada. Hubo un silencio y exclamó - ¡Oh Liss, tu piel! ¿Qué te a pasado? ¡Sam! ¡Sam! ¡Apúrate, algo malo le está pasando a Liss!
Escuche unos pasos apresurados y el sonido de la puerta siendo golpeada contra la pared, se oyó una maldición y luego un jadeo de horror.
-¿Qué le ha pasado?- Pregunto su hermano, la preocupación palpable en su vos.
- No lo sé, no lo sé. Cuando entre ya estaba así, sus gritos se escuchaban desde la cocina y cuando subí la encontré allí gritando- La voz de su madre estaba ronca y pintada de desesperación cuando respondió.
Escucho pasos acercarse y luego las manos de su hermano sostuvieron sus mejillas, el dolor aumento en donde él tocaba y soltó un gemido de dolor. Las manos fueron rápidamente retiradas.
-¿Dónde te duele? ¿Cómo paso esto Liss?- La voz de su hermano se hallaba cerca y Liss lucho por responderle, pero no podía. Cada vez que abría su boca gemidos y gritos eran lo único que salían.
-Tranquila nena, te llevaremos con los ancestros. Ellos sabrán que hacer.- Dijo con vos tierna y luego su mundo se volvió negro.
Un mar de voces le dieron la bienvenida al despertar, su cuerpo se sentía entumecido y pesado, pero el dolor lacerante de antes no lo acompañaba. Se sentía extraña. Estaba más consciente de lo que la rodeaba y sus sentidos picaban.
Abrió los ojos y un mareo la recorrió, lo único que distinguió fue una mancha de colores cálidos. Llevo sus manos a su cabeza y cubrió sus ojos. Un mundo de sensaciones la golpearon, una suave brisa, el sonido de voces y el delicado material, en el cual estaba sentada, rosando contra sus muslos.
Agudizo su oído y el mar de voces se convirtieron en conversaciones, distintos tonos, volúmenes y significados. Pudo distinguir la voz de su hermano entre todas y se concentro en ella. Estaba teniendo una conversación, más bien una discusión, con lo que parecía una mujer. No, no una mujer sino Cleos y no parecía estar feliz.
Cleos es una de los 7 ancianos, ellos son brujos y brujas que tienes línea directa de sangre con los Ancestros. Estos son todos aquellos brujos de los cuales desciende nuestra sangre, al morir su alma y poder se une al resto de los Ancestros, formando un gran cumulo de energía y sabiduría, a los cual solo los ancianos tienen acceso. Por esto los ancianos son los regentes de los aquelarres y su palabra es ley.
Hay 7 aquelarres, todos ellos esparcidos por el mundo, pero todos los brujos nuevos, los que están por cumplir 18 años, son enviados al aquelarre Drogmas, el cual es el más fuerte debido a que está situado sobre los antiguos cementerios, lo que le permite una mejor comunicación a nuestra Anciana, Cleos, con lo Ancestros.
Por esto no entiendo porque mi hermano discute con la Anciana, esto podría traerle grabes consecuencias. Pero entiendo menos el porqué ella suena como si quisiera que el entrara en razón, Cleos es conocida por ser inflexible y por solo preocuparse por el bien general.
Se por conocimiento propio que le importa poco lo que los demás piensen, como no pueden destituirla de ser un anciano, no toma en cuenta las opiniones que no pertenezcan a ella.
-Cleos, Lissette es solo una niña.-Las palabras de mi hermano fueron interrumpidas por la rasposa vos de la Anciana.
-No importa su edad, Samuel. Las circunstancias de su nacimiento marcan toda su existencia, no importa lo que tú o yo pensemos, las últimas palabras no nos corresponden.-Dijo Cleos con firmeza, su tono tenía un deje reconfortante que yo jamás la había escuchado usar con nadie.
-¡No es justo que Liss tenga que pagar por las acciones de nuestra madre!¡Ella no tubo voz ni voto en cuanto lo que es, Cleos!-Argumentó Sam, la furia y el miedo son muy palpables en su tono.