Hush ©

Capítulo 3 “Refugio”

Lion me miró ansioso esperando mis palabras. 
Aunque aún sigo teniendo miedo. Miedo de que no me crea, y que me trate como mis padres, que me vea como una loca.

—Vania, puedes confiar en mí —dijo apretando mis manos —¿Cómo es que sabes lo de Heather? No te entiendo.

Suspiré profundo mientras siento algunas lágrimas derramarse por mis mejillas —Bueno, cuando era pequeña conocí a alguien —alcé mis cejas desviando la mirada hacia un punto perdido, no puedo verle los ojos —Yo solía jugar con él, podría decirse que era mi amigo imaginario. Su nombre... eso no importa ahora —dije al sentir un escalofrío subir por toda mi columna vertebral —Supuestamente los amigos imaginarios duran hasta cierta edad en los niños, pero el mío no. Creció conmigo y cada vez se volvía más extraño —dije llevando mis manos a la cabeza en total desesperación —Debí haber sido más fuerte Lion, no pude detenerlo. Todo fue mi culpa maldita sea. ¡Mierda!

Lion me abrazó rápidamente e intentó calmarme —Vania, me estás aterrado. Dime que esas pisadas no son de esa cosa.

—Es exactamente lo que intento decirte —cerré mis ojos y me aferré a su pecho con miedo a que se vaya —Por favor tienes que creerme, estoy muy asustada y no se que hacer para que se detenga. En cada encuentro, se vuelve más violento.

—Mierda —dijo por lo bajo y aferrando su hagarre en mi hombro aún más fuerte —¿Por qué no dices su nombre?

—No quiero, no me gusta decirlo en voz alta. A él no le gusta —dije limpiando mis lágrimas.

—Tienes que decirlo Vania, dilo —dijo ésta vez acariciando mi cabello.

—No... —dije algo confundida por su insistencia —Lion, ¿cómo es que entraste si la puerta estaba con seguro?

Éste no contestó, y continuó acariciando mi cuero cabelludo. 
Tragué fuertemente, y me fui despegando poco a poco de su pecho. 
Sentí unos golpes en la ventana, y luego en la puerta.

—¡Vania! ¡¿Estás bien?! ¡Abre la puerta! —escuché la voz de Lion fuera de la casa, y pude distinguir su silueta por el vidrio todo empapado.

Mi corazón comenzó a latir cada vez más fuerte, y cerré mis ojos en un llanto reprimido al sentir su mano apretar mi brazo, seguido de una pequeña risa. 
No quiero verle la cara.

—Mi nombre, dilo —dijo en susurro cerca de mi oído, su voz sonó distorsionada, profunda y ronca. Un sonido que me dejó totalmente petrificada.

Largué un grito ahogado, mientras cierro mis ojos y más lágrimas se derraman por mis mejillas. Comencé a gritar desesperada el nombre de Lion, mientras me quedo quieta con el agarre él sobre mi brazo. 
Siento oleadas de calor que van y vienen, una y otra vez, mientras el lugar se hace cada vez más pequeño y frío. 
Puedo sentir toda su oscuridad, su maldad, tan sólo con su toque. 
Puedo sentir a Lion golpear cada vez más fuerte la puerta.

—¿Piensas que soy capaz de hacerte daño? —dijo en un tono neutro —Anda, veme a los ojos cuando te hablo.

Negué rápidamente con mis ojos cerrados, y sentí sus gélidas manos tomar mi mentón y elevando mi cabeza lentamente. 
De un momento a otro sentí mi cuerpo flotar, y él elevandome con tan sólo mi mentón.

—¡Abre los ojos! ¡Y di mi nombre! ¡Vania! ¡Vania! ¡Vania! —comenzó a gritar tan cerca de mí rostro que puedo sentir su aliento putrefacto.

Grité aterrada sin abrir mis ojos, al mismo tiempo que sentí el ruido de la puerta romperse. 
Todo pasó tan rápido, ya que mi cuerpo pasó directo al suelo en un fuerte golpe. 
Golpeé con mis pies la mesa de café, rompiendo el vidrio en mil pedazos. 
Sentí un líquido tibio recorrer mi rostro, y en cuento alcé la mirada allí lo vi a Lion en total trance. 
Su mirada expresa terror.

—¡Vania! ¡Oh Dios! ¿Cómo... Cómo... —dijo sin saber articular la pregunta, mientras corre hacia mi intentando ayudarme.

No puedo parar de llorar y temblar, mientras veo mis piernas sobre la mesa toda destruida.

—Tranquila, no te cortaste, pero si te golpeaste muy fuerte la cabeza, Dios cuanta sangre —dijo tomando mi rostro entre sus manos —Tu ceja necesitará puntos.

En cuenta tocó mi piel, me alejé asustada, no puedo evitar sentirlo a él. Lo siento en todas partes, pero no se en donde está.

—Aléjate, no puedo, no puedo —dije con mis ojos bien abiertos, mientras intento ponerme de pie sin su ayuda —Necesito salir de la casa, ahora mismo. No puedo... —mordí mi labio inferior reprimiendo un llanto.

—Vamos, vamos —dijo Lion intentando tomarme del brazo.

—No me toques, por favor, no me toques. Vete afuera de la casa —dije señalando la puerta —¡Ahora! —le grité al ver que no se movía.

—Okey, okey —alzó sus manos y caminó hacia el jardín delantero —Vania que carajos.

Al verlo fuera de la casa supe que no era él, y en total alivio cerré la puerta a mis espaldas y corrí a abrazarlo —Lion no puedo quedarme sola en la casa, no estoy a salvo. Por favor, no me dejes —dije desesperada.

—Shh, shh —dijo tratando de consolarme, mientras me acompaña al auto. Abre la puerta sin decir una palabra, y me ayuda a ponerme el cinturón de seguridad.

Puedo ver como rodea el auto con una cara lavada, mientras observa de reojo la casa. 
Una vez que enciende el auto acelera en silencio y sin verme a la cara. 
Tiene miedo, y se que me vio en aquella situación. Cuando éramos pequeños yo siempre hablaba de mi amigo imaginario, y todos se me reían. Lion era el único que no hacía nada, me sonreía y jugaba conmigo como si nada hubiera pasado u ocurrido. 
Él siempre fue distinto conmigo, y compartíamos muchas cosas, muchos recuerdos. 
Tal vez es por eso que Heather llegó a sentir tantos celos.

—Por favor, di algo —dije apretando la herida de mi ceja.

—Iremos a comprar pegamento, así puedo cerrarte la herida. Ya que no quieres ir al hospital —dijo con el ceño levemente fruncido.

No dije nada, sólo incliné mi cabeza hacia un costado. Ya llegará el momento en que tenga que darle una explicación, pero esperaré a que me pregunte. Tengo miedo a involucrarlo con esa cosa que me persigue. 
Luego de comprar el pegamento e ir hasta su casa, él suavemente pudo cerrar mi herida. Me limpio un poco la cara, y desinfectó la parte afectada. Se fijo que no tenga rastros de vidrio en ningún otro lado, y luego me trajo una manta.



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En el texto hay: fantasmas, miedo, terror

Editado: 05.09.2020

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