Una picazón en mi nariz, provocó que abriera los ojos y ordenara a mis manos a aliviar la molesta zona. Acto seguido proseguí a estirar mis músculos completamente entumecidos, el omóplato de mi espalda sonó al ser relajado, lo que causó una mueca de satisfacción en mi rostro.
— Demonios, Bruja, el sonido de tu espalda se oyó hasta en Japón.
Ni siquiera tuve tiempo de procesar lo que mi cerebro le ordenaba a mi organismo a realizar. Solo fui consciente de mi reacción luego de ver a Brandon, en el suelo, con su manos posadas sobre su espalda baja y con una mueca de dolor. De su boca solo salían palabras incoherentes y gruñidos.
Cubrí mis labios recordando el porque de su presencia en mi cuarto —¡Pajarito! —De un salto bajé de la cama y me dejé caer sobre mis rodillas a su lado —Lo siento, olvidé que estabas aquí ¡No fue intencional!
Volvió a realizar otra mueca —Lo que más dolor provocó fue el puñetazo que me diste en el rostro, aunque no niego que mi espalda tampoco salió afortunada — Se sentó en el suelo, acariciando su roja mejilla — ¿Acaso eres amiga de las Tortugas Ninjas? —Elevé una ceja —Demonios como duele —Agregó al no tener respuesta de mi parte.
Rodé los ojos —Ni que te haya hecho un hoyo —Bufé —Eres peor que una mujer —Negué —Pajarito dramático.
Me fulminó con la mirada — ¿Dramático? — Negó — ¿Quieres que lo intentemos, pero esta vez yo sea tú?
Rápidamente me negué — Puf, no. No podrías ser tan linda.
— Vaya, tú ego si que sobrepasas la atmósfera —Suspiró —¿Me ayudas? —Extendió su mano hacia mi dirección.
— Por cierto — Tomé su mano — ¿Por qué seguías aquí? — Hice fuerza para poder elevarlo — Se suponía que ya no estarías aquí a estas horas — Volví a tirar de él, pero su brazo se tensionó y de un solo empuje, llevó mi cuerpo hacia el suyo, haciendo que cayera sobre él.
Tragué saliva al ser testigo de su escrutinio serio e intimidante. Era un idiota, pero había que admitir que tenía sus atributos, no como un Backstreet boy, pero tampoco se alejaba mucho.
— ¿Qué? — Pregunté intimida cohibida.
— ¿Algo tienes? —Murmuró sin dejar de analizarme. Apoyé mis manos sobre su pecho para poder elevarme, pero este al ver mi acción, cruzó sus brazos por mi espalda y me apretó hacia sí mismo.
— ¿Dónde? — Pregunté vencida y mientras miraba como podía mi ropa y las puntas de mi cabello.
Ladeó su cabeza — No lo sé, es lo que trato de averiguar — Mojó sus labios — Es raro, solo sé que ese algo, provoca que no pueda dejar de alabarte, por más odiosa que seas.
Mis mejillas se tornaron rojizas.
¡Ay por favor! ¿En serio estoy sonrojada?
— Supongo que ambos coincidimos con lo mismo — Acerqué mis rostro — Creo que te besaré pajarito, debo decir que tus palabras y tus labios regordetes están tentándome — Ahora fue su torno de avergonzarse y apretar sus labios en una mueca.
— Si vas a besarme, hazlo ya y deja de abusar de mí con tus ojos perversos — Lancé una carcajada.
— Eres tan... — Apreté mis ojos — Tú.
— Lo sé — Sonrió — Bien, bruja. Aquí estoy esperando.
Inhalé profundamente y luego solo posé mis labios sobre los suyos.
Sobre sus adictos labios.
— Anel — Golpearon la puerta de mi habitación — Soy Liza ¿Puedo pasar?
Me separé de Brandon quién me observaba con los ojos abiertos y con sus labios en un leve tono carmesí.
— Cielos — Susurré elevándome del suelo — ¡Vete ahora! — Susurré hacia él — Aguarda un minuto, ahora salgo — Exclamé hacia Liza y luego regresé mi mirada hacia Brandon —¡Fuera!
Este se apoyó en la ventana y me observó interrogante — ¿No creerás que voy a saltar o sí?
— ¡Solo salta!
Frunció su ceño — ¿Piensas que soy Pash o que?
Gruñí —¡Solo salta y no es Pash, es Patch!
Se encogió de hombros —Como sea, ahora, de ninguna manera voy a saltar desde aquí. Quiero vivir muchas gracias.
— ¿Anel, te encuentras bien? — Cuestionó el solecito.
— ¡Sí! — Fulminé a Brandon con la mirada pero este solo me observaba aburrido — Si no saltas ahora, créeme que la golpiza que recibiste en el Bridge High, no se comparará nunca a lo que te haré si no lo haces ahora — Lo amenacé.
Elevó sus manos en rendición —De acuerdo, pero si muero, tú eres la culpable —Se volteó y sacó sus cuerpo por la ventana.
— ¿Qué ocurre? — Cuestioné luego de abrir la puerta a Liza.
— ¡Oh! — Exclamó quitando sus ojos de Shadows y fijándolos en mí —Creí que venía a por Brandon, pero al parecer no — Murmuró.
Fruncí el ceño —¿Quién?
Rió —David, no sabía que lo conocías —Comentó —Está afuera y te busca —Me miró con una mueca picara.
— Sea lo que sea que tu cabeza esté maquinando, no es lo que parece — Dije para después caminar hacia la puerta principal — ¡Ey hola! — Lo saludé. Su sonrisa se ensanchó y me correspondió el saludo. Vestía una camisa a cuadros celeste claro, sobre esta una campera rompe -viento, y una bufanda color negra.
— Siento haber venido sin avisar, es solo que justo andaba por aquí y quise saludar.
—No hay problema, es bueno verte por aquí.
Sonrió —Es bueno verte aquí.
Tragué saliva incómoda —Si buscas a Brandon, el está...
— Vine a verte a ti — Miré hacia el suelo, en un intento de escapar de sus profundos ojos claros — Me preguntaba si ¿Quisieras salir conmigo?
Abrí la boca para responder, pero en ese momento apareció Brandon repleto de barro y nieve, de pies a cabeza.
— ¡Mamá el Yeti! — Chilló Liza corriendo escaleras arriba. David y yo reímos, a lo que Brandon lanzó un gruñido.
— ¡Hermano! — David lo abrazó — ¿Cómo has estado?
Brandon sonrió, pero solo se distinguía sus dientes blancos de entre todo el lodo.
— Te he echado de menos, imbécil —Sonrió abiertamente —¿Qué haces aquí?
— Volví por decisión de mis padres y estaré el tiempo necesario, para adaptarme nuevamente y para poder salir con tu linda hermanita.
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Editado: 02.06.2023