I Love You

Capítulo 33

El celular de Taylor comienza a sonar, pone el manos libres en el auto, así que puedo escuchar a la persona que está del otro lado de la línea.

—Dilaurentis.

Contesta tan frio.

—Señor Dilaurentis, ahora son dos autos...

—Estas en manos libres y hay pasajeros.

Dice mientras me mira nervioso.

—De acuerdo, hay uno amarillo y el blanco que ya los seguía, al parecer el nuevo auto se ha agregado cuando han disminuido la velocidad.

—¿Ya saben quiénes son, Isaac?

—Negativo señor, creemos que, por la forma de conducir, el piloto del auto amarillo sea una chica.

—Bien.

—Pero por el momento, no disminuya por nada la velocidad, creemos que están armados.

¿Armados? ¿Quiénes? Esas preguntas resuenan en mi mente, estamos en peligro... estoy en peligro... Taylor... no puedo ni pensarlo, se me parte el corazón.

Después de cortar la llamada tras esas palabras que me aterrorizaron, quiero preguntarle a Taylor que ocurre, pero simplemente puedo mirarlo, no puedo articular palabra alguna.

—Ta... Taylor... que... ¿qué ocurre?

—Tranquilízate y no preguntes por favor.

—Necesito una explicación, ¿quién nos está siguiendo?

Niega con la cabeza y coloca un disco en el reproductor del auto, Una gran canción, como en las que aparecen en las películas de acción inunda el vehículo.

—¿Has visto Rápidos y furiosos?

Asiento, frenética con la cabeza.

—Bien, esto es solo una película, ¿de acuerdo? así que has todo lo que te diga.

—De acuerdo.

Las llantas del auto rechinan cuando damos vuelta en una esquina, hay una camioneta enfrente y chocamos. Las bolsas de aire se llenan y aparecen enfrente de nosotros, mientras nuestras cabezas se mueven como un látigo; adelante, atrás.

La gente comienza a gritar y las sirenas de las ambulancias y patrullas se escuchan no muy lejos.

Trato de mirar hacia donde se encuentra Taylor, pero no lo puedo ver. escucho un ruido, alguien que está detrás de la ventanilla del copiloto.

Giro lentamente, me imagino lo peor, pero afortunadamente, es Taylor, que intenta abrir desesperadamente, la puerta que está un poco destrozada.

—¡Vamos!

Grita, tras lograr abrir la puerta, le observo y está sangrando de la parte superior izquierda de la sien.

Bajo del auto y lo miro, creo que este auto no tendrá reparación.

Taylor comienza a correr y yo lo sigo.

Tres calles, a pie. agradezco tener buena condición física, gracias Smith, agradezco en mi mente a mi instructor de natación.

Vamos los dos al paso y yo le miro para después mirar atrás.

Oh dios mío.

Un hombre vestido con unos jeans y una camisa negra apunta con un arma, no sé si a Taylor o a mí.

—¡Al piso!

Le grito, el no entiende por qué, pero yo le jalo del brazo para que obedezca.

El sonido de la bala, retumba en mis oídos y produce un silencio espantoso.

Nadie se mueve, Taylor me mira de reojo y yo le miro a él, después de todo mi cara está en su dirección, me indica con los labios que nos arrastraremos y yo asiento con la cabeza. ¿Qué más puedo hacer?

La gente ha comenzado a alborotarse de nuevo y ahora se escuchan en su apogeo las sirenas de las patrullas y las ambulancias.

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Gracias por leer, te invito a que sigas disfrutando de la lectura.

EN 20 AÑOS DESDE HOY ESTARÁS MÁS DECEPCIONADO DE LAS COSAS QUE NO HICISTE QUE DE LAS QUE HICISTE. – MARK TWAIN.




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