—¿Así que... Karla, si te acompañara?
—Por supuesto, ni loca se lo perdería.
—Aun quieres que llame a ¿Darla?
—Claro, quiero compartir tiempo con ella, después de todo será mi cuñada.
Su cara está enmarcada por una sonrisa brillante y hermosa, el giño de sus ojos cuando sonríe es fantástico. No lo había notado. Me está mirando con una cara, que si no fuera la de él y yo no estuviese aquí, diría que es de alguien enamorado.
—¿Por qué me miras así?
—¿Como?
Sigue sonriendo.
—Así.
—Es que te ves magnifica cuando sonríes y estas feliz – Inmediatamente siento mis mejillas que arden – Y cuando te sonrojas.
Le golpeo el hombro y él se masaje el hombro.
—Hey, golpeas duro.
—Sí, se lo debo a las clases de Karate.
—Entrenabas ¿karate?
Y al parecer, he encontrado otra persona que nunca escucha lo que digo. Mi cara cambia literalmente de primavera a otoño.
—¿No te lo había mencionado?
—No, creo que... estaba, bromeando, lo dejaste muy claro el primer día que nos conocimos.
Me sonrojo por los recuerdos y la estúpida sonrisa de enamorada vuelve a mi cara.
Aun no sé si él siente algo por mí, pero mi boca quiere gritarle y susurrarle en la oreja cuanto lo amo. Pasar tomados de las manos enfrente de todos y saber que es cierto y que no es solo una gran farsa.
—¿Que ocurre?
Me revuelvo incomoda en el asiento. No me había dado cuenta que no estaba respirando, suelto un suspiro entre cortado.
—Nada.
Me mira y una leve sonrisa se asoma por las comisuras de sus labios.
—Eres la peor...
—La peor?
—Sí, la peor mentirosa que he conocido en mi vida.
Cuando dice mentirosa, siento un alivio mordaz dentro de mí y al mismo tiempo me siento avergonzada. Yo no tengo la culpa de que no se me dé mucho lo de mentir.
—Bien, es solo que...
—¿Qué?
—Cuando estemos en la iglesia... Jurándonos amor eterno... Quisiera que fuera real.
Su expresión cambia a ceñuda y confundida. Mierda Danna lo has arruinado. Murmura una vocecilla en mi interior. Miro al frente meditando como arreglar esto. Sé que él no me ama, tal vez ni siquiera le guste un poco. Estoy casi completamente segura que solo se casa conmigo por mi papa sé que ellos son socios. ¡Tranquilízate! Mi subconsciente me abofetea fuertemente, perdiendo el control de mi cuerpo.
Miro a Taylor discretamente y él tiene su mirada fija en mi – Intentando no chocar, mira una y otra vez el camino- eso me basta para saber que sí, mis teorías. Un vuelco al corazón aparece de entre mis sentimientos, intento tragar el nudo que se ha realizado en mi garganta, me muerdo el labio inferior tratando no llorar. No llores, no llores... Mi mente me repite una y otra vez. Mi mente comienza a estructurar lo que necesito.
Plan: Necesidad de superación.
1-. Un buen libro.
2-. Un gran bote de helado napolitano.
3-. Una taza de té verde.
4-. Una almohada para llorar.
5-. Dejar de verlo.
Dos puntos de la lista son difíciles de conseguir. El primero porque, todos mis libros están en "Casa" y mi móvil esta extraviado donde tenía libros en PDF. Así que el punto número uno, definitivamente, no es posible. Aunque si... No, todo mi equipaje se encuentra por ahí en la calle, aunque a estas alturas es evidencia en la estación de policías. El punto número cinco igual es imposible, incluso más que el primero. Simplemente no puedo dejar de ver a Taylor. ¡Oh Dios es mi esposo! Aunque sonrió por la idea de que es mí... será mi esposo, sé que es inevitable verlo. Vive conmigo, estamos casi siempre juntos si no está Sam... ¿Dónde está Samanta? Sé que no es la persona más amada, en mi lista de personas amadas, incluso no está en ella. Pero sería catastrófico que algo le hubiese pasado. Taylor tendría que encontrar otra asistente y... Bueno tal vez no sea tan malo, su nueva asistente puedo ser yo y entonces sería como en la nove "secretaria y amante" solo que yo sería su esposa. Sé que no soy tan buena en lo que sea que haga Taylor, pero si él se decía a lo mismo de mi padre –compra y venta de propiedades- Le podría hacer informes y evaluaciones, claro no con esos extensos, detallados y exactos planos, pero le podría hacer una excelente evaluación. De acuerdo tal vez Barbie, si es muy importante, pero puede encontrar un mejor recurso, y este puede ser hombre. ¿No?
Bien, volviendo al punto número cinco...
—¡Danna!
Si yo sé que me llamo Danna y que mi futuro esposo de mentira del cual me estoy enamorando se llama Taylor, pero ¿Qué acaso es tan mal que quiera olvidarme de él? Necesito, hacerlo y sé que será difícil, pero...
—¡Danna!
Miro a Taylor y él me está mirando y el auto no se está moviendo. Sus cejas están arqueadas y me mira divertido.
—¿Que ocurre?
Pregunto nerviosa y confusa.
—Tenemos casi 15 minutos aquí afuera, durante los cuales eh intentado llamar tu atención. Pero al parecer, estabas tan pérdida en tu mundo que no te has dado cuenta.
Siento mis mejillas arder y maldigo en mi mente, por mi forma tan notable de culpabilidad y vergüenza.
—Lo lamento, es solo que...
—No – Coloca un dedo en mis labios
—Calla, durante estos quince minutos, he pensado lo que me has dicho, yo también quisiera que fuera real,
— ¡Oh Dios mío! ¿es verdad es lo que estoy escuchando?
— Pero estoy casi seguro que ninguno de los dos siente amor por el otro. No te niego, que tal vez, con el tiempo logres enamorarme y que en verdad me gustas y siento una gran atracción hacia a ti. Algo que nunca había sentido con otra mujer... Eres hermosa y te puedo casi jurar que me bastara solo un mes para enamorarme perdidamente de ti, me pareciste... Perdón me corrijo, me parecer muy especial, una chica diferente, única y... De verdad quisiera una oportunidad contigo. Así que... ¿Quieres ser mi novia realmente durante estas dos semanas que faltan para casarnos?