11 de agosto del 2018
Paula era consciente de que si no llegaba pronto a casa, Lucy se molestaría ya que ella le había dicho que tendría que volver antes de que sus amigos llegarán, pero para Paula había sido imposible cumplirlo debido a que el trabajo que tenían que entregar el Lunes siguiente era bastante extenso y tanto a ella como a sus compañeros el tiempo se les había pasado demasiado rápido.
Paula miró el reloj que tenía en su mano y se dio cuenta que ya iba tarde una hora. Ella se bajó del bus, aceleró el paso y algunas veces corrió. Cuando ya faltaba muy poco para llegar vio a un chico bastante alto, de cabello negro corto y bien peinado, camisa blanca remangada sobre la altura de los codos y pantalón negro, él observaba un papel que tenía en su mano y luego miraba la dirección de las casas cercanas. Ella lo observó por pocos segundos y cuando su mirada se cruzó con la de él recordó que lo había visto en una foto junto a su hermana, ella se fue acercando poco a poco hacia él.
– Hola. – Paula le sonrió.
Stephen estaba mirando la dirección que le había dado Lucy tratando de descifrar un número, cuando una voz de una chica cerca de él lo distrajo. La chica en frente de él era muy linda, tenía ojos grandes y pestañas largas, cabello castaño largo, delgada y de estatura baja.
– Hola ¿nos hemos visto antes?
– ¿Eres Stephen?
– Sí, soy yo. – Stephen le sonrió, pero no entendía como aquella chica sabía su nombre.
– Stephen, soy Paula. – Paula estiró la mano hacia él y él la tomó, Stephen recordó inmediatamente que la primera vez que vio a Lucy ella se presentó de la misma manera que lo había hecho Paula. – Soy la hermana de Lucy y supongo que vas a ir a visitar a mi hermana ¿estoy en lo correcto?
– Si, pero no he podido llegar porque no entiendo lo que dice. – Stephen le paso la dirección a Paula y ella la tomo.
– Si, es entendible confundirse con esa letra, antes llegaste muy lejos guiándote de esto. – Paula le sonrió, luego lo observó fijamente por algunos segundos y quedó hipnotizada, Paula no pudo evitar sonrojarse al darse de cuenta que Stephen era muy guapo y rápidamente se giró avergonzada esperando que él no lo hubiera notado. – Eh… vamos, ya no necesitas esto.
Paula comenzó a andar y algunas veces miraba disimuladamente para saber si él venía cerca. Cuando estuvieron al frente de la casa ella sacó las llaves y abrió la puerta.
– Sigue. – Paula le hizo un ademán para que pasara.
– Gracias.
Stephen entró y siguió caminando por un estrecho pasillo que lo llevó a un apartamento bastante pequeño que conectaba directamente con la sala. Él vio que Sofía, Yesid y Lucy estaban sentados en un sillón grande viendo una película que parecía ser de terror.
– Hola, ya llegue.
– ¡Stephen! – Lucy se paró rápidamente y corrió a abrazarlo, luego lo soltó y lo miró fijamente. – ¿Cómo entraste?
– Él llegó conmigo. – Paula apareció detrás de Stephen y luego se acercó a Lucy. – ¿Cómo querías que encontrará la dirección si la escribiste mal? – Paula le pasó el papel a Lucy, ella lo tomó y se sorprendió cuando vio su error.
– Ups, me equivoque. – Lucy le sonrió a Stephen y luego se llevó una mano a la cabeza. – Hay algo que no entiendo ¿Paula, cómo lo reconociste? O…
– Recordé la foto que me mostraste con Stephen la vez pasada – Paula interrumpió a Lucy mientras que se alejaba de los dos e iba a la cocina. – por eso supe que era él.
– Ah… Paula ven aquí. – Paula salió de la cocina con una tostada en la mano y se acercó a Lucy que estaba enfrente de sus amigos. – Paula ella es Sofía, él es Yesid y ya sabes que él es Stephen.
– Hola, es un gusto conocerlos. – Paula miró a Sofía, a Yesid y a Stephen
Paula tardó pocos segundos mirando y sonriéndole a Sofía y a Yesid, pero cuando llegó el turno de Stephen no pudo sonreírle como lo había hecho con los demás ya que cuando su mirada se cruzó con la de él, ella sintió un corrientazo eléctrico que la recorrió por gran parte del cuerpo, en ese momento sonó un golpe en la puerta de entrada.
– ¡Voy! Deben ser nuestros padres.
– No Lucy, voy yo. Tal vez es Andrés. – Paula salió caminando rápidamente.
Al abrir la puerta Paula vio que sus padres la miraban y le sonreían muy alegremente, ella se lanzó hacia ellos y los abrazo.
– Los extrañe mucho. – A Paula se le resbaló una lágrima, pero ella la secó rápidamente. Para ella había sido muy difícil vivir alejada de sus papás por tanto tiempo.
– ¿Dónde está Lucy?
– Papá, ella está adentro con sus amigos.