Capítulo 4

Las luces de colores resplandecían por todo el lugar, la música se escuchaba hasta la otra punta del cerro, el ambiente estaba mucho más animado que al principio, jóvenes tomando, hombres bebiendo y conversando mientras hacían socios muy importantes. 

Después de todo para eso era esa fiesta, fiesta solo para empresarios emprendedores, inversionistas, políticos, etc. Los  emprendedores conocen a inversionistas, y los empresarios conocen socios para relacionarse. Sus hijos, los jóvenes para que tengan alguna oportunidad conociendo a los hijos de las personas más importantes y de esta manera aliarse y hacer crecer la empresa de sus padres. 

-Joven Dahmer, déjeme presentarle a Oliver Landow, jefe y dueño de la revista más importante de Europa, y parte de Estados Unidos. 

Un hombre robusto, de aproximadamente unos 52 años, con algunas canas aproximándose por su cabello en consecuencia de la edad, con porte elegante, y un traje negro completamente fino, y claramente caro, un reloj en su muñeca y una sonrisa exitosa. 

Dahmer no necesitaba presentaciones, él ya sabía quién era ese sujeto, lo investigó durante meses, su compañía tiene ingresos de más de 1.000 millones de dólares anualmente, generalmente el dueño o fundador toma el 10% de ingresos, pero una compañía que gana tantos millones al año, el fundador ya no toma el 10% toma el 1% o máximo el 5%, el un año ese hombre gana más de 1.M de dólares y aumentando. Su imperio lo construyó a los 25 años con sólo 10.000 dólares, y años después vale millones, era un genio en la industria de ventas de mercado y marketing. Sus pasatiempos eran salir de viaje para conseguir más tratos y expandir su negocio, encontrar socios y hacer tratos con otras empresas, no era necesario que fueran de la misma industria, con sus ganancias podía convencer a cualquiera que el quisiera para trabajar con él. 

Y Dahmer era el afortunado. 

Había investigado todo de él, pero él sólo tiene que saber una parte. 

-Señor Landow, es un placer conocerlo, llevo siguiendo su negocio hace mucho tiempo - Dahmer hizo un ademán para que aquel hombre se siente en los acolchados cojines negros - Y me encanta, es usted un hombre muy inteligente - lo adulo, ya que eso es lo que mas le gustaba al hombre frente de él, y lo comprobó al ver como una sonrisa de superioridad se formaba en sus labios - Escuche muchas cosas sobre usted. 

-¿Buenas?

-¿Hay alguna mala?

El hombre rió con gracia, mientras que un mozo se acercaba a servir las dos compás de champagne y dejar la botella en la mesa - ¿Champagne?

Dahmer sonrió y tomó su copa agarrando esta gentilmente mientras se ponía de pie con una mano en su bolsillo - Hay que celebrar, de todas formas estamos hablando de un ganar-ganar. 

El hombre asintió, su sonrisa permanecía en su cara, mientras se ponía de pie al igual que Dahmer chocando ambas copas con virtud. 

-No estamos hablando solo de negocios ¿verdad?

Dahmer sonrio queriendo llegar específicamente a ese punto, los negocios estaban bien, pero había otra cosa a la que Dahmer estaba tratando de entrar y no había conseguido, y sabía claramente que aquel hombre tenía entrada VIP - Ciertamente eres un genio en el marketing, siempre estás un paso delante, la verdadera pregunta es ¿Me ayudará?

La lujosa limusina se paro frente a un lugar oculto, un callejón vacío, en las peores calles, el edificio al cual estaban a punto de entrar tenía una facha abandonada, ciertamente todo era una simple facha, ya que al entrar y bajar por el sótano, las paredes dejaron su tono oscurecido a uno increíblemente blanco, con tonalidades doradas, era como entrar a otro mundo, había gente muy exitosa, algunas caras conocidas o otras no, tanto hombres como mujeres, bailando y hablando felizmente, camareros que Dahmer no estaba seguro de donde los había conseguido. 

Tal vez los secuestraron. 

Pero ninguno se paro, tanto Dahmer como Londow siguieron avanzando hasta otra puerta, le siguieron otras dos para llegar al tal esperado lugar. Las luces tenues, alrededor de 5 hombres sentados en las sillas, las cuales rodeaban un punto central - Esta noche sólo miraras, no podrás ofertar ni comprar, la próxima hablaré con Mike para darte un lugar y entonces serás bienvenido. Todavía ni empieza, llegamos justo a tiempo. 

Ambos avanzaron y Londow se sentó en una silla y Dahmer lo siguió para pararse atrás de él mientras suspiraba y trataba de calmarse y mostrarse lo más fríamente posible. 

Una mujer de edad ya avanzada se acercó con una sonrisa hasta el centro y comenzó a mirar a cada uno hasta que su mirada se detuvo en Dahmer , aquella mujer sonrio aún más grande dándole escalofríos a Dahmer - Buenas noches señores y caballeros de alta estima y calidad como cualidad. Me presentaré para los nuevos - dijo mirando a Dahmer por el rabillo del ojo para luego mirar a todos nuevamente - Mi nombre es Mike Saliban y yo les ofreceré lo que sé que ustedes desean. Déjenme presentarles a la primera y hermosa dama. Esta noche solo presentaré a 3 candidatas, se que son pocas, pero son puras y vírgenes todas, las demás se están recuperando de los golpes, ya saben - guiño un ojo provocando risa en los demás - No podemos presentar candidatas así para nuestros caballeros tan importantes. Bien que comience el espectáculo. 

Una joven apareció de la nada, tratando de cubrir las partes de su cuerpo, solo bastó la mirada de aquella mujer para que esta bajara sus brazos mientras apretaba los puños y una lagrima silenciosa bajaba por su mejilla izquierda. 

-Marilyn, joven de 16 años de edad, virgen, nueva y fresca, como sé que a muchos les gusta. 

-¿La golpearon?

Uno de los hombres alzó la voz - Pará nada, nosotros no golpeamos a la mercancía a menos que realmente sea necesario, pero ella se a portado bien, es una joven muy bien portada, no me a causado problemas y garantizo que no les causará muchos problemas caballeros, si, llora un poco, pero sé que ustedes van a saber como proceder ¿verdad?