La sociedad londinense se encontraba patas para arriba. El baile donde se celebraría el compromiso de la benjamina de la familia Westhampton y el duque de Leithold era un acontecimiento que nadie se quería perder, este iba ser celebrado en el gran salón de Bridgerton House. Era la primera vez que se enviaban dos invitaciones, una para el baile de compromiso y otra para la boda, la reina Victoria confirmó su asistencia para la boda, pero no para el baile de compromiso puesto que no se encontraba muy bien de salud. En cada rincón de Londres solo se hablaba de tal acontecimiento, muchas actividades fueron canceladas por este. Toda la familia Westhampton y sus amigos cercanos se trasladaron a Bridgerton House tres días antes del baile, Becky estaba impresionada de como la duquesa de Leithold, Lady Elea, Lady Agatha y Lady Clarise tenía listas las invitaciones y no sólo eso había quedado muy bonitas y ya todas estaban circulando en Londres. En esos tres días hubo demasiado trabajo para las mujeres de la familia, Becky estaba encargada del menú junto con la tía Sakura, ésta era la encargada de dirigir a la cocinera de Lady Elea; Aitasis y Georgia estaban encargadas de la decoración y los arreglos florales, Camelia había sido asignada para ser la madrina de Iuola en los momentos en que ésta pasara con su prometido, pero Leithold había estado ausente y ninguno de los dos se esforzaba por estar con el otro, por ende Iuola tomó ese tiempo para organizar toda su información de las últimas investigaciones.
Iuola se preguntaba constantemente si el barón había avanzado en su investigación y muchas veces se preguntó así misma si era conveniente escribirle una carta, pero en las condiciones en la que estaba, no se veía bien que una mujer comprometida se escriba con un hombre soltero.
Su vestido de compromiso se lo había regalado Lady Elea y le había encantado, sin embargo tenía que confeccionar el de su boda. Por ende se encontraba con su hermana, sus cuñadas y Camelia en Bond Street en la mejor modista de Londres, Annette. Ésta era francesa y confeccionaba a las mujeres más importantes de Londres. Aunque ninguna estaba de acuerdo con la boda, habían dejado sus opiniones a un lado y se habían contagiado del entusiasmo de Lady Elea. Becky se encontraba junto a Annette escogiendo las telas, Georgia y Aitasis estaban en toda la tienda aportando ideas y Camelia se encontraba viendo un hermoso vestido azul índigo.
—Iuola acércate a ver esta tela—le dijo Becky y ésta fue de inmediato—Pienso que si combinamos esta con este satín y le agregamos esto y... ¡Dios quedará hermoso!
—Tiene muy buen gusto mi lady—le dijo Annette
—Gracias Annette—le agradeció esta—¿Cree que lo tendrá listo para final de mes?
—¡Cancelaré todos los pedidos! ¡El vestido de La futura duquesa de Leithold tengo que confeccionarlo yo!
—Muchas gracias Annette—le dijo Iuola
En ese instante entró alguien a la estancia.
—No es necesario que me acompañes adentro hijo—dijo una dama—puedes ir a dar una paseo
Iuola vio a la pareja y era una mujer mayor y junto a ella el barón de Weasly. Este le sonrió y le dijo que no tenía ningún problema en esperar dentro. De inmediato las miradas de Iuola y Aaron se cruzaron.
—Buenas tardes—saludó la mujer y sir Aaron, a continuación todas respondieron.
—Tía permítame presentarle a la marquesa y condesa de Westhampton; Lady Georgia Harris y su hermana Lady Iuola; La señora Bright amiga de éstas—le dijo el barón y prosiguieron a hacer las presentaciones
La tía de este se acercó a Iuola—Muchas gracias por invitarnos a su boda Lady Iuola
Ésta se quedó de piedra, no tenía ni idea que los habían invitado. Pero aun así le regaló una sonrisa.
—No hay de qué.
—Señora... no podré confeccionarle su vestido, puesto que mis niñas y yo trabajaremos todo el mes en el vestido de novia de Lady Iuola—se disculpó Annette
—Oh está bien Annette, entiendo perfectamente. No se preocupe buscaré otra modista
—Gracias
—Nos retiramos entonces—les dijo Sir Aaron mientras hacía una reverencia y se marchaba con su tía.
Su hermana y sus cuñadas la miraron fijamente; Iuola alzó las cejas.
—¿Tienen algo que decirme? —preguntó.
—¿Nosotras? Para nada—le respondió Aitasis y todas volvieron a lo que estaban. Camelia suspiró y siguió mirando más vestidos.
En ese momento se abrió la puerta una vez más y entró Sir Aaron, todas lo miraron fijamente.
—Perdón—dijo este—Me preguntaba si podía hablar con lady Iuola un momento
Se hizo el silencio y Iuola no se atrevía a mirar a Becky.
—Por supuesto—dijo Camelia y todas la miraron—Me asignaron ser la madrina de Iuola mientras ustedes organizaban, por ende está en mí dar la autorización ¿no es así?
Iuola le sonrió a Camelia pero no dijo nada.
Becky suspiró—Por supuesto que si Cami
—Muy bien, entonces...—dijo ésta mientras miraba a Iuola—Vayamos afuera