I'm blue, I'm black, I'm rainbow

Capitulo 3 - Intoxicado de azul

Etapa azul celeste:

<"Oh, he did it all to spare me from the awful things in life that come

And he cries and cries

I know he knows that he's killing me for mercy...">

La voluntad para no quedar cegado por sus demonios y un razonamiento intransigente que creí persistían en la cabeza de la querida desgracia, pero su cordura estaba llegando a sus limites existenciales. Denme una bufanda que no quiero ver las consecuencias de lo que una luz de salvación provoca en un hombre que lo ha perdido todo, quítenme los ojos que no quiero ver los efectos que tendrá esto para mi, dróguenme que quiero escapar al país de nunca jamás para no volver atrás, susúrrenme para calmar mi pobre corazón agitado.

El destino es un sordo por conveniencia, el dice que lo escrito esta escrito, no hay errores, ni un borrador que borre el destino de una persona, si morías, estaba ya escrito por el, pero creo que el mismísimo destino no se da cuenta del poder que conlleva planear la vida de una simple persona, puede hacer una vida con lujos y otra con tragedias. El no te dará el privilegio de escoger una vida acogedora, a el no le importa si el mundo que te rodea se desploma ante ti, no dejara que escapes o mires a otro lado, porque también te obligara hacerte pedazos junto a el.

Así que querido lector no hagas lo mismo que yo en momentos de crisis, no le implores al destino que cambie tu camino, porque no lo hará. No esperes que dos vasos llenos de lluvia radiactiva decidan cosas ajenas, porque no la harán. No le hables a la luna pidiéndole un consejo, porque ella no te lo dará si no eres merecedor de sus palabras. No esperes que una persona invisible haga las cosas por ti, porque nadie es tanestúpido para caer en los halagos de una rubia oxigenada.

Desaparecer del tiempo en el cual transcurre mi presente, son pocas de las veces que me permito hacer, hago que mi mente se de la libertad de sumergirme en recuerdos.

Nuestra querida desgracia estaba colapsando y escapo de su poca cordura, el ya no era el mismo hombre acogedor que me rescato, así que cerré los ojos esperando mi tan esperado destino. El venia directo a por mi, eso estaba claro, pero exactamente... ¿Que ocurriría?

—Dime, ¿cual es el problema? —Dijo gritando, corriendo directo a mi —Dilo, que te escuchare... —Pensaba que al ser una persona alta y muy delgada no tendría la suficiente fuerza como para darme una gran patada en el estómago que provocara que el aire en mis pulmones saliera expulsado de mi boca cocida. Pero estaba una vez mas equivocado.

<"He holds my body in his arms

He didn't mean to do no harm

And he holds me tight...">

 

El desquitar su ira irracional contra un chico sin esperanzas, parecía ser reconfortante para un hombre que paso de ser un ser humano con alma cálida a un lobo con espíritu de mil demonios dentro de el. Golpe tras golpe recibía, el tiempo pasaba lentamente, frente a mis ojos las estalactitas de hielo se derretían cayendo en mi frente, bajaban a mis ojos ellas parecían entender mejor mi dolor, pero porque el no lo notaba. Gritar y pedir que pare no estaba en las opciones, si me atrevía abrir un poco mas los labios los desagarrare, ¿que se supone que deba hacer?

— ¿Lloras? Los hombres no lloramos, tenemos que ser fuertes, aunque así nos estén quitando la vida lentamente —Por un momento el se detuvo y me miraba confundido, pero solo podía sentir como mi abdomen se relajaba y empezaba el verdadero dolor.

El se hincó frente a mi, trataba de calmarse, su respiración era rápida y sus manos tocaban mi pecho, un tocar ajeno a lo que no estaba acostumbrado. El mira el llorar de las estalactitas, me toma por la barbilla y con la yema de sus dedos roza la comisura de mis labios, el pánico estaba siendo mi amigo en estos momentos, el sabia mejor que yo que nada estando al mando de desgracia terminaría bien. Teniendo dedos delgados y finos, toma el final del hilo de metal y comienza la tortura interna, lo jalaba lentamente, brotando sangre y un dolor que ni con anestesia pararía.

Pánico tomaba mi mano y sin fuerzas para apretarla fuertemente el lo hacia por ambos, me miraba con lagrimas en sus ojos, cerraba los ojos pero lagrimas suyas caían en mis labios, quitando el metálico y sangriento sabor de mi boca. Pánico era un sentimiento que amaba tener a mi lado, era tan cercano a mí que no quería que jamás se fuera de mi lado.

— ¡Quiero oírte cariño! —La querida desgracia estaba encima mío acorralándome con su grandes y lagos brazos entre mis hombros y con su rodilla separando mis piernas — Dime que cuando haga lo planeado no huirás —Aun cuando mis labios estaban manchados de sangre el me estaba besando. Un espíritu libre con miles de años de existencia, besaba a un niño de siete años.

— ¡Detente, no lo toques de hace forma! —Pánico creía que al ser un sentimiento mío y que sobresaliera de mi mente podría gritarle a la desgracia que parara de besarme y quitara su mano de mi pecho, pero como dije el solo creía que podría, pero no era así, mi cuerpo no era posible que reaccionara, no salía una palabra de mi boca amarga de lágrimas.



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En el texto hay: novela juvenil, novela romántica, novela ligera

Editado: 28.03.2018

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