Y la noche es mi amiga,
no mi enemiga.
La noche es clandestina,
oculta en la neblina.
En las altas horas espero
con deseo
ver tu rostro nuevamente.
La imaginación viviente
que besa la luna creciente.
Sumergiendo mi conciencia,
o lo que queda de ella
a un paraíso
de imaginación entera.