Suena mi despertador y despierto exaltada, mi sueño parecía tan real... Me quedo sentada analizando el sueño y de pronto siento mucha tristeza, no sé por qué. Creo que cada día que pasa me vuelvo más loca.
Bajo las escaleras y la mesa está puesta, hay mermelada y jugo de durazno, por lo general prefiero la comida salada, pero esto se ve bien.
-hola mamá.
-cariño, buenos días - dice con una sonrisa carismática y en sus manos una bandeja con galletas - las hice hace poco- Dice mirándolas
-¿hace poco? ¿Desde que hora estás despierta?.
- eso no importa- dice dejando las galletas en la mesa- me desvele temprano, no pude dormir es todo- deja una taza de chocolate sobre la mesa- me voy a trabajar, mejor siéntate o se enfriará tu desayuno y te pediré por favor que no salgas, sabes que temo que vuelvas a desmayarte, promételo - me observa mientras yo asiento con la cabeza, se dirige a la entrada, abre la puerta y se va.
Luego de tomar el chocolate caliente con gusto amargo me preparo para salir después de meses, estamos en diciembre y es verano, por la ventana de la cocina empiezan a aparecer los primeros rayos de sol. Me voy a la habitación y elijo un vestido azul con flores blancas, un sombrero de sol azul y me miro al espejo, yo tengo el pelo negro largo, tes blanca, mis ojos combinan con mi vestido, pues son azules, probablemente mi padre tuvo mi color de ojos ya que mi madre los tiene marrones. No lo conocí y tampoco mamá me habla de él, a mi me es irrelevante, aunque a veces es inevitable hacerme preguntas como el porqué no está conmigo. Recuerdo que la ultima vez que le pregunté a mamá por él no dijo nada y se mantuvo callada por una semana, sin decir palabra alguna. Así que decidí que no volvería a tocar el tema.
< te asienta ese color, te ves bien ¿vamos a salir?>
-Tarek!! Hasta que apareces.
<creí que sería bueno aparecer cuando tu madre no estuviese aquí, ya sabes, no me gustaría que te encerraran en un hospital otra vez> se sienta sobre la cómoda que en algún momento fue la causante de mi inconsciencia.
- no te preocupes, no volveré a ese lugar.
Salimos de casa y caminamos por las calles mientras los rayos de sol llegaban a la cara de tarek
< ¿que tanto me miras?>
-te ves tan real, me gustaría que lo fueras-
<soy real, existo para ti y eso es suficiente>
-bueno sí, eso tiene sentido, al menos para mi.
De pronto la calle pavimentada se termina y veo un camino de tierra y piedras irregulares dirigiéndose a un bosque, algo me llama la atención de ese lugar, hemos caminado tanto y conversado tanto que no nos dimos cuanta del límite de la ciudad. Al mirar me doy cuenta de que Tarek se ha ido y estoy sola. Sigo el camino de tierra y piedras irregulares adentrandome en el bosque, de pronto escucho un ruido desde los matorrales, me exalté, pero pensé que podrían ser animales. Hubo un silencio y poco después el sonido volvió, esta vez similar a los pasos de una persona. Ya no eran animales, pensé en correr de vuelta pero ¿y si era un Psicópata? ¿Que haría? De seguro me oiría y por supuesto me alcanzaría y decidí que debía retroceder con lentitud.
Para mi suerte no había avanzado mucho y pude llegar al punto de partida, mi corazón estaba agitado.
-¿Alice?.
En ese momento salto de un susto sintiendo como cada una de mis vertebras se alineaban, ahora sí estaba perdida, el psicópata ya sabía mi nombre y ahora estaba justo a mi espalda, de seguro había estado estudiandome desde hace tiempo, sabia mi dirección y tenía secuestrada a mi madre y a todos con quienes ella trabajaba pues era experto en secuestrar personas. No tenía como defenderme, solo tenia que salvar a mi madre del psicópata.
-¡aquí estoy, deja a mi madre, aquí me tienes me rindo, pero libera a mi madre!- dije valientemente girándome despacio con las manos en alto.
-¿ de que hablas loca?
Era John, mi vecino, él es un poco mayor que yo, debiera tener 21 años aproximadamente, tenía el cabello rojo, ojos verdes y algunas pecas en el rostro, delgado. Se veía diferente a lo que imaginaba del psicópata.
-John eres tú- sentí un alivio enorme, me alegraba no haber tenido que demostrar mis dotes marciales- ¿pero que rayos haces aquí?
- la pregunta es ¿qué haces tú aquí? Te hemos buscado toda la mañana y medio día. Tu madre te dejó a cargo con la mía, al ir a tu casa se dio cuenta que no estabas y dio aviso a toda la ciudad para que te buscara, incluyendo a tu madre y la policía, ya habíamos perdido la esperanza cuando un anciano dijo que te había visto pasar en esta dirección en la mañana, dijo que lucías extraña y hablabas sola mientras reías maniáticamente.
- pero si acabo de salir.
-¿acabas de salir? Son las 9 de la noche Alice.
Me doy cuenta que el sol se había ocultado y había sido reemplazada por la luna junto a millones de estrellas. Sentí mucho frío y mis manos y piernas estaban heladas. John me pasa su chaqueta y emprendimos rumbo a casa, yo no dije palabra alguna.
¿Como rayos pasó?