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…s…
Estamos a mitad de la semana y las cosas han cambiado drásticamente desde el baile y los acontecimientos de aquella noche. Carrie y Leo demostraron exactamente lo que les referí aquella noche, ahora nos creen idiotas y han decidido no hablarnos o acercarse a nosotros. De seguro les da más tiempo para ellos. No voy a fingir que no me hace sentir mal que apenas y nos volteen a ver, en especial mi hermano, pero no planeo retractar mis palabras o ser la que ceda primero. También se los advertí a Val, Lucas y Brad. Carrie y Leo son los que están actuando mal, no nosotros; otro cambio, es que los Orionis y nosotros cuatro hemos comenzado una amistad. Helena pasa algunas horas con nosotros, incluso se ofreció a ayudarnos en algunas clases como gladio. Es de las clases más complicadas y antiguas que he presenciado.
Enzo y yo comenzamos a forjar una amistad, no es tan idiota como pensé, de hecho, es amable y bastante inteligente. Su hermana nos contó todos sus hallazgos académicos, agregando que, si no fuera por su pésima conducta, él podría ser un alumno destacado. Elara, Tara y Marcus se han hecho más cercanos a nosotros, ellos fueron los primero en mostrar amabilidad, por lo tanto, confiamos en ellos. Marcus y Francis se habían convertido en una especie de guardaespaldas, en especial para Val, el ultimo es muy divertido y algo payaso, pero es un buen chico. Respecto a Félix, bueno, él se alejó de sus amigos y comenzó a frecuentar al asqueroso de Acrux y al grupo de la dientona de Beatrix, eso está molestando a todos, en especial a Caelum.
No hemos hablado desde nuestro encuentro, nuestras miradas se encuentran de vez en cuando y el hecho de que nuestros amigos se estuvieran frecuentando nos ha puesto en el mismo lugar muchas veces. Él está fingiendo que nada paso, pero sinceramente yo no puedo hacerlo. Tampoco quiero.
—¿Estas escuchando? —La voz de Valentina borra mis pensamientos—. De nuevo lo hace, tiene días así. Comienza a preocuparme.
—No digas tonterías. —Helena ríe—. Tal vez solo esté pensando en alguien.
Su mirada picará me pone nerviosa, ella no lo sabe. Él nunca lo diría.
—En mi hermano —refuto—. Me preocupa.
—Es esa chica Carrie. —Tara acusa—. Debí suponerlo, su estilo deja mucho que desear.
Ellas son bastante críticas con los demás, pero no cualquier crítica, buenas críticas. Aunque Tara y Helena se enfocan en la apariencia más de lo debido.
—Eso no dice mucho de una persona, Tara. —Elara la reprende—. Y creo que culparla a ella es misógino.
—Tu piensas que todo lo es. —Enzo se burla.
—Es porque la sociedad está sumida en esta y ni siquiera lo notan —replica ceñuda.
—Comienzo a tenerte miedo, Ela. —Francis la mira fingiendo terror.
—Cierra esa promiscua boca —advierte.
Todos en la mesa comenzamos a reír, ellos lo conocen más, pero me he dado cuenta que Francis ama la compañía femenina a un nivel íntimo.
—No te pongas celosa, tengo para todas. —Francis guiña con una sonrisa lasciva.
—Tendría cuidado, El. No querrás contagiarte de clamidia. —Escucho la voz de Caelum decir con humor. Todos ríen, pero yo no puedo. Él está aquí.
—¿Desde cuándo no tienes una buena cogida, Hannover? —Francis lo mira con diversión—. Suena a envidia.
Sin poder evitarlo, mis ojos se posan en Caelum y como es de esperarse, él me está mirando también. Labios agiles y feroces. Su mirada brilla por un momento, algo oscura y lasciva, solo un momento y después de un parpadeo, es fría y del color del cielo nublado. Mi calor sobre su rodilla, empujando cada vez más arriba. Bajo la mirada a la mesa de piedra. Escucho los pájaros en los arbustos del jardín.
—Sienna. —Lucas me llama. Todos me miran, el me mira.
—¿Sí? —Paso la saliva que se ha acumulado en mi boca.
—No luces bien ¿te sientes mal?
Lo miro si entender. ¿Qué dice? Caelum tiene su mirada puesta en mí. Ojos Hermosos y malditos.
—Estas sudando. —Valentina agrega preocupada—. Y no está haciendo calor.
No lo está, de hecho, el clima es fresco y todos usamos chaquetas.
—Debe ser mi periodo —balbuceo.
—¿El periodo de qué? —Francis pregunta.
Bendito seas Francis. Todos ponen su mirada en él y bromean con el pobre chico despistado.
—Tenemos clase. —Elara corta la diversión—. No me gusta llegar tarde.
—Si, señora. —Enzo hace un saludo militar. Ella pone los ojos en blanco y camina hacia la academia a lado de Caelum.
Las clases aquí siguen siendo raras y con los días se han hecho cortas y vagas. Brad y yo lo notamos. Excepto gladio, lenguas y las extracurriculares. Mis clases especiales de Impetu, son aburridas y tediosas, no enseñan mucho, solo leer y hacer resúmenes; solo el Meissa Morgan da buenas clases y tal parece que incluso los Orionis aprenden de esta. Brad tiene razón, todos aquí parecen saberlo todo y lo que no, es mínimo. Extraño.