Immundus

El tonto embrujado.

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Sus ojos lucen irritados como si quisiera llorar y unas marcas en su cuello llaman mi atención. Ella trae dos mochilas sobre su pecho.

—Brad —dice con dificultad—. Félix lo golpeo con algo y se lo llevo encadenado.

No hay forma de que ella este mintiendo, la razón por la que salí del archivero, fue porque escuché la puerta de la entrada ser azotada. Se supone que solo yo estoy en la academia.

—Necesito encontrarlo —gimotea—. Parecía como si quisiera matarlo.

Ella mira al piso cerca de la entrada, veo líneas viscosas de color escarlata sobre este. ¿Qué carajos está ocurriendo? La dejo ir de mi agarre y camino a la puerta.

—¿Vienes o vas a dejar que lo encuentre solo?

Cuestiono abriendo la puerta.

Ella se apresura y sale bajando las escaleras. Saco el móvil de mi bolsillo buscando el nombre de Enzo en los contactos. Escucho el sonido de la llamada en mi oído, dos veces y la contesta.

—¿Terminaste? Helena y Tara llegaron hace tiempo.

—Tenemos un problema. Si estas con los demás, aléjate —respondo—. Al parecer Félix ataco a Brad y a Sienna, llevándose al primero a no sé dónde. Ella dice que parece querer matarlo.

Carajo, Elara y yo notamos que Acrux le dio una poción hace unos días, creemos que pudo alterarlo —comenta del otro lado del teléfono.

—Escucha, ayudare a Sienna a buscar a los alrededores de la Academia. Marcus, Francis y tu pueden buscarlo por el anfiteatro y el gimnasio. No creo que lo haya llevado a la residencia —manifiesto mirando alrededor.

—¿No quieres que uno los acompañe? —pregunta.

—Estaremos bien y no le digas a las chicas.

—Entendido, mantente en contacto. —Enzo pide antes de colgar.

Sienna camina de un lado a otro buscando con la mirada. Ella no luce bien.

—Escucha, buscaremos de este lado del terreno, los chicos cubrirán el otro.

—¿Y si ya es tarde? —habla con la voz entrecortada.

—Lo encontraremos —aseguro y comienzo a caminar detrás del edificio.

Escucho que ella me sigue y ambos nos mantenemos en silencio.

Si Elara y Enzo tienen razón, y Acrux está detrás de esto, no debe estar muy lejos y mucho menos solo.

Rodeamos el edificio hasta llegar al campo subterráneo de los Impetu dando un vistazo a todo el lugar.

—¿Escuchaste que dijera algo? —interrogo por lo bajo.

—Nunca hablo —balbucea—. Sus ojos eran negros.

—Creo que lo embrujaron —murmuro.

Ella dijo algo, pero una sombra en una esquina del campo llama mi atención. Tomo a Sienna del brazo y la coloco detrás de mi ocultándonos con una pequeña barrera de piedra.

Las sombras salen de entre unos raises que cuelgan en los muros del campo.

—Asegúrate de que ella siga dentro, si lo está, tráela —ordena una voz masculina.

Una de las figuras camina hacia las rejas que llevan dentro del área Impetu y la otra desaparece entre las raíces. Volteo a ver a Sienna quien parece estar calculando algo.

—Ahora recuerdo —susurra—. Antes de ser atacados escuchamos voces en el pasillo. Creo que fue el que le ordeno a Félix atacar a Brad.

—Iremos al campo —hablo poniéndome de pie y caminado de regreso a la academia. Antes de girar, recuerdo que uno de ellos está dentro del edificio.

—¿Dónde estaban exactamente? —cuestiono y ella parece nerviosa.

—En el ala este, en el primer piso —declara con cautela—. Creo que es de los Serva, es en la tercera puerta del primer pasillo.

¿Qué hacían Brad y Sienna en el área serva? No me quedaré con la duda.

Nos acercamos a la puerta sin ser vistos. Veo una sombra salir de las puertas del área Impetu, una de las ventanas me deja ver una figura femenina con cabello castaño y corto. Ella desaparece por un pasillo y después de unos segundos abro la puerta con delicadeza.

—Vamos —susurro—. No hagas ruido.

Los dos caminamos directo a la entrada Impetu y descendemos hasta toparnos con una cerca de hierro. Solo había estado aquí una vez. Abro la reja utilizando mi anillo y dejo a Sienna pasar primero. El pasillo lleno de arcos es oscuro y solitario, solo unas cuantas antorchas iluminan al final. Salimos al campo con precaución caminando hasta la esquina con raises en donde vi aquellas sombras.

—Parece como un campo de prueba. —Sienna murmura a mi lado.

—Lo es —afirmo—. El próximo año comenzaras a utilizarlo.

—¿Por qué? —inquiere con confusión.

Cierra tu estúpida y hermosa boca. Joder.

—¿De verdad quieres una clase ahora? —mascullo con sarcasmo.

Ella se queda en silencio y yo lo agradezco.

Muevo las raíces con cuidado notando que un círculo de hierro con el escudo de la Orden esta recargado en la pared dejando ver un hueco detrás de ella. Las paredes del campo son de tierra, piedra y raíces, pero en ciertos lugares tiene esos escudos. No tenía idea de que podían moverse.



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En el texto hay: angelescaidos, fantacia, romance

Editado: 15.01.2024

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