-¡Orwell!-Grita mi hermana con enojo apresurando su taconeo a nuestra mesa.
-¿Pero que hice ahora?-pregunta Matt con fastidio sentado junto a Becca Crawford.
Yo mientras tanto me encontraba frente a Liam Crawford, el primo de Becca, solo estudiaba la situación con diversión.
-Probablemente se refiera tu copia...-sugiero con serenidad, Allen siempre está molestando a mi hermana.
-Digamos que deje una sustancia verde y pastoza entre sus libros-Confiesa Allan intentando reprimir las carcajadas que amenazaban salir de su rosados labios.
Allan y Matt aunque a simple vista parecían ser copias exactas el uno del otro; realmente habían características que les diferenciaban, entre ellas sus voces, Matt poseía una voz firme y decidida; por su lado Allan tenía cierto estilo vacilon reflejado incluso en su voz. Ambos castaños, de ojos cafés, tez clara y una estatura alta.
Tal vez lo mismo ocurría con Kathleen y yo; idénticas en cuanto a genética; distintas en cuanto a personalidades y objetivos. Kath es más atractiva, sin embargo eso no significa que yo sea una marginada, solo no me preocupo tanto por mi apariencia. Yo suelo preocuparme exageradamente por las cosas, Kathleen solo las deja fluir. Kathleen es muy amable e inteligente; ambas compartimos esas cualidades.
-¿Como te atreves a dañar mis libros?-Cisea con ambas manos en su cintura. En su camisa blanca de botones llevaba pequeñas salpicaduras de aquella mezcla verde.-Hablo en serio Allan, estos libros tienen un precio alto, me costó trabajo conseguirlos; mamá y papá han estado un poco justos de dinero y más aún con el embarazo.
Desde que entramos a la facultad Kathleen y yo tuvimos que buscar la forma de ser independientes; mamá está en estado con una salud muy deteriorada y a nuestro padre no le está yendo muy bien en el trabajo, debido a ello no podíamos seguir siendo una carga más.
Mamá y papá son unos científicos muy calificados, pero desde el embarazo de nuestra madre y la explosión en algunos laboratorios, hubo algunas complicaciones.
Hace al rededor de 5 meses encontramos un pequeño departamento para ambas y trabajos a medio turno. Por ello comprendo su enojo, Kath se ha esforzado.
Ambas queríamos ser como nuestros padres; grandes científicos... Aficionados a la ciencia y el estudio de la misma. Incluso ya nos encontrabamos en nuestro tercer semestre de la universidad.
-Deberías disculparte al menos -Le regaña Matt- que nuestros padres nos sigan ayudando no significa que a todos les pase igual Allan.
-Es que esos libros ya estaban muy viejos Katie-Rasca su nuca-, ya tenías que deshacerte de ellos y no encontraba la forma.
Todos lo miramos sorprendidos.
-Te he comprado unos nuevos-Confiesa tras un suspiro-, no te odio tanto como para destruir tu vida académica.
Allan saca de su morral un paquete de 4 libros de bioquímica.
-Yo ni siquiera puedo odiarte- responde Kath conteniendo las lágrimas. Recibe los libros y le da un corto abrazo-Significa mucho para mí y para mí promedio.
-Deberíamos continuar con las clases-propone Becca ocultando lo conmovida que se encontraba y no es para menos; Kath sabe hacerse querer.
-por cierto, has estado muy callada-Dice Liam dirigiéndose a mi. -¿Pasa algo?
-No tengo nada que decir-Respondo dispuesta a darle la espalda.
Liam no fue mi amigo.
Liam no es mi amigo.
Liam nunca fue mi amigo.
He estado enamorada de Liam desde que llegué a este lugar, el lo sabía y simplemente se burló de mis sentimientos acercándose a la chica que hace mi vida más difícil en este lugar, no es como si yo se lo permitiera. El la beso frente a mi y no le importo.
-Hoy a la tarde deberíamos reunirnos-Propone Matt.
-Me parece buena idea-Concuerda Becca, a la cual todos le damos la razón.
-Perfecto, a las seis en mi casa-Luego de esas palabras dimos inicio a la hora de nuestro aprendizaje.
Así eran nuestras vidas...
Antes de eso...
De los otros..