Katheryne Blanc
Era miércoles, en la mañana y tenía que hacer la compra para la nevera ya que en la tarde necesitaba espiar a mi nueva misión. Así que agarre un carrito y fui a buscar mis alimentos.
Pase a buscar pasta, arroz, azúcar, lo más esencial para mi cocina. Seguí caminando mirando los costados para ver que me faltaba, cuando de pronto mi carrito frenó al chocar con algo. Cuándo miré al frente me di cuenta a quién había chocado.
-Ahora la que me chocó eres tú. Hablo con una sonrisa y yo también lo hice.
-Sí, pero estas vivo. Dije mirándolo. -Sí, tú me hubieras chocado, creo que no estuviera aquí ahora.
-Tienes toda la razón. Contestó con una sonrisa.
-Siempre la tengo. Contesté mirándolo.
-¿También cocinas? Pregunto curioso.
-Sí, creo que por eso tengo un restaurant. Respondí mirando mi carrito. -¿Y tú?
-Yo qué.
-Cocinas. Contesté.
-No mucho, ya sabes el trabajo no me deja mucho estar en casa. Respondió.
-Ya veo, es por eso que estas sólo. Hablé y Danielle, solo me miró sin decir nada.
-Déjame ayudarte con tu carrito. Habló agarrando mi carrito de las manos para llevárselo y lo quede mirando. -Me sorprendes.
-¿Cómo? Pregunte curiosa.
-Cómo puedes jalar este carrito si tienes muchas cosas pesadas. Respondió.
-No lo he notado, en realidad siempre lo hacía sola, hasta que tú, te ofreciste a jalar mi carrito. Dije mirándolo. -Si quieres me lo puedes dar y lo hago yo.
-¿Cuándo puedo verte otra vez? Preguntó sin dejar de sonreír y eso me sorprendió mucho ya que habíamos quedado en comer y nunca le hable.
-Eso depende de ti, ya que dijiste que no tienes mucho tiempo por tu trabajo.
-El viernes. Respondió
-Un almuerzo. Hable con una sonrisa. -¿Pasas por mí?
-A las doce.
-Está bien.
Ahí fue cuando voltee y vi a uno de nuestros agentes. Me di media vuelta y escondí la cara en el pecho de Danielle, envolviendo mis brazos en su torso duro. -Abrázame por favor.
El sin responder pasó sus brazos por encima de los míos y me pegó más a él.
-¿Qué pasó? Preguntó en un susurró.
-Nada solo que vi a alguien y no quise que me vea. Hable soltándome de él. -Gracias.
-Me emprestas tu celular necesito llamar a mi hermana. Hablo avergonzado.
-Y el tuyo.
-No tengo pila.
-No me lo robaras verdad. Dije sonriendo, para después darle mi celular.
Ahí fue cuando escuche un celular sonar.
-Enserio no tenías pila. Respondí, con una sonrisa.
-Lo siento. Solo quería tu número ya que ni siquiera me escribiste. Hablo dándome el celular con una sonrisa.
-Pensé que estarías ocupado. Respondí avergonzada. -Bueno nos vemos el viernes.
-Cuídate.
Con esas palabras me di medía vuelta para ir a pagar mis cosas.
***
Eran las tres de la tardé cuándo estaba sentada en una cafetería, ya que a esa hora venia la mujer que debo matar.
A los pocos minutos entró la mujer escoltada por un hombre que se sienta un par de mesas de mí.
Abrí el expediente de mi nueva víctima. -Así que llevas una dieta muy estricta ya que sufres el control de tu azúcar. Hable mirando discretamente a la mujer.
Agarre mi informe y salí de la cafetería, hacia mi carro. Donde saque unos medicamentos y los mescle para formar un tipo de droga y poder cambiarlos por su medicamento.
Prendí mi auto y me estacione unas cuadras antes. Para ponerme mi uniforme de camarera y una peluca.
Baje del carro y entré al hotel, hasta el área de servicio. Tome un carrito y subí hasta el piso donde estaba la habitación de mi víctima.
-Disculpa. Hable a una camarera que trabajaba ahí. -Mi nombre es Briggitt y soy nueva, pero deje mi tarjeta en una de las habitaciones y estuve tocando, pero quizás no se encuentren... y de verdad necesito el trabajo para alimentar a mi niño pero de seguro me despiden por haber perdido esa tarjeta.
La mujer me miró con lástima. -Te meterás en problemas si se enteran de que perdiste la tarjeta, cuál es la habitación donde la olvidaste, te ayudaré por esta vez.
-Muchas gracias, enserio. Hable indicando la habitación.
-Esta habitación es de personas de dinero, así que busca tu tarjeta y te sales rápido yo tengo que irme ahora pero cualquier cosa me avisas.
-Gracias. Dije entrando a la habitación para buscar los medicamentos con el que controlaba su nivel de azúcar.
Cuando los encontré los cambié y salí de la habitación para irme de éste hotel lo antes posible.
Comencé a manejar hasta llegar al restaurant, para no levantar sospecha. Ya que en la noche acabaría con ella.
***
Después de un largo día iba al hotel, cuando comenzó a sonar mi teléfono.
-¡¡Duges!!
-Tienes que hacerlo, lo antes posible.
-Lose Duges, yo me encargó de ella, hoy mismo. Con decir esas palabras colgué y me estacione a unas seis cuadras. Me puse la peluca y un vestido cortó para salir del hotel, encima el uniforme de camarera y salí del carro para ir al hotel.
Ya en el hotel fui directo a su habitación y no había nadie afuera, así que saque una tarjeta de mi falda y abrí la puerta. Cuando ya estaba adentro cambié su medicamento por una droga que haría que tuviera alucinaciones.
Me escondí en el ropero para poder esperar a la mujer ya que había escuchado voces que venían de fuera. A los pocos minutos entró la mujer con su guarda espalda. En realidad era verdad ese hombre era su amante.
-Iré a ver que se le ofrece a su esposo. Habló el guarda espalda.
-Ya no será por mucho. Contestó, besándolo.
-Lose, ahora te dejo descansar. Habló saliendo de la habitación.