Capitulo 1 " Eres mi paz"

Sarah se remueve a mí lado, abro los ojos y la observo dormir, una tonta sonrisa se dibuja en mi rostro.
Ella despierta y me pilla mirándola
-buenos dias- la saludo
-buenos dias- responde
-¿cómo dormiste?- pregunto
-de maravillas ¿y tú?-
-tambien, muy bien- respondo. No puedo evitar ver su rostro tan angelical, cada día me enamora más.
-deja de mirarme asi- habla cubriéndose con la almohada.
-¿así cómo?- inquiero divertido
-no lo se, me ves fijamente y no se en que piensas- su voz se escucha bajo ya que habla debajo de las fibras y la tela. - y se que mi aspecto al despertar no es el mejor de todos pero ...-
-no te oigo- la interrumpo solo para que quite esa cosa y poder verla. Ella deja al descubierto su faz y yo sonrio triunfal.
-ya no me mires asi- dice avergonzada. Yo me pongo de pie y camino hacia el baño, antes de entrar volteo a verla
-eres preciosa- digo.
-deja de burlarte- responde mientras me lanza un cojín el cual logro atrapar en el aire
-te lo digo en serio- se lo devuelvo, pero Sarah no logra detenerlo e impacta en su rostro, no puedo evitar reírme. Ella también lo hace.
Entro a lavar mis dientes y peinarme
-amor ¿crees que Milo esté bien?- pregunta nerviosa. Me asomo en la puerta
-claro que sí amor, Anthon está con él- intento tranquilizarla
-¿y si nos extraña?-
-solo son dos días, además es igual a ti. Se la pasa durmiendo no creo que lo note- bromeo. Ella camina hacia mí mientras hace un mojin de tristeza con sus labios y logra enternecerme
-deja de pelearme- dice.
-no lo estoy haciendo- me encojo de hombros. La verdad no me explico como tiene tanto poder sobre mi esta pequeña mujer. Pretendo molestarla solo una vez más. -¡mierda!- exclamó. Sarah me mira preocupada
-¿qué pasa?- pregunta
-olvide traer un banquito para que te subas y así poder besarte- sonrio. Ella se cruza de brazos fingiendo enojo
-pues ahora no te daré ninguno en todo este día- me amenaza.
-no lo decía en serio amor, tú eres muy alta- digo en tono burlón.
-tu sigue- responde. Pero no resiste demasiado tiempo ya que luego rie también. Ella se dirige baño y yo a la cocina, decidimos pasar un fin de semana en un bosque, conocido como "Selva Negra" nos alojamos en una cabaña pequeña pero muy cómoda. Comienzo a preparar el desayuno, Sarah se une a los minutos. Se sienta a mi lado, después de comer todo salimos a recorrer el lugar. Ella se ve entusiasmada y toma fotografías a árboles que según son raros aunque para mi no lo son no la contradigo; me encanta que pasemos tiempo juntos sin obligaciones ni responsabilidades, es necesario alejarse de todo a veces. Deseo que estos dos días sean eternos.