Damian Anderson
¡Increíble!, la nueva residente parecía más perdida que los demás, espere que tanto Owell como Evans ya estuvieran dentro del quirófano, al entrar ellos ya estaban preparandose, entre primero y miré a los demás, nadie faltaba.
- ¿Estan listos?
Todos me contestaron con un "Si".
- Perfecto, empecemos.
Al decir eso nos preparamos para operar, a mi lado estaba Owell, mientras que detrás de nosotros estaba la nueva residente.
- Respira cerca de mi doctora Evans.
- Lo siento -dijo de inmediato.-
La operación comenzó a marchar bien, tampoco era tan difícil la operación, al ver fuera de mi quirófano estaba el jefe, me detuve y mire a Owell.
- Intentalo, si algo sale mal será tu problema -cambié de lugar,- Solo debes succionar, pero ten cuidado, todas las partes del cerebro son importante
Mire a la doctora Evans, creí que no pondría atención, pero me había equivocado.
- Doctora Evans avise que la operación va normal y... ¿Que hizo Owell?
Volví al lugar que estaba y comencéa trabajar antes de que el cerebro comenzará a hincharse y quedará en coma.
- Terminamos -dije y miré a Owell,- Sal de mi quirófano, doctora Evans vaya a enjuagarse, quiero que cierre esto, si mueve algo o hace algo no volverá a estar a mi servicio.
- Si -dijo y salió de inmediato a lavarse.-
Después de un rato volvió y me puse junto a ella, por suerte no era tan estupida como Owell, termino y pudimos salir del quirófano.
- Se complicaron las cosas -dije al ver al jefe,- Pero eso es para enseñar sin importar que maten a mis pacientes.
- Sino los dejas operar nunca van a aprender -dijo y se fue.-
- Evans es todo, ¿Cambiaste la fecha para la cirugía que iba a ser para hoy?
- Si, ya lo cambiaron, mañana a las siete de la mañana -asentí,- ¿Qué más se hará?
- Solo eso, ve a buscar a otros que requieran de tu servicio y mañana si llegas tarde no entraras al quirófano.
- Esta bien.
Me dirigí a comer algo después de eso.
- Doctor Anderson lo necesitan en el quirófano dos, complicaciones de cerebro -miré mi comida.-
- Ahora voy -dije.-
El día había sido largo, después de una operación imprevista que me termino sacando del hospital a las once de la noche, la lluvia no había parado desde hace una hora, salí y me dirigí al estacionamiento, en donde vi un grupo de residetes, pude reconocer a los nuevos, entre ellos Evans.
- Necesito irme, por favor Thomas.
- No, no te dejaré subir a mi auto, si se enteran que me fui contigo me veran como un loco, consigue a alguien más y sino vete caminando.
- No tengo auto y...
- Sube Thomas, ya dejala.
Al parecer el jefe nos había mentido con el discurso de "Los residentes que vienen trabajan como equipo", encontré mi camioneta y subí.
Espere para ver si los amigos de Evans regresaban por ella, pero no les importo dejarla en medio de la lluvia.
¡Qué lastima!, pero tampoco me importa.
Pase frente a ella sin detenerme, pero tampoco podía irme y dejarla, aunque no la conociera, retrocedí y baje el vidrio.
- Sube, te llevo -dije y ella me miró.-
- No doctor, es que esta muy lejos y...
- Sube o me voy.
Pareció pensarlo, pero al final subió a la camioneta, antes de irnos mi celular recibió un mensaje.
"Te estoy esperando Dami, traje la ropa que te gusta que use"
Miré a Evans y luego miré mi celular.
"Llegaré un poco tarde, no te vayas"
- Si que tienes buenos amigos -dije, pero no recibí respuesta,- ¿Por donde vives?
- Brookline -asentí.-
- ¿Que pensabas cuando me dijiste que no te llevará?, no ibas a llegar a tu casa con esta lluvia.
Es típico de residentes tontos.
- Por cierto no son mis amigos, ellos no quisieron llevarme porque no son mis amigos.
Tonta y sin amigos, era de esperarse.