Susan Evans
-Otro regalo –dijo Mary cuando llegué al restaurante,- Perdí la cuenta de los regalos que te han enviado esta semana.
- ¿Otro? –dije al ver la caja en el mostrador.-
- Y no es todo –se acerco,- Te han estado esperando desde las ocho, le dije que pronto cerraría y me pidió dejarlo hasta que cerrará.
Al voltear me encontré con Damian, se encontraba en una de las mesas mientras tomaba su café, intercambie mirada con Mary y me hizo señas para que fuera a hablar con el.
-No lo entiendo, ya hiciste lo que querías, ¿Por qué sigues enviándome regalos? –dije colocando la caja en su mesa.-
El alzo la vista y sonrió,- Es la manera de disculparme
-¿Acaso cree que trayendo regalos todos los día volveré a tratarlo como antes? –el asintió,- Ni siquiera se como lo trataba antes.
- Me hablabas más, ahora solo te alejas –me senté en la silla que estaba frente a el,- No pienses que soy un patán.
- No puedo pensar otra cosa de ti –admití,- Me contaron lo de Rebeca.
- ¿Rebeca?, ¿Quién?
- Damian, creo que todo el hospital sabe de esa aventura –dije y miré su café,- Termina eso y vete, pronto cerrarán así que no quiero problemas.
- Si quería acostarme contigo –me detuve antes de pararme e irme,- Pero debo admitir que eres buena en la cama –fruncí mi ceño,- Eres tan buena en la cama como lo eres en las cirugías –sonreí.-
- ¿Es lo mejor que pudo decirme?, de todas las cosas que hay para convencerme, ¿Fue la mejor? –el asintió,- Supongo que gracias.
- Pasa la noche conmigo –lo miré sorprendida,- Quiero tener sexo y se que tu lo quieres, ¿No me digas que te conformas con acostarte con ese tal Joshua?
- ¿De que habla? –palidecí.-
- Te has metido con el, en el mismo lugar en donde te metiste conmigo, ¿Ya se lo dijiste?
Me quedé en silencio.
Estaba tan enojada con Damian, tan enojada con todo mundo, aquella vez Joshua me invito a salir con el, de pronto sucedió, me acosté con el y también al día siguiente, luego me convencía de pasar el rato y el único lugar eran las habitaciones de descanso, pero nunca le mencione lo que había pasado con Damian.
-El no tiene porque saberlo –dije y miré a Mary,- Ella va a cerrar, ¿Se irá?
- No, hasta que decidas salir a divertirte conmigo –negué,- Entonces puedo quedarme hasta las dos de la mañana –dijo tomando se vaso.-
- También eres bueno en la cama –admití,- Pero aun sigo enojada, se lo dijiste al doctor Wallace, además le prometí a la doctora Heigl alejarme de ti, desde que olvide lo que paso dice que mejoré en las cirugías.
- ¿Quieres intercambiar?, yo te enseñare todo lo que quieras de cirugías a cambio de pasarla bien en los tiempos libres.
- Sabe lo que me gusta –dije haciendo que sonriera,- ¿Se enterará la doctora Heigl?
- No a menos que decidas decirle.
- Tome su regalo –le di la caja,- No quiero más collares, Mary seguro pensará que me paga por… Solo deje de venir aquí –me levante,- ¿Qué espera? –el me miraba sin entender,- Yo también quiero pasar un buen rato –dije por fin,- Si sigue sentado me arrepentiré de mi desición.
Damian sonrió y se levantó para ir a pagar.
Salí del restaurante para poder esperarlo.
¿Estaba haciendo lo correcto?
Damian estaba esperando su turno para pagar, el realmente era guapo y si llegaba a sentirme atraída a el, si llegaba a enamorarme, de un momento a otro podría destruirme.
“No seas débil, porque demuestras no ser mi hija, desmuestras vergüenza”
Esas palabras sonaban una y otra vez.
El no me destruiría, yo aprovecharía esta oportunidad para ser mejor.
-¿Nos vamos?
- Si –dije y lo seguí.-
- Antes de ir al departamento, ¿Quieres ir a cenar?
- Hace un momento dijiste que querías sexo –dije.-
- Si, pero tampoco quiero tratarte como si solo para eso sirvieras, eres residente del hospital y si te trato mal y te vas del hospital, mi trabajo también se acabaría –lo miré,- El jefe me dijo que no quería quejas sobre mi, estoy advertido.
- Si que te interesa tu imagen –el asintió sin problema,- No necesito que me trates bien, solo quiero lo que tu quieres, pero que no se te olvide enseñarme todo lo que quiera de cirugía.
Al llegar a su camioneta algo en mi hizo que volteara.
Jack estaba con Bethany, al momento en que toparon mirada conmigo la desviaron.
-Sube –ordeno Damian.-
Subí a la camioneta y miré a la dirección en donde ellos se encontraban.
Intente tranquilizarme, ellos no podían decir nada, obviamente no se meterían con Damian, pero si conmigo, me quede en silencio.
Margaret había sido una pesadilla en mi vida, desde que entre como interna en el hospital anterior, ella se encargaba de burlarse de mi, de humillarme, de alguna manera me hizo que le tuviera miedo, supo manipularme y sabía que en cualquier momento ella haría algo contra mi.
- ¿Todo bien?, Susan -miré a Damian.-
- Estimo a la doctora Heigl, no quiero que se decepcione de mi -dije y miré de nuevo por la ventana,- No quiero que piense que lo hago por no ser buena en cirugía.
- Ella sabe que eres buena en cirugía y me conoce, si haces esto es solamente por pasar un buen rato conmigo.
- Y también porque me enseñara lo que pida -el detuvo la camioneta,- ¿Qué paso?
- Si te llevo a mi departamento y nos acostamos, ¿Lo disfrutarás?
- ¿Por qué lo pregunta?
- No quiero obligarte a nada, seré cobarde, pero no un idiota que se aproveche de las mujeres, si lo hacen conmigo es porque quiere, no porque las obligue.
- Se que esto aumentará su ego -dije y suspiré,- Pero no he dejado de pensar en lo que paso en la habitación de descanso y cada vez que lo recuerdo no tengo a nadie con quien hacerlo, así que espero que sea suficiente para llevarme a su departamento.