Olvidar a la persona que amaste más que a ti mismo es difícil, sé que quizá dejar de enviar aquellos mensajes fue duro, un golpe silencioso y que quizá fui yo un cobarde al no saber aprender a ser paciente, quizá lo hubiésemos logrado si tan solo hubiera contestado más llamadas.
Pero no podía, era mi todo y la lejanía nos lastimaba, debíamos soltarnos y alguien debía dar el primer paso, quizá hoy me odies y tal vez yo te haya roto sin piedad, pero no me atrevo a buscarte para pedir perdón,no se con que me voy a encontrar.
Al principio fue duro no saber de ti, hacerme a la idea que esos enormes y bellos ojos verdes no volverían a mirarme cómo antes lo hacían, que ya no te recostarias en mis piernas y me escucharías leer.
Dejamos inconclusos muchos momentos y lamento haber hecho promesas que no cumplí.
Quizá en otra vida tenga la oportunidad de ser tu "𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒"
Inevitablemente te volviste un dulce recuerdo y entre la soledad llegó una mano que me rescató, un par de ojos de diferente color que me miraron con amor y yo me entregué sin vacilar, lo he amado tanto como me es posible, y en ocasiones, cuando veo un pintor haciendo una obra de arte, o en esos días soleados en los que los rayos de sol impregnan de un aroma particular las cosas, te recuerdo y me siento confuso y dolido, me duele no poder amarlo a él con la misma intensidad que te ame a ti, "𝑡𝑒 𝑎𝑚𝑒" que ridículo suena, por qué soy consciente que ahora aunque te tuviera al frente,lo elegiría a él y no a ti y aún así me niego a abandonar tu recuerdo por qué es algo dulce y perfecto que me demostró de lo que soy capaz y los errores que no debo volver a cometer, dejar de luchar por ejemplo.
Solo espero que si un día nos encontramos, me sepas perdonar, un sol como tú merecía más que una noche como yo.
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—Amor!—grito Shoto desde la estancia—Eiji y su novio están aquí—Aviso antes de volver la vista a los recién llegados.
De la mano de su amigo pelirrojo estaba un peliverde de grandes ojos, Shoto siempre creyó que su amigo exageraba cuando hablaba de él, pero no, realmente su novio era tan bonito, y amable, además que hacían una hermosa pareja.
Izuku veía todo con emoción, la casa era hermosa, demasiado grande al parecer, pero cálida de cierta forma, Shoto era un chico exótico, pero bello, le dio una sensación de calidez que le gustó, uno de esos momentos en que sabes que esa persona que recién conociste se volverá parte de tu vida y te gusta la idea.
Dicen que la vida da tantas vueltas, y así fue, Izuku llevó su vista al pasillo de dónde provenían los pasos que avisaban que alguien llegaba, el verde se clavó en el rojo.
Katsuki sintió que su corazón caía al suelo, Izuku quiso salir corriendo, sacudió su cabeza y sonrió con cariño, de esa forma en que le sonríes a un viejo amigo que acabas de encontrar después de tanto tiempo.
Soltó a Eijiro y avanzó hasta Katsuki abrazándolo, el cenizo no supo cómo reaccionar, solo se quedó en silencio sintiendo la vista confusa de su novio y de su amigo.
—Kacchan!—sonrió Izuku cuando se alejo—Aaah qué alegría verte después de tantos años!—Se alejó hasta quedar cerca de Eijiro, lo miró con suavidad, fue un segundo de revelación cuando vio a Katsuki aparecer, pasó años imaginando cómo sería volver a verlo o que sentimientos tendría y pesa a qué le dio tantas vueltas, jamás creyó que sería alivio, la felicidad siempre estuvo presente, pero en ese segundo se dio cuenta que no había amor, no como el que una vez sintió.
—Yo...
—Se conocían?—preguntó Eijiro ante tanta familiaridad sobre todo de parte de su novio.
—Si claro—sonrió Izuku y Katsuki le miro sin saber que decir, vio como Izuku también veía a Shoto y creyó que algo malo pasaria—Fuimos amigos antes de la universidad, pero él se fue por esa beca y eventualmente dejamos de hablar, nunca creí volver a verlo, y me alegra mucho saber que está bien—Sus palabras fueron sinceras y un acuerdo cómplice de silencio entre él y Katsuki.
—Me sorprendió verte, creí que habías entrado a arte y se supone que ese imbécil salía con un médico—señalo a Eijiro que solo negó riendo.
—Soy pediatra, tuve algunas cuestiones con el arte y hace mucho lo deje, no me arrepiento gracias a qué me cambié de facultad conocí a Eiji—El brillo en sus ojos delataba el amor que le profesaba a su pareja, a Katsuki no le costó admitir que se veían bien juntos
La velada fue tranquila rodeada de anécdotas y experiencias que Katsuki e Izuku se vieron felices de compartir.
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Editado: 07.02.2024