Narrador Omnisciente.
Después de la batalla Leo quedó con una dolorosa condición física, pero aún así pudieron ponerse a salvo en la carreta donde se quedaron para descansar, sin saber que justo en ese instante se estaba dando lugar a una confrontación entre cuatro reinos, el reino de los humanos "Tifanía", el cual era ayudado por el reino de los Esbirros "el Inframundo", el reino de los Orx "Orxian" que estaban aliados con el reino de los Avil "el Olimpo" y con los Tirant el reino "Tiractia".
Mientras que todos los demás guerreros se encontraron en medio del conflicto, Leo estuvo inconsciente de lo que sucedía a su alrededor y pensando que su mayor problema era el que estuviera oscuro en la ciudad. Una vez Voldor dejó a Leo en la carreta para que se recuperara fue a la ciudad para según él, conseguir su redención. Por lo cual Voldor se marchó lejos a buscar algún enemigo que le sirviera para proclamar su superioridad, no fue necesario caminar demasiado ya que se encontró algo sospechoso que merecía que él lo investigara, se trató de un chico misterioso con capucha ubicado en el lugar donde hace minutos atrás Leo había peleado con Alfred. Se pudo apreciar que el chico misterioso estaba haciéndole algo al cuerpo que se encontraba reposando en el suelo inmóvil a causa de que la mayor parte de sus huesos estaban rotos, el chico misterioso al escuchar que Voldor se acercaba lo miró de reojo y en unos instantes se disipó entre la neblina haciendo parecer que se trataba de un fantasma.
Voldor con el pensamiento de hacerle frente a quien se cruzase en su camino, de manera apresurada y con el fin de atraparlo persiguió al misterioso chico, en medio de un cruce encontró detenido al sujeto de la capucha, la causa de dicha acción era un muro que bloqueaba el paso, Voldor ante la oportunidad de redimirse no pudo resistir y le propinó un derechaso en la cabeza del chico misterioso, en cuanto el puño impactó, atravesó mas allá de lo pensable, haciendo parecer que traspasaba una imagen reflejada en el agua, y es que no era más que una imagen, pero si esa era una imagen donde estaba el real, pues este se encontró detrás de él, al tenerlo al frente muchas dudas recorrieron su cabeza "¿Cómo se cambio de lugar tan rápido?", "¿Este es el real o es otra ilusión?", "¿Estaré soñando?", esas dudas causaron que Voldor perdiera la concentración de la pelea.
Mientras que Voldor se encontró razonando sobre la situación, el misterioso chico lanzó su capucha al aire, Voldor se quedó embelesado mirando la capucha ignorando por completo la pelea, al darse cuenta de que debería prestarle atención al enemigo que tenía en frente bajó la mirada en dirección al misterioso chico, solo para darse cuenta que el enemigo que antes estaba a unos 5 metros ahora se encontraba a pocos instantes de distancia a punto de que su puño lo impactara y de que el cuerpo descubierto de su enemigo no era el de un chico, su frágil y esbelto cuerpo, sus generosos pechos, su fino cabello de color café y su hermoso rostro, eran el de una chica (muy bella por cierto), aun si esto no cambió la situación Voldor, que bien pudo defenderse, se quedó paralizado ante la sorpresa de que fuera una chica por lo que no trató ni con un solo movimiento de defenderse y terminó unos pocos centímetros de su enemiga.
—¿Quién eres? —preguntó Voldor mientras frotaba el pequeño moretón que en ese momento tenía en la cara—. Y, ¿por qué me atacaste?
—¡Que! ¿puedes hablar? —dijo la chica con notable sorpresa y juntando las manos expresó—. Como lo siento, pensé que estabas siendo controlado por uno de esos Esbirros.
—Perdón, ¿que dijiste? —preguntó Voldor y añadió—. Yo solo te seguía porque le hiciste algo muy sospechoso al cuerpo inmóvil de Alfred.
—Creo que ambos malinterpretamos la situación —concluyó la chica mientras soltaba una carcajada—. Vamos te explicaré.
—Claro, pero si haces algo sospechoso te noquearé —dijo Voldor y le confesó a la chica—. Me llamo Voldor Benedito.
—Yo Melisa Brom, y no tienes de que preocuparte —confesó con confianza y prosiguió—. Incluso si intentaras noquearme no lo lograrías.
Melisa le explicó a Voldor lo que le hacía a Alfred, según ella le realizó una prueba de sangre a petición de alguien para que investigara su estructura molecular usando artefactos prohibidos y así saber si era posible revertir el efecto, le explicó que todo lo sucedido era causado por los Esbirros y que en campos distantes se estaba librando una confrontación entre las cuatro razas del continente de Gorbian.
—Entonces lo desolado de la ciudad se debe a la guerra —dijo Voldor aún incrédulo a lo que le contó Melisa—. ¿Y los zombis se deben a los Esbirros?
—Así es, y mejor irnos antes de que los soldados restantes en la ciudad nos encuentren —sugirió Melisa dirigiendo su mirada al cielo—. Te sugiero que prepares todo antes de que te vayas.
—Oh, pero antes iré a buscar a mi compañero Leo —informó Voldor señalando hacia la muralla.
—¿Quién?, bueno da igual, ¿te parece si te acompaño? —preguntó Melisa con una sospechosa sonrisa.
Tal y como dijo, Voldor y Melisa se dirigieron a donde se encontró la carreta en la cual reposaba Leo, pero mientras más se acercaron los dos, la densa neblina se disolvía como si el ambiente exterior carcomiera el desolado interior, mientras más se acercaron Voldor y Melisa a el punto de reunión más ruido se suscitaba en la zona, al llegar al lugar Voldor no pudo evitar soltar una pequeña risa, la razón era la actitud de Leo, sin importar lo agotado que se supone estaba, se encontró sin su armadura, haciendo flexiones con un solo brazo mientras tarareaba "trescientos cuarenta y seis, trescientos cuarenta y siete, trescientos cuarenta y ocho..."
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Editado: 12.09.2024