Al día siguiente Cassie despertaba a lado de la hoguera apagada, mirando alrededor para observar que solo ella estaba ahí. Con un leve dolor de cabeza, se levantó agarrando sus cosas y siguiendo su camino.
A los pocos minutos de haber caminado entre los prados se encontró al mismo zorro de antes, alegre de verla y se le acercó para restregarse en sus piernas, Cassie con una sonrisa le acaricia la cabeza. – Hola chico, me alegro de verte nuevamente. – Decía Cassie mientras le acaricia la cabeza, luego lo deja y sigue con su camino, pero el zorro le seguía.
Cassie miro atrás nuevamente mirando al zorro y se detuvo para luego sacar de su mochila algún aperitivo que le guste al zorro y se lo lanzo, el zorro rápidamente fue por este y Cassie aprovecho para avanzar más rápido. Al esconderse entre algunos arbustos, el zorro detrás de ella le lame el hombro. – Oye amigo, no me sigas, es un camino muy peligroso y la verdad no quiero que te hagan daño si me sigues. –
El zorro solo se le quedo mirando, ladeando la cabeza y moviendo levemente la cola de un lado a otro, Cassie sin remedio, dejo que el zorro la acompañe y siguieron su camino.
Casi al anochecer, llegaron a un pequeño pueblo donde encontrarían o esperaba encontrar una cantina para empezar a tomar algo de agua. – Bien amiguito, espérame aquí mientras busco algo de agua para los dos, ¿Esta bien? – El zorro solo movía su cola, era la única forma de comunicarse aparte de ladrar, pero eso alertaría a los demás.
Cassie entro a la cantina donde encontraría a la mayoría de personas hombres, solo pocas eran mujeres, pero mujeres que seducían a los ebrios y aprovechándose de ellos para robarles el dinero o que les paguen algo de alcohol, Cassie se escabullía entre las personas para llegar atrás de la barra e intentar alcanzar alguna botella con agua pero un hombre de la barra la agarra y se la lleva. – Pero mira que tenemos aquí, una linda y pequeña chica que intentaba robarse algo de agua, quizá te la de si me haces un pequeño trabajo. – En eso Cassie enojada intenta sacar algo de su magia pero un chico de estatura mediana, moreno y cabello anaranjado la toma del brazo y se la quita al hombre.
-Tranquilo James, ¿Qué te parece si mejor te pago lo que ella quería y te doy una propina demás? – Decía el chico con cierta confianza, el hombre del bar se le quedo mirando al chico y después a Cassie para luego suspirar enojado y mover la mano para que se dirijan a la barra. – La última vez Elías. – Decía el hombre mientras se dirigía a la barra.
-Eso dijiste la última vez. – Comento el chico con tono burlista y se fue a la barra con el hombre, Cassie seguía detrás a Elías mirando de reojo al hombre que lo tomo, para luego sentarse en la barra. - ¿Qué va a querer la chica? – Dijo el hombre.
-Solo quiero dos botes de agua, que sean de litro. – Decía Cassie sin dirigirle la mirada. James fue a buscar el agua mientras Elías miraba a Cassie. – Hola, me llamo Elías Tercero de Jesus, ¿Y tú? –
Cassie no tenía ganas de hablar pero veía que en este chico era amable y al menos simpático. – Cassie, solo Cassie. – Dijo ella mientras lo miro y se acomodaba en la silla.
-Bueno “Solo Cassie”, perdona a James, él ha tenido una mala racha de robos en la taberna, la mayoría son mujeres ya que usan armas letales para que James caiga rendido y se lleven sus cosas.
Cassie sin sorpresa miraba a las mujeres que estaban en el lugar y luego miro a Elías con una mueca. – Ya veo que tipo de armas, que desagradable. –
-Habla la chica que quizá pudo quemar a James con unos movimientos de manos. – Comento Elías mientras se levantaba para agarrar un vaso y una jarra llena de Wiski. Cassie miro a Elías por su comentario, en él no se mostraban señales de que sería un mago o un hechicero, ni siquiera de muy bajo nivel. – Se lo que piensas Cass, no aparento ese tipo de persona, y ni lo soy. Mi padre se obsesiono con ellos, tanto que los defendía en todos los abucheos del pueblo cuando encontraban a uno y pues, hacían lo que hacían. Murió creyendo que ese tipo de personas serian la salvación del “Gran Reino” que todos conocen. – Dijo para luego tomar un trago de Wiski.
James regreso con las botellas de agua, pidiendo el dinero para luego Elías saque una bolsa que no parecía de dinero y luego unas 5 monedas de oro. – Quédatelas, un regalo. – James discretamente las tomo y las guardo, Cassie sin pensarlo tomo las botellas y salió corriendo del lugar, para luego regresar con el zorro y destapar una para colocarla en sus manos y así darle al zorro.
Elías detrás de ella miraba atentamente como le daba de beber al Zorro. - ¿Es tuyo? Es muy lindo. – Cassie asustada, saca rápidamente de su bolsillo la navaja y lo acorrala contra una pared, apuntándole con la navaja y con la mano.
Editado: 01.10.2019