Inefable

Capitulo 1

8 de agosto 2019

En mi último año de instituto, conocí a Brais, iba de camino  al instituto sin ganas de nada, ayer la profesora de psicología, menciono llamar a mi madre, tenía ganas de que me arrollara un camión, hasta que esas ganas se volvio real por un instante, en unos segundos solo escuché una bocina de lejos y al los otros segundos estaba en los brazos de un chico, todo paso tan rápido que mi mente se quedó en blanco, las personas alrededor del chico y de mi, y el conductor preguntándome mientras me extiende la mano.

 

—¿Estás bien? - el conductor preguntado mientras extiende su mano — lo siento mucho, pero en qué estabas pensando!!...—su voz muy firme ante tan declaración. 
 


 

En ese momento no sabía que decir o mucho menos que hacer, mi mente estaba completamente en blanco. 
 


 

— Tranquilo señor, creo que está bien- el chico habló mientras se ponía de pie-creo que no dice nada por el susto, pero está bien, no se preocupe se puede ir— dándole la espalda al conductor, me extendió la mano— será mejor que te levantes de una vez. 
 


Mi mente al escuchar la voz del chico, comenzó a reaccionar, mire al chico a los ojos, y pude notar esa mirada profunda, el sol hacia que sus ojos se pusieran más cafés y su mirada se penetrara más en mi mente.

—AMMM lo siento mucho, y gracias supongo-agarrando su mano y mirándolo fijamente— no entiendo porque lo hiciste, pero solo me queda agradecer-mire al conductor que aún seguía detrás del chico— lo siento mucho señor, no estaba poniendo atención y no escuché, estoy bien te puedes ir. 
 


 

—Debería de poner más atención niña -el conductor me dirigió la palabra mientras se iba del lugar— a la próxima no tendrás mucha suerte, y pasará una desgracia peor que un susto. 
 


—Bien, es mejor que nos quitemos, después si se cumplirán las palabras del señor-la voz del chico un poco sarcástica y burlona— mucho gusto soy Brais, niña del camión.

En estos momentos solo quería que me dejaran de ver y no tener que ver a ese chico, ese chico alto, con sus ojos tan profundos y su pelo ondulado y largo. la pena que sentía y lo avergonzada que estaba en ese momento, aunque también un poco frustrada por parte de él, por no haber dejado que me atropellaran. 

—AMMM no sé qué decir, de verdad lo siento mucho, te pudo pasar algo por mi estupidez y en verdad lo siento mucho— mirando hacia el piso, mientras mi voz me delataba lo tan nerviosa que me encontraba.

—Es gracioso ver cuántas veces una persona se puede disculpar después de ser casi atropellada—el chico con un tono firme, mirándome fijamente— me imagino que ibas a clases, pero sería muy descortés si te dejo entrar ahora, y no te saco de este lugar, AMMM ¿Qué dices? Cómo sea que te llames — extendiendo su mano mientras se echa una risita en lo que espera mi respuesta.

Realmente me quería ir de ese lugar, las miradas seguían en mí, y era un poco incómodo o más bien algo nuevo, el que las personas te vean ¡Joder! tienes que estar a punto de morir para que te noten.

—Es una locura, pero creo que sí iré contigo, tengo muchas miradas encima y es muy raro— tome la mano del chico y camine con el— y, por cierto, soy Stella un gusto chico de nombre extraordinario —le sonreí sin despegar mis labios.

Caminamos unas cuantas cuadras en silencio, hasta que nos detuvimos en un parque abandono cerca del instituto, casi siempre venían para drogarse o el simple hecho de que era solitario y nadie observa este lugar así podían hacer lo que quisieran, si lo que quisieran.

—Eres un estúpido — mirando hacia la nada, y con voz firme rompí el silencio— quien se arriesga para salvar a una joven estúpida que no se fija en el camino.

—Muchas gracias por ese cumplido—río por unos segundos y después su cara se convirtió en una seria—y quién es tan estúpido para cruzar una callé sin fijarse y llevar la música a todo volumen—me miro, mientras daba una sonrisita sarcástica.

—Creo que, cuando llegas a un punto de la vida ya no te importa nada —comencé a caminar alejándome del parque y dirigiendo me al instituto— la verdad no sé si agradecer o odiarte por salvarme.

El chico no dijo nada más, me siguió hasta el instituto, era como una sombra siguiendo cada paso que daba, pero sabía que estaba ahí y no se alejaría hasta que llegase al instituto, estaba entrando cuando escuché esa voz, una voz suave, pero también un poco grave era una combinación hermosa.

— bueno suerte, creo que tendrás muchas miradas el día de hoy — me volví para verlo, mientras que mi mirada decía cállate—  Creo que es algo que te gusta mucho y se te va hacer de lo más normal— el chico me dio una sonrisa de oreja a oreja.

—Por un momento pensaba que me equivocaba, pero ahora lo puedo confirmar eres un completo idiota— le di la espalda y seguí mi camino— creo que te agradezco Brais.




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