Inefable

Capítulo 2

- ¿Entonces puedes comenzar mañana?- preguntó la voz de Jessica desde el otro lado de la línea

- Si, por supuesto- respondí sin ánimos de ocultar mi emoción

- Perfecto, te veré mañana entonces-

- Gracias por todo Jessica, de verdad lo agradezco. Te veo mañana-

- No tienes que agradecer nada. ¿Y ya te he dicho que puedes llamarme Jessie?-

- Lo siento, Jessie-

- Ahora me gusta más. Hasta luego-

- Hasta luego- y con eso corte la comunicación

Aún no podía creer que el trabajo era mío. Jessica, perdón, Jessie, se había comportado muy amable conmigo, la charla telefónica duró más de lo que hubiera esperado, pero en fin, todo parece estar perfecto, mañana empezaré a trabajar en la casa de los Nicolson. Eso quiere decir que disfrutarás de la compañía del Señor "me creo mucho" y sus perfectos abdominales... Por más que intentara olvidarlo, a causa de alguna extraña razón su imagen volvía a mi cabeza una y otra vez. Claro que hay una razón querida, se llama Orgasmo Visual. Agité mi cabeza para volver a la realidad y salir camino al trabajo.

- ¿Te han dado el trabajo?- preguntó mi madre con su taza de té matutina en la mano

- Sí- respondí

- Bien, estoy orgullosa de ti-

- Sabes que ya no me creo eso ¿verdad? Puede que te haya servido durante toda mi infancia, pero tu falso apoyo ya no hará nada por ti-

- ¿Por qué me hablas así?- preguntó ofendida

- Porque es la verdad, nunca estuviste verdaderamente orgullosa de mi a pesar de todas las cosas que hago día a día por ustedes. El único que parece agradecerme y extrañarme de verdad de Jasy-

- No digas eso...-

- Ya basta mamá. Llegó tarde-

- Adiós Caddie- interrumpió el pequeño diablillo aun frotándose los ojos debido al cansancio

- Adiós pequeño. Nos vemos a la noche- dije mientras me agachaba para poder darle un pequeño beso de despedida

- Adiós Caddie- mamá habló esta vez

- Adiós mamá- contesté antes de cerrar la puerta y salir de allí

Caminé por las calles acompañada de la música que provenía de mis auriculares. Escuchar música ayudaba a mejorar mi humor, siempre lo había hecho, siempre fue mi cable a tierra, así que después de un par de canciones entré al bar tarareando alegremente una canción que no podía sacarme de la cabeza, Thin White Lies de 5 seconds of Summer.

- Alguien se ha despertado de buen humor hoy- dijo Kevin cuando entre a la cocina, había decidido ponerme el uniforme antes de salir de casa.

- ¿Qué puedo decir? Me han dado el trabajo- contesté con una sonrisa

- Eso es genial- apoyó Destiny de detrás mío mientras me saludaba con un abrazo

- Sí, es genial. Aún no sé cómo será trabajar allí- confesé, a pesar de estar emocionada también me encontraba algo nerviosa

- Ey, tranquila. Si Kaden está, no hay de qué preocuparse- me sonrió mi amiga

- Creo que has desarrollado una pequeña obsesión por él, de verdad- dije bromeando

- Oh vamos, anda. Puedo asegurar que estuviste pensando en él ¿no es cierto?- me conocía demasiado bien y eso llegaba a asustarme, no podría ocultar cosas de ella, era una persona muy perceptiva.

- Solo un poco... pero nada de qué preocuparse- confesé

- No tienes por qué sentirte culpable, es normal que pienses en él, después de todo te sentiste atraída...-

- No diría que fue atracción- empecé pero ella me cortó con una mirada de advertencia como diciendo "a mí no puedes mentirme"- De acuerdo, tal vez solo un poco-

- LO SABÍA- comenzó a aplaudir

- Basta ya Desty, no pararás hasta que no echen de este lugar ¿cierto?-

- Nadie nos escuchará-

- No, solo su futuro esposo y padre de sus hijos- reprochó Kevin, había estado escuchado nuestro conversación todo este tiempo

- Ya basta Kevin, eres un pesado- dijo mi amiga

- ¿Yo soy el pesado? Tu no paras de presionarla, le estas todo el día encima-

- ¿Es en serio? No tienes vergüenza, no paras de acosarla desde que llegó aquí- y su discusión siguió como si yo hubiera desaparecido, siempre pensaré que esos dos terminarían juntos, tal vez algún día, sonreí ante la idea

- Ya basta los dos, no parecen más que un par de niños- los corté

- Lo siento- dijeron ambos

- Vamos, a trabajar-

Hoy me tocaba atender la caja, y a ellos dos las mesas. Corrí a colocarme tras la mesa a esperar a los clientes. Me encontraba acomodando algunas botellas en la parte de atrás de la caja, cuando siento a alguien detrás de mí, me doy la vuelta y casi me caigo de culo al piso. Kaden está mirándome con una sonrisa en su perfecto rostro. Mierda, no estaba preparada para esto, su solo presencia me intimida y aún más si me mira de esa manera, es increíble el magnetismo que desprende este chico. Se veía demasiado bien llevando una remera negra con unos jeans del mismo color y una campera de cuero que hacía contraste con su color de piel y su pelo rubio. Me acerco rápidamente a la caja cuando noto que una pequeña sonrisa de lado aparece en sus perfectos labios y no puedo hacer nada más que sonrojarme.

- Vaya vaya ¿Qué tenemos aquí? Si no es nadie menos que la señorita enojona- dijo mientras clavaba su mirada en la mía y se cruzaba de brazos sobre la mesada. 

- ¿Señorita enojona? ¿En serio?- muy maduro, ahora yo estaba cruzándome de brazos y copiando su sarcasmo

- Pues sí, la única expresión que he visto en tu cara es el enojo, no eres muy simpática ¿no crees?-

- No me conoces- volvió a sonreír, esa sonrisa era digna de la portada para una revista

- De acuerdo, es verdad, no nos han presentado correctamente. Kaden Nicolson- dijo extendiendo su mano por sobre la caja registradora. Lo miré dudosa por un segundo antes de estrecharla. 

- Caddie Duval- dije correspondiendo el gesto, estrechar su mano se sintió extraño, una pequeña corriente se desató por todo mi cuerpo al instante que recibí su contacto




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