El agua caliente de la ducha caía por mi cuerpo relajándome, ya había lavado mi pelo y mi cuerpo, pero decidí disfrutar del baño algunos minutos más. Cuando decido que ya es suficiente, cierro el tomo de agua y salgo de la bañera para sacarme el pelo, enrollo la toalla alrededor de mi cuerpo y salgo del vapor del baño abriendo la puerta.
Pego un salto cuando veo a Kaden acostado en mi cama con esa actitud relajada que tanto lo caracteriza, como si fuera dueño del mundo. Mierda. Estoy prácticamente desnuda frente a él, lo único que cubre mi cuerpo es la maldita toalla y no es suficiente ¿Por qué carajo no me vestí con la ropa interior al menos? Kaden despegó su mirada del techo y la giró hacia mí mientras me sonreía.
- ¿Me extrañaste estorbo?- dijo recorriendo mi cuerpo con su mirada, de una forma no muy sutil, que hizo que casi me caiga al piso ya que mis piernas comenzaron a flaquear
- ¿Qué carajo crees que haces en mi habitación?- dije apartándome de la puerta del baño. Quería al menos ponerme la ropa interior que estaba sobre la cama pero de ninguna forma podía vestirme enfrente de él... y en ese segundo me di cuenta de que él la estaba mirando mientras sonreía de manera traviesa. ESTA MIRANDO MI ROPA INTERIOR.
- ¿No te había mencionado que pasaría a visitarte?- preguntó haciéndose el inocente
- Se supone que lo decías en broma, no puedes entrar así en las habitaciones ajenas. No sabes que es lo que podría estar haciendo- le reproché cruzándome de brazos para evitar que la toalla se caiga.
- Y me pregunto ¿Qué es lo que podrías estar haciendo que sea tan íntimo?- dijo sentándose sobre el extremo de la cama, ahora estaba más cerca ya que yo estaba parada justo en frente de él, me tenía perfectamente a su alcance.
- Podría estar teniendo sexo, por ejemplo- contesté a la defensiva, solo para molestarlo, jamás me atrevería a llevar a nadie a esa casa, pero quería probar mi punto, es estúpido lo sé. Sonrió mientras abría los ojos con sorpresa.
- ¿De verdad? ¿Tienes novio Caddie?-
- ¿Te importa?- contraataqué
- Tal vez...- dijo parándose, ahora que volvíamos a estar en esa tan peligrosa cercanía pude admirar su bellísimo rostro, mi corazón bombea sangre a la velocidad de la luz, agradezco la oscuridad de la habitación para que no se percate del color rojo de mis mejillas.
- ¿Y que si lo tuviera?-
- Sería interesante...pero no hubieras dejado que te bese o te acaricie ¿cierto?-
- ¿Por qué no?- su sonrisa seguía intacta, y lentamente yo estaba retrocediendo, hasta que mi espalda hizo contacto con el mueble que tenía el espejo por encima de este, casi sin darme cuenta me tenía acorralada otra vez, tragué duro cuando noté que su mirada se oscureció. La tensión se hacía cada vez más notable entre nosotros y él me tenía atrapada a su gusto.
- Tienes razón, después de todo, disfrutas de que te toque- aseguró cuando apoyó su frente contra la mía y mi corazón comenzó a acelerarse a pasos agigantados, entreabrí los labios de forma inconsciente, como cada vez que lo tenía a esa corta distancia.
- Tengo tantas ganas de probarte Caddie- dijo pasando su mano por mi mejilla mientras yo lo observaba- De hacerte temblar de placer, de hacerte mía...- dijo casi sobre mis labios, no podía alejar mis pensamientos más allá de su contacto, todos mis sentidos estaban puestos en él, como si no existiera nada más. Olía a una mezcla de perfume masculino, cigarrillo y menta... simplemente delicioso.
Sus manos fueron directamente a mis muslos y los apretó mientras me subía al mueble, sentada allí con mis piernas alrededor de su cuerpo pude sentir lo duro que estaba contra mí, ahora apretó la piel desnuda de mis muslos con más fuerza, acercándome aún más a su boca y provocando que yo gima prácticamente encima de sus labios. Nuestros ojos se brillaban con deseo e intensidad deseosos de sentirnos. Yo sentía todo mi cuerpo arder y mi cuerpo palpitando bajo su contacto, sus manos estaban muy cerca de mi parte sensible y su boca demasiado cerca de la mía, casi llevándome a la locura.
- Bésame Kaden, por favor- mi voz sonó como una maldita suplica, pero yo soy débil ante la tentación que él representa para mí y lo único que quiero en este preciso instante es que me bese. Sus manos me apretaron aún más contra su anatomía y en ese segundo, cortó nuestra distancia para reclamar mi boca como suya.
Nuestras bocas se unieron en un movimiento brusco y desesperado, pero en perfecta sincronización, temblé de cuerpo entero cuando su lengua hizo contacto con la mía. Sus labios contra los míos me generaron demasiadas cosas, era un beso brusco, necesitado, completo de deseo y hasta posesivo.
No pude evitar rodear su cuello con mis brazos para poder besarlo aún más, dejando la cordura y la vergüenza de lado, ansiosa por el contacto de nuestras bocas, profundicé el beso apretándolo contra mí. Mi lengua se enredaba con la suya de manera exquisita, sus labios tomaban los míos de manera desesperada mientras que me alzaba tomándome con más fuerza y, sin dejar de tocarme por un segundo, nos tiró sobre la cama, lo que me hizo gemir otra vez contra su boca.
Todo en mi era fuego, su contacto es algo de lo que jamás podré olvidarme, es una fantasía hecha realidad, ninguna expectativa que haya tenido antes le hacía justicia a lo bien que sabía besarme, la forma que tenía de mover su boca contra la mía me llevaba a lugares impensados, haciéndome dudar si de verdad había besado a alguien antes, porque sin dudas tal deseo no lo había sentido jamás. Dejó mis labios para atacar mi cuello mientras sus manos acarician la parte baja de mi estómago, casi por llegar a mi notable humedad, no podía aguantar más.
- Kaden- gemí su nombre mientras él seguía besándome con ganas, sin descanso.
Con todo el placer que está recorriendo mi cuerpo, hundí mis dedos en su espalda descubierta, deshaciéndome de su remera para tirarla por ahí y comenzar a acariciar su pelo, él enterró aún más su rostro en mi cuello mientras yo tiro mi cabeza hacia atrás para darle más espacio. Lo único que nos separa ahora, es la maldita toalla que por milagro, aún sigue allí, impidiendo el contacto directo de nuestros cuerpos.