- Caddie- escuché en un susurro antes de sentir un beso en mi frente, al saber que era Kaden sonreí aún con los ojos cerrados sin ánimo de abrirlos- Despierta Caddie, no me hagas obligarte- no obtuvo respuesta por mi parte, segundos después tomó mi mentón antes de estampar sus labios contra los míos, lo que me obligó a mover mi boca contra la suya a modo de respuesta.
- Mucho mejor- respondí una vez que nos separamos y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos, me sonrió de vuelta antes de hablar
- Mueve tu hermoso trasero de la cama, ¿o quieres que alguien te encuentre dentro de ella vestida con mi ropa? Porque si es así, podemos retomar lo de anoche ahora mismo- mordí mi labio tratando de ocultar una sonrisa.
Le di un pequeño empujón en el hombro, me incorporé y salí de la cama para deshacerme de su camiseta y vestirme con el uniforme que había quedado dado vuelta en el otro extremo de la habitación, a decir verdad las piernas me dolían, Kaden no había sido demasiado gentil y aunque tenga marcas en mi cuerpo y me duelan absolutamente todos los músculos, quiero hacerlo otra vez, y seguir repitiéndolo hasta cansarme, cosa que era por completo imposible, ¿cómo cansarse de algo que da tanto placer? Kaden, aún acostado, observó todos mis movimientos mientras su mirada bajaba por mi cuerpo y mordía su labio inferior. Una vez vestida, mirándome a los ojos esta vez, me hizo señas hacia mi cuello, maldito Kaden, de seguro iba a tener que cubrir las marcas de mi cuello otra vez.
- Deja sonreír orgulloso, debes de parar con eso de dejar marcas en mi cuerpo- dije a medida que iba acercándome a él
- Amas que deje marcas en tu cuerpo, son recordatorios de que te hice mía ayer- dejó un beso sobre mis labios mientras yo le hacía señas para que se fije en su espalda, tal como predije anoche, había rayas rojas sobre su piel desnuda- Me sorprendes pequeño estorbo- dijo sonriente
- No eres el único que puede dejar marcas- esta vez yo le robé un beso.
Me acerqué a su puerta para salir de allí antes de que alguien se diera cuenta cuando me tomó por la cintura, dándome la vuelta y quedando aferrada a su cuello volvió a besarme a su manera, volviéndome completamente loca, sonreí sobre sus labios antes de separarnos y robarle un pequeño beso. No me permitió salir en ese instante, tomó mi mentón nuevamente y me besó por última vez antes de poder abrir la puerta para salir.
- ¿Cuándo crees que podré volver a dejar marcas en ese perfecto trasero tuyo?- dijo cruzado de brazos apoyado sobre el marco de la puerta de su habitación. Me di la vuelta y lo miré indignada.
- Ya cállate- le conteste al tiempo que él me miraba mordiéndose el labio inferior, ¿cómo carajo puede verse tan sexy con tan solo respirar?
- ¿Por qué no vienes a intentarlo?- rodé los ojos, reprimiendo el deseo de hacer lo que me sugería para volver a caminar dirigiéndome sonriente hacia mi habitación, embelesada por sus perfectos y candentes besos.
Al llegar a mi habitación, cerré la puerta detrás de mí apoyándome contra ella con una sonrisa que no podía ocultar, mordí mi labio al pensar en Kaden y me acerqué al baño para poder cubrir las marcas que su boca había dejado la noche anterior.
Una vez que cubrí las notables marcas y terminé de arreglarme salí de mi habitación haciendo mi mayor esfuerzo por ocultar cualquier signo de lo que hicimos anoche, respiré hondo antes de bajar las escaleras y adentrarme en la cocina bajo la mirada de Jessie.
- Buenos días- dije sonriente ya acercándome a la alacena para preparar el desayuno.
- Buenos días- dijo antes de llevar la taza que tenía en las manos hacia su boca.
Comencé a cortar el pan antes de tostarlo, serví el café y el jugo, coloqué las frutas secas en un bol y luego de dejar todo perfectamente acomodado encima de la mesa pude sentarme. Llevé la taza a mis labios en cuanto Kaden me deleito con su sexy presencia entrando a la cocina, me sonrió y me observó durante unos largos minutos, me atraganté con el café y tocí un poco al recordar la noche de ayer... sus gruñidos contra mi oído, la forma en la que sus ojos me miraban, como sus besos dejaban marcas en cada centímetro de mi cuerpo, la forma en la que sus manos me tocaban...sentí mis mejillas arder. Ya deja de imaginártelo desnudo, no es el momento para cachondeos.
- ¿Estás bien?- preguntó Jessie mientras me miraba algo confundida
- Si claro, estoy perfecta. Solo me he atragantado- respondí rápidamente apartando mi mirada de Kaden que ahora había tomado asiento al lado de su hermana.
- ¿Segura que fue eso Caddie? - comentó irónico Kaden. Maldito egocéntrico.
- Emm ¿me he perdido de algo?- quiso saber Jessie mientras intercalaba su mirada entre nosotros dos
- ¿Qué? ¡No! Claro que no ¿qué podrías estar perdiéndote?- ¿fui demasiado obvia? Mierda. de seguro debo estar más roja que un tomate, ¿por qué mi cabeza tendría que jugarme una mala pasada justo en este momento? Sin dejar de mirarme, Kaden levantó las cejas sonriendo irónicamente, pude ver una clara pregunta reflejada en su mirada ¿En serio Caddie, nada pasó? ¿Hasta cuándo piensas mentir pequeño estorbo? Casi podía escucharlo pronunciar esas palabras. Jessie se cruzó de brazos como si supiera que le estaba mintiendo. Pues claro que se dio cuenta, digamos que no tienes madera de actriz.
- ¿De verdad no hay nada que quieran decirme?- volvió a insistir. Vi a Kaden inclinar su cabeza hacia abajo al tiempo que pasaba su lengua por sus perfectos dientes blancos.
- Nada hermanita, ¿hay algo que tú quieras decirnos?- refutó él.
- No, y no creas que no me doy cuenta de lo que estás haciendo, evades mi pregunta. Algo pasa entre ustedes dos, no soy idiota- si tan solo supieras amiga...
- No, claro que no pasa nada- me defendí, no quería tener que mentirle pero en mi defensa no tengo idea de cómo llegaría a reaccionar si se entera.