Lo vi en la fiesta de un amigo yo tenía 13 años, se acercó a mí no porque fuera la niña más linda en la fiesta si no porque estaba sola y aparentemente aburrida, él tenía 17 y tocaba la batería en la banda invitada. A media fiesta hubo un alboroto en el que todos bailaron y el intento subirme al escenario pero me apenaba tanto que no lo deje hacerlo. Ahora que lo recuerdo en ese preciso momento no note lo atractivo que era.
Regrese temprano a mi casa, sin saber su teléfono, ni su dirección, ni su nombre, pero sobre todo sin saber si lo volvería a ver. Tampoco es que me importara solo era un chico lindo de esos que te topas de vez en cuando y te hacen cuestionarte cómo alguien tan bello pone su atención en ti aunque sea solo unos minutos. La verdad fue el primer chico que me hizo preguntarme eso.
Han pasado cinco años y lo sigo recordando lo suficiente como para no haber notado a ningún otro chico hasta hace unas semanas que me di cuenta que esta universidad tiene hombres verdaderamente atractivos. Pero, ¿se fijarían en una estudiante de primer año de la facultad de matemáticas? En fin yo ya tengo a mi “pintor de suspiros” -aunque es vagamente algo superficial y está claro no me ha hecho olvidar a un tipo cuatro años mayor que yo y que solo he visto una vez en la vida- vamos juntos a clase y estoy segura es de esos hombres que no saben cuan guapos son.
Él llega a la universidad al mismo tiempo que yo, a veces, nuestros autos son alcanzados por el semáforo al mismo tiempo. Yo lo noto pero no sé si el me nota. Es por eso que camino detrás de él guardando siempre distancia así al entrar al aula después que el saludaré sin pena.