AVELINE
No sé cómo tomarme todo el asunto de él volviendo a salir, sé una cosa, no me gusta. Podremos no estar en nuestro mejor momento, pero no significa que pueda hacer lo que quiera, lo único que aún me sorprende es con quien salió, el fantasma, no me alcanza solo con verla que ahora resulta ser su "cita".
¿Cómo fue que eso llego a pasar? Como sea, de cualquier forma, con ella las cosas jamás duran, por lo que solo es cuestión de tiempo para que este capricho acabe y pueda solucionar lo nuestro. Solo tengo que calmarme y no meterme, pronto todo esto va a acabar y no me va a quedar de otra que estar con él cuando eso ocurra, soy la única que lo conoce y siempre termina igual, dolido y enojado.
Me observo en el espejo terminando de arreglarme aun no me acostumbro a llevar el pelo corto, pero es más cómodo, debajo de los hombros con sus ligeras hondas. No importa cómo me vea siempre resalto, mis ojos celestes son llamativos y más de una vez me ayudaron a tener la atención de todos.
A pesar de ello, extrañaba la rutina de estar en casa, las vacaciones en Nueva York estaban geniales, pero ya me agotaba, ahora siento que vuelvo a la normalidad, mi vida real. Donde no tengo de que preocuparme, solo entrenar, ensayos y audiciones; solo me queda guardar lo último en mi bolso y volver a mis hábitos, ir al club y relajarme los últimos días de vacaciones.
Guardo todo lo que necesito para pasar un día fuera de casa y decido bajar a desayunar, siempre desayuno con Owen antes de irme y eso es un habito que no pienso romper, el muy idiota sabe preparar los mejores desayunos. Al bajar unas risas roncas se escuchan y el olor a huevos revueltos llega a mi nariz, entro en la cocina y no puedo pedir mejor vista de la que tengo delante.
Odio que sean tan unidos, se conocen de toda la vida y a pesar de todas sus peleas siempre consiguen arreglarlo, es irritante tener que verlo a causa de Owen. Donde uno está el otro lo sigue, tan así que ahora resulta ser que ahora ira a nuestro instituto, claro preferían cambiarme a mí, pero no quería, no los complacería luego de todo lo que hicieron.
Owen con su inconfundible pelo castaño y ojos café, está sentado sobre la encimera pasando lo que le pide el rubio quien cocina con el torso desnudo, agradezco que luego de su "cita" haya venido, jamás viene a la casa después a no ser que por cierta persona salgan terriblemente mal. Lo cual me llena de orgullo, saber que no tuve que hacer nada esta vez, sabía que el fantasma se encargaría de eso sola, jamás fue alguien de salidas o chicos es más llegue a pensar en su momento que era lesbiana, pero quien soy para juzgar tuvo suerte que él se haya fijado en ella.
—Hay algo para mí —digo terminando de entrar en la cocina y tirar mi bolso al piso.
—Recién nos despertamos, sirve la mesa y con suerte te dejamos las sobras de Byron —dice Owen.
—Muy gracioso hermanito —digo sacando jugo del refrigerador—, hablando de la bestia ¿Dónde está?
—Con tu madre en la cama, al parecer estos días se encariño con ella, me va a costar separarlo.
Uno creería que las brujas se llevan con los gatos, tal parece que esta se encariño con un perro que lo único que tiene en común con ella es su color negro, negro como su alma escasa de sentimientos. Sirvo jugo en un vaso y me acerco a Owen tendiéndole el vaso, me abraza y besa mi cabeza mientras me acomodo contra él para ver mejor, sus ojos azules se ven cansados y con grandes bolsas debajo de ellos.
—Luces fatal —digo ganándome una sonrisa fingida—, te fue mal —afirmo.
—Le fue como le fue, no te metas —espeta Owen devolviéndome el vaso—, no lo aturdas ya demasiado con que cocine.
—Como si no le gustara, cocina delicioso —digo sacando un poco del sartén y probando—, exquisito, casi recuerdo cuando lo hacíamos juntos.
—Te recuerdo que no tienes que recordarme esa época de mierda —dice con la voz ronca mirándome con desdén.
—Pero que mierda te pasa ahora —espeto furiosa separándome de Owen para empujarlo—, desde cuando me hablas así.
—Desde que me canse de tenerte cerca Aveline —grita enfrentándome haciendo que Owen baje de la encimera—, no pienso decirte nada de lo que paso anoche, pero esta vez te quiero lejos de nosotros. Si te metes y lo arruinas me pierdes y me va a importar muy poco tener que ver tu cara de mierda cada vez que venga o acompañes a Owen.
—Ahora resulta ser que te importa alguien más, recuérdame a quien le decías te amo y a quien buscabas cuando no querías estar solo ni un segundo —grito volviendo a empujarlo, pero no logro moverlo—¿Quien fue la que te ayudo con todas esas perras pretenciosas? ¿Quien estuvo el día que te lesionaste? ¿Quién?
Owen me agarra del brazo cuando Byron llega ladrándome, ahora ese estúpido perro viene a agarrársela conmigo, empujo a Owen a tiempo que agarra ese maldito animal. No sé qué mierda pasa hoy, la única vez que peleamos así fue la última vez que rompimos, esta no se la dejo pasar, no sé quien piensa que es, pero no pienso permitirle hablarme así.
—Cálmate alteras a Byron y apoyo a Junior, esta vez no te conviene entrometerte —dice Owen lo más calmado que puede—, supera de una vez lo que tenían, murió hace tiempo y adivina, ya no le importas.
—Vete a la mierda estuve con él cuando más te necesito, que estuviste haciendo cuando se la pasaba en el hospital todo el tiempo —grito enfrentando a Owen calmando al alterado animal.
—Estaba haciendo lo que le pedí, no quería la lastima de nadie, pero hay estabas, aprovechando el momento —dice tomando una profunda bocanada de aire para calmarse—. Tienes que superarlo Aveline, intente ser tu amigo, pero si no aceptas que acabamos no poder seguir forzando las cosas, llegue al límite.
—¿Forzar? El único que parece no aceptar las cosas acá no soy yo, que se supone que tengo que hacer, esperar a que otra perra pretenciosa te defraude para que vengas corriendo...