Inferno

1 - El Equilibrio

 


Aquello que mantenía el orden....

Aquello que mantenía todo en su lugar...

Y aquello que nos hacia mantener de pie antes de caer y de que la gravedad se encargará de tomarnos y reclamarnos como suyos.

Tomó con mucho cuidado las cuerdas de mano en mano provocando así que las dos bolitas de metal se movieran de esquina a esquina simultáneamente sobre la delgada superficie, la mayoría de estudiantes la rodeaban con un tanto de interés y curiosidad—, hasta de asombro, el profesor  veía con mucha cautela cada uno de sus movimientos esperado que cometería almenos un error y que confirmara que todos sus estudiantes eran unos perdedores incapaces de entender algo.

—Las dos bolitas de metal sobre el hilo representa el equilibrio como tal, el imán que se encuentra en cada extremo— les mostró sus manos y prosiguió—Representan a la gravedad y hace que las pueda mover a mi antojo pero que no se encuentren ni se choquen así mantenido el orden de éste.

Le dijo por último aún moviendo y moviendo el hilo sobre el cual estaban las bolas de metal un rato más para que apreciarán que no estaba equivocada.

Y eso hizo que el maestro Patricio no perdiera la fé en la humanidad un poco menos.

—Entendiste como era el concepto del mantener el equilibrio en su lugar y la causa que tendría que no fuera así, como también lo importante que es la gravedad en el tema. Larissa Fyre, tienes un díez.

Le  dijo el maestro y sonrió con mucha satisfacción mientras detenía sus manos y  también escuchaban el aplauso de los que la rodeaban. O sea sus compañeros de clases porque era la única que había tenido un trabajo exelente.

Cuando se quitó las gafas científicas de inmediato sacó su libreta para tachar.

 

Sacar un diez en la clase de física. 

 

Guardó todas sus pertenencias en su mochila y se dispuso a quitase también la bata de laboratorio para después dejarla en su lugar correspondiente.

—Presiento que eres su favorita— comentó Cass a su lado provocando que colocará los ojos en blanco de menera inevitable.

—Presiento que te importó mierda el trabajo.

Comentó sincera y recordando cómo había sido su exposición en el laboratorio—, después solo caminó hasta salir del salón sintiendo la presencia de algún ser a su lado.

Uno que le parecía fastidioso aunque fuera lo más cercano que tenía en esta institución.

—Has, es que Patricio tampoco es muy agradable, me colocó un tres.

De verdad que si era fastidiosa en un poder extremo.

—Llevaste un globo lleno de helio—le recordó tajante.

—¡Por eso!.

Exclamó la chica pensando que merecía una calificación mucho más alta de la que le habían dando, aunque pareciera lo contrario.

—Y lo soltaste para que todos nuestros compañeros jugarán con el.

—¡Representando la gravedad y el equilibrio!—alzó la voz un poco histérica porque nadie pudo entender su punto de vista.

—No representaba ni la gravedad, ni el equilibrio. Nunca llegó a el piso si ese hubiera sido su objetivo, tampoco tenía algo dentro pesado ni mucho menos.

Le explicó dejandolo claro o almenos eso entrando de hacer porque Cassandra tenía más metido en su cabeza que era mejor que una tonta nota de "tres"—, ante la frustración solo despeinó un poco su cabello después de hacerle una mueca disgusto.

—Bien señorita sabelo todo, vamos a comer que tengo ambre.

Le dijo pero Larissa hizo una mueca y ella al instante rodó los ojos entendiendo a la perfección que era lo que pasaba por la cabeza de aquella demente que había decidido juntarse solo porque era la mejor de la clase.

—Ire a la biblioteca a repasar mi ensayo de filosofía.

Eso solo provocó que la chica se cruzara de brazos sobre sus pecho para después preguntarle:

—¿Tú descansas o algo parecido?, ¿O eres una computadora que acopla información para destruir el mundo después?.

—Tengo que sacar un diez si o si y eso no está en discusión, además la cafetería es horrorosa igual que tú presencia.

Cass debió de haberse ofendido como cualquier otra persona al escuchar lo último pero solo reconoció su sarcasmo detestable provocando solo que le lanzara una mirada rara y como si estuviera loca.

Aunque ella no podía juzgarla.

 

—Tú y tu obseción con el estudio. Mírate tu ropa sin arrugas, combinada, tu cabello bien peinado y tu cara limpia—se acercó más a ella para pasar su nariz y olerla—Hasta hueles a fresas, joder— mascullo.

—Almenos sabes distinguir los olores rarita, adiós.

Y dió la vuelta para cambiar su camino dejando a su compañera de clases pensando que había venido de otro planeta o algo parecido.

Se metió a rebuscar entre los estantes de libros buscando la zona de fantasía y libros sobre la diversidad de las distintas criaturas escritas, un par de estos le bastarían para terminar de estudiar y aprovechar que la mayoría de los estudiantes estaban en el almuerzo, lo que significaba que tendría el internet mucho más para ella, paz y silencio.

Cuando llegó a una mesa, sacó sus lápices y les saco punta, los acomodó exactamente igual e hizo que quedarán parejos, lo mismo hizo con los resaltadores y bolígrafos sin contar el orden de los libros. Se dispuso a ocupar uno de los computadores que estaban a la disposición de los estudiantes por unos cuantos minutos llevando memorizado todo lo que tenía que meterse en la cabeza.

—Larissa Fyre— escuchó y cerró un momento los ojos buscando paciencia dentro de si misma para no decir palabras que no quería decir.

—Wes.

Dijo a duras penas mirando a el chico que mantenía sus manos metida en su sudadera y le parecía interesante su personalidad.

—No sospeché que estarías aquí como todos los días en el almuerzo— comentó el chico con con cierto tono de sarcasmo.

—No sospeché que tus padres aún no te mandaban a un loquero— soltó tajante y volvió a apretar el lapicero para seguir escribiendo.




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