Capitulo 14
Luego de das palabras se formó un silencio en la estancia sumamente incómodo, Gabriela no comprendía y Oliver lo entendía todo, sabía cómo eran sus padres pero cometió el error de pensar que habían cambiado con el pasar de el tiempo y con las experiencias vividas y se golpeó mentalmente por lo que estaba a punto de ocurrir y que ya no podría evitar.
- Una vendedora! - escucho la voz de Lucia furiosa - te enamoraste de una simple vendedora - dió con el puño a la mesa tan fuerte que retumbó todo lo que estaba sobre está y dejo a los presentes petrificados mientras que miraba a su hijo enojada y él la miraba retante.
- Y eso tiene algo de malo? - pregunto dispuesto a enfrentarla por Gabriela quien estaba callada con la vista perdida después de lo que había escuchado.
- No lo tendría si tú no fueras nuestro hijo - respondió - o si tú no fueras quien eras! - siguió gritando histerica - eres un arquitecto famoso, un empresario millonario y ella una vendedora de una tienda para hombres, bonita reputacion ha de tener.
- Basta ya mamá - Gabriela estaba asombrada tanto por los gritos de Lucia como por el enojo de Oliver, jamás en todo el tiempo que llevaban conociéndose lo había visto así - no te permito que la ofendas de esa manera - se levantó, tenían la misma mirada de enojo, fría y destructora - ella es una mujer decente, mucho más de lo que lo son otras - aseguro.
- No consiento esta relación - dijo la mujer.
- Es tu problema - dijo él igual de molesto - voy a seguir con ella te guste o no - aclaro - ya no pienso seguir haciendo tu voluntad mamá espero lo entiendas - se acercó a Gabriela - así que con permiso - la abrazo ayudándola a levantar - nosotros nos vamos - se despidió guiandola a la salida - buenas noches.
Después de salir de la gran casa Oliver miro a Gabriela se mantuvo callada, no emitía palabra alguna solo se limitaba a observar por la ventana del auto conteniendo las lágrimas, él se culpo por aquello ella le había dicho que ese era su miedo y la había llevado a la boca del lobo dejándola allí, casi a la deriva. Sabiendo que no la podía llevar asi a su casa decidió pasar primero por su departamento para calmarla y poder hablar con su novia acerca de lo sucedido.
Gabriela estaba tan sumida en sus pensamientos mientras recordaba todo lo que había ocurrido que no se dió cuenta de el tiempo que había transcurrido y tampoco se había percatado de dónde estaban hasta que se sentó en un cómodo sofá dentro de un lujoso, amplio y hermoso departamento y Oliver estaba frente a ella hablándole y observándola.
- Gaby - la llamo sacndola de su trance ella lo miro atenta - estás bien? - nego soltando al fin las lágrimas retenidas durante un rato sintiéndose mal, jamás la habían tratado y ofendido de aquella forma, y se sentía peor por haber llorado ella no lloraba así desde que tenía 10 años, Oliver al verla llorar así la abrazo acariciando su cabeza intentando consolarla - Gaby - susurro - no sabes cuánto lo siento mi amor - suspiro - lo siento de verdad, soy un idiota no debí haberte llevado allá y permitir que eso llegará tan lejos - ella sollozaba.
- No es tu culpa - trato de sonar más tranquila.
- Por supuesto que sí - beso la coronilla de su cabeza - tu no querías ir, me lo dijiste y yo insisti aún sabiendo cyomo es mi madre - miro sus ojos color café enrojecidos de tanto llorar - pensé que después de ciertas experiencias habrían cambiado pero... - nego - lo siento - tomo sus manos entre las de él.
- Es que sabes? en. ierto modo ellos tienen razón - bajo un momento la cabeza cerrando los ojos, eso hizo que Oliver se sintiera peor, levantó la cabeza de nuevo - a quien se le ocurre pensar que tú te podrías enamorar de mi? - dijo - yo sé soy una mujer, valgo mucho y todo eso pero... soy una vendedora tu un importante empresario, de ciertas forma es lógico que no me acepten, en su opinión no soy suficiente.
- Te amo - confesó Oliver sin más.
- Que? - estaba atónita por lo que acababa de escuchar.
- Te amo - le repitió.
- Oliver estamos hablando del rechazo de tus padres hacia mi y tú me dices que me amas? - pregunto incrédula.
- Si, por qué te amo - sonrió, ella intento no hacerlo pero tuvo que ceder, era Oliver.
- Ay eres imposible ! - nego sonriente.
- Pero te amo - repitió de nuevo - y escúchame bien, no importa lo que ellos piensen o digan, tú para mí eres más que suficiente y eso basta - acaricio su mejilla con el pulgar - no lo crees? - Gabriela suspiro y y luego asintió - entonces tú seguirás siendo mi novia y punto.
- Gracias por hacerme sentir mejor - lo abrazo y el correspondió.
- Por nada - quitó un mechon de cabello de su cara con ternura - vamos a tu casa si? - dijo Oliver - o de otra forma tu padre me matara por raptarte hasta tarde - bromeó haciéndola reír y asintió.
Cuando Oliver la dejo en su casa la acompaño hasta la puerta, ya pasaban de las 8:30 y era relativamente tarde.
- Hasta mañana linda - se despidió.
- Hasta mañana - susurro.
- Sálvame la vida y no le digas a tu papá que pasamos por mi departamento si? no quiero que piense algo que no es - pidió.
- Tranquilo, no le diré nada, no quiero que te maten, además no paso nada grave - sonrió, él asintió y justo cuando se iba - Oliver - lo llamo el se dió la vuelta observándola, ella se acercó y le susurro algo al oído haciendolo sonreír también - yo también te amo - dijo y eso sus labios juntando los fugazmente para luego volver a la puerta abrirla y recostarse en ella cuando estuvo dentro dejando un risueño y cada día más enamorado Oliver