<<Jili>>
Aun no puedo creer que este tipo sea el hijo de la amiga de mamá y el que se quedara en esta casa fastidiándome.
Bueno, tampoco es tan malo, al menos lo tendrás para ti solita, no podemos negar que está para chupárselo.
Dijo mi subconsciente, bueno no negaré que... ¿ que? Claro que no.
Todavía estaba parada al frente de ellos y mi cara mostraba total asombro como para que mi madre me viera con el ceño fruncido y Zack me mirara con la típica sonrisa.
- Te quedaste sin palabras, Jili?- pregunto Zack rompiendo el silencio que reinaba en la cocina.
- Creo que es mejor dejarlos solo para que se presenten mejor- dijo mi madre saliendo de la cocina y mirándome con reproche.
Después que mamá salió de la cocina nos quedamos en total silencio, Zac me miró de arriba a abajo y cuando termino de examinarme me miro con una sonrisa ladina en sus labios.
- Que tanto me vez?- logre decir
- Veo que has crecido mucho.
- Hablas como si me conocieras desde antes- dije con duda sentándome en la silla en la que estaba mamá quedando al frente de el.
- Créeme te conozco más que nadie, Jili- dijo en tono cerio y muy seguro, a decir verdad este tipo me está hartando.
- Mi nombre es Ana por si no lo sabías ¿ Y quien te dijo que me llamo así?- dije levantándome de la silla con el ceño fruncido.
- De verdad no me recuerdas?- dijo un poco preocupado.
- De verdad no se quien eres Zack-dije y al ver la cara de desesperación que puso suspire- lo siento, si te recuerdo pero de hace unos minutos cuando chocamos pero no se nada de ti.
- Bueno está bien, no insistiré más pero eso no quiere decir que voy a dejar de llamarte, Jili.- dijo como si de pronto intentara evadir el tema.
- Eres un idiota- dije en fastidio saliendo de la cocina.
- Ni siquiera me conoces y ya me estás diciendo idiota- dijo siguiéndome
- Pues no te conozco pero ya me estoy dando cuenta de lo idiota que eres- dije subiendo las escaleras.
Mire mi celular y ya eran las 7: 50, joder, ya es tarde tengo que irme, gire mi cabeza y me di cuenta de que Zack aun me estaba siguiendo.
- Que rayos haces, ¿Piensas entrar a mi cuarto o que?, que estuviéramos conversando un rato no quiere decir que somos amigos- dije encarándolo.
- conque dejas entrar a tus amigos a tu habitación eh- dijo alzando las cejas.
- Claro que no y además no te tengo que dar explicaciones- dije poniendo mi mano es su pecho para apartarlo- ahora aléjate que tengo que ir a la escuela y me estorbas.
- Hija, no iras hoy a la escuela, ya hable con la directora y te a dado el permiso- dijo mamá saliendo de su habitación que queda al frente de la mía, de inmediato me alejé de Zac.
- Mama, pero yo quería ir a la escuela- dije mirándola.
- Si, pero hoy le daremos la bienvenida a Zack y haremos una cena- dijo bajando las escaleras, me gire para ver a Zack y este tenía una sonrisa victoriosa de inmediato lo fulminé con la mirada.
Baje la mirada al suelo y me encuentro con unos zapatos ¿ De que marca? Pues no se pero se
ven que cuestan mucho, estos son negros, me dedico a levantar un poco más la mirada para encontrarme con unos pantalones finos de color negro, alzo un poco más y me quedo mirando su bulto.
Qué haces, Ana?
De nuevo bajo la mirada a sus pies y me doy cuenta de que no me avía percatado de que los tiene bien grandes.
Pero que mente tan perversa tienes Ana!!
- Mis ojos están aquí, Ana- dice Zack sacándome de mis pensamientos impuros ¿Pero que joder estaba pensando?.
-Eh- fue lo único que alcance a decir.
- Te estoy diciendo que mis ojos están aquí- dijo señalando la parte de la cara en la que se encuentran sus ojos- acaso te gustan mis pies?- pregunto con una sonrisa un poco atrevida.
- Para nada- dije lo más tranquila- la verdad son muy feos y... grandes- las palabras salieron de mi boca y su sonrisa se hizo aun mas grande al escuchar lo que dije y dio un paso más a mi.
- La verdad, eso no es lo único que tengo grande- dijo bajando la mirada a su entrepiernas, la verdad si, se veía bastante grande.
- Hey! Todavía estoy aquí- dijo chasqueando los dedos ni siquiera me había percatado de que el ya había alzado la mirada.
- Ay!- dije en fastidio- ya vete, déjame en paz.
- Eres bipolar o que?- dijo un poco confundido- hace un poco te vi muy emocionada con mis pies- dijo en tono burlón.
- Claro que no, ya te dije que tus pies son muy feos y además no me gustan para nada- dije girándome para tomar la manilla de la puerta de mi habitación.
Vamos linda, sabes que es todo lo contrario a no gustarte, zorra pervertida.
Ya cállate, aveces empiezo a pensar que estoy un poco loca.
- Eso no fue lo que dijo tu cara hace un momento- dijo metiéndose las manos en los bolsillos.
- Ya cállate- dije serrándole la puerta en la cara.
- ZIBA- escuché que dijo pero no le preste atención.
Editado: 23.06.2023