MICHAEL
Al día siguiente…
Suena el timbre de salida, causando una celebración en mi interior.
Todos mis queridos compañeros de clase salen, entre ellos Hadley, Noah Fletcher y el rubio nerd, ahora sin lentes.
Observo a la pelirroja, quien raramente se queda sola.
Nathan y el lector compulsivo se fueron a la cafetería con una pelinegra de cabello corto; La Rockstar.
Danvers se dirige al campo de fútbol.
La sigo.
Quiero golpearme por lo que estoy haciendo pero, siento que algo me llama.
Espero unos metros antes en la enfermería.
Ella entra al mismo y puedo escuchar el sonido de una moneda rodando.
Me acerco hasta la entrada de mi lugar de entrenamiento y veo a la joven meterse debajo de las escaleras que conducen a las bancas del público.
La duda me inunda.
¿Qué diablos hace?
Luego de unos segundos, no la veo, pero escucho como se queja.
Incertidumbre viene a mí.
Pasados algunos minutos, al no verla salir, decido ir a ver qué demonios le pasa.
Entro a mi lugar de entrenamiento, y agacho la cabeza para entrar debajo de las grandes y largas escaleras.
Avanzo rápidamente y al final de los viejos escalones me encuentro con una escena para nada agradable.
El malnacido de Logan Peterson con una botella de ron. La tiene acorralada. Intenta abusar de Hadley. Le ha quitado la camisa y… ¡Mierda! También el brasier.
Lo único que la cubre, a duras penas, son sus blancas y delicadas manos.
Logan le tapa la boca con una de sus sucias manos y con la otra, intenta quitar las de ella de sus grandes pechos.
Con la sangre a ochocientos grados Celsius, lo tomo de la corbata, salgo ahorcándolo y tirándolo en el césped.
Tose como un loco.
Le regalo una enorme patada con mis duros zapatos en su costado y éste se retuerce entre el corto pasto.
-¿¡QUÉ MIERDA ESTABAS HACIENDO, LOGAN PETERSON!? ¿¡CÓMO TE ATREVES A METERTE CON ELLA!? ¡TE BETARÉ DEL EQUIPO! ¡MALNACIDO DESGRACIADÍSIMO! –Grito dándole varios puñetazos
-¡BASTA! ¡D-déjame! –Intenta gritar, quejándose bastante ebrio
-¡NO! ¡NINGUN “BASTA”! ¡NO BASTA! ¿¡Cómo te atreves a abusar de mi nov- de Hadley!? ¿¡Ah!? ¿¡Perdiste la cabeza, o te la quito!? –Pregunto empujándolo al suelo frondoso y verde cuando se levanta
-¡Perdón! ¿S-sí? ¡Estoy algo tomado! ¡Ando ido! –Dice a gritos con la típica voz de borracho
-¿Sí? Pues yo te traeré de vuelta a la Tierra –Digo tomándolo de la camisa
-¡Basta, Michael! –Grita la pelirroja desesperada apareciendo, con la camisa fuera de la falda y desabotonada
-¿Cómo que basta? ¿¡No recuerdas lo que te hizo este maldito hace unos minutos!? ¿Ya tienes amnesia o qué? –Pregunto mirándola incrédulo
-¿N-no ves lo borracho que está? –Me pregunta señalando a Logan con su delicada mano- Y-ya tuvo su merecido.
Sin más remedio, suelto a Peterson. Éste se larga corriendo. Casi cayéndose en el verde suelo.
Me acerco a la temblorosa Hadley y la rodeo con mis brazos.
Sus piernas parecen de gelatina.
La abrazo de la cintura y ella me aprieta con fuerza.
Siento algunas de sus lágrimas en mi camisa.
Acaricio su cabeza lenta y delicadamente. Observo a Danvers y ésta cierra los ojos, calmada y sonriente. Le gusta.
Suelto una risilla.
-Gracias, Michael –dice rozando mi pecho con su cara
-De nada, Had –digo celebrando en mi interior al escuchar mi nombre salir de su boca de nuevo.
Le abotono la camisa, la meto dentro de su falda. Se sonroja demasiado cuando mis dedos rozan su… gran retaguardia. Yo le sigo. Finalmente, acomodo su corbata.
Tomo su bello rostro entre mis manos. Veo sus labios con deseo.
Siento su mirada sobre mí.
Ella sabe lo que quiero.
Se pone de puntillas y roza su nariz con la mía. Me sonrojo.
Su aliento a nutella hace cosquillas en mis labios.
No podré aguantar más.
Me está provocando.
Hadley me tortura.
-Hadley… -susurro suplicante
-Tendrás que ganarte mi confianza para que esto… pase –dice frotando sus labios delicadamente contra los míos de un lado a otro
-Mierda, Hadley. No me hagas esto… No… –suelto cuando mordisquea mi labio inferior y lame con suavidad el superior. Gimo.
Coño.
Mi amigazo se levanta, haciendo que el pantalón me apriete.
La mano de la pelirroja desciende desde de mi pecho hasta mi vientre. La tomo con fuerza cuando está por tocar mi miembro erecto.
-No… toques. Eso, no se toca. –Reprendo y ella me mira haciendo un berrinche- Eres más muérgana de lo que imaginé, Hadley. Cada vez me sorprendes más –confieso. Ella ríe triunfante. Mi miembro retorna a su normal estado. Rio con ella. Luego me pongo serio
-¿Y tú queridísimo Deadwyler? ¿Venías a verlo a él? –Pregunto viéndola fijamente. Ella asiente
-De hecho, sí. Quizás tuvo algún inconveniente –dice alzando los hombros
-O quizás ya te haya reemplazado –suelto burlón
-Soy irremplazable ¿Qué te pasa? –Me responde toda diva. Carcajeo en voz baja
-Y… ¿Ya le has hecho cosas como estas a tu cabellos de oro? –Pregunto acariciando su mano, que permanece en la mía
-No hemos llegado hasta este nivel –confiesa agachando la cabeza unos milímetros
-¿Esperas que lleguen? –Pregunto esperando su respuesta mientras me muerdo el interior de la mejilla
-Tal vez –contesta bastante dudosa
-Te veo muy dudosa, Hadley –espeto alzando las cejas y mirando hacia un lado