Inmunes

16

Hunter

—¡Kyle! —April intentó detenerlo—. ¡No! —, pero la sujeté.

Kyle abrió la puerta, salió y comenzó a disparar, con esa pierna lastimada, a todos los infectados que nos esperaban desde el otro lado de la puerta.

Ahora April podía confiar en Kyle.

Él hombre que sacrificó su vida por nosotros.

—¡Vamos! —y debíamos valorarlo—. ¡Date prisa! —Kyle no los detendría mucho tiempo.

Cargamos todo y corrimos por al pasillo.

Bajamos las escaleras y llegamos a la recepción. Él único lugar libre de Infectados que conducía con la entrada.

Un camino que solo debíamos cruzar.

—¡April! ¡Apúrate!.

—Ya voy —pero le era muy difícil a April seguir, después de lo que pasó.

Oíamos las armas siendo disparadas y a Kyle gritando con todo su corazón, mientras que nosotros corríamos al auto.

Sin duda la evidencia final de que Kyle era bueno.

—Ap —tener que subir a un auto a lado de la chica que hacía solo unos segundos intentó volarle la cabeza a Kyle por no decir quien era fue de lo más difícil—, no podemos esperarlo.

—Por favor —April batalló demasiado para digerirlo—. Solo cinco minutos.

—Tenemos que irnos.

—Hunter.

—Él dijo que lo hiciéramos —y su rostro reflejaba demasiada culpa, como sí hubiese deseado estar en su lugar—. No podemos esperarlo —¡Debíamos seguir con el plan!

—¡Hunter! —encendí el auto y arranqué tan rápido como pude—. ¡No!

—Lo siento —yo también sentía culpa, pero debía enfocarme en la realidad.

Kyle hizo lo correcto por nosotros y April tenía que entenderlo.

El camino estaba despejado teníamos el radio, un iPad, armas, provisiones para una semana y las autopistas estaban vacías.

Pero eso no significaba que...

—¡Oh no! —...encontráramos un camión en la estación donde solíamos bajar a orinar.

Tal vez no era la manera más ética de pedir ayuda...

—¡April! —...pero sí la más sensata.

No me imagino la tortura que vivía dentro de su consciencia.

Despertar, ver ese sacrificio y...

—¡Acelera! —... tomar el papel de la francotirador.

Ahora sí estábamos dentro de un vídeo juego.

Normalmente tardaba dos horas en recorrer el camino de treinta kilómetros y ahora estuve obligado a reducirlo con la ventaja de ser perseguidos por unos comboys a los que April le arrojó un par de granadas.

¡KABLAM!

La explosión logró detenerlos, mientras que yo aceleraba.

Teníamos que llegar al portón.

—¡Rayos! —y toparnos con la sorpresa de encontrar un camión estacionado afuera de la casa.

¡Ahora lo entendí!

Xavier nos midió el tiempo para evitar eso.

Los infectados encontraron la ubicación de nuestro hogar, más no se veía que estuviesen sacando a alguien de la casa, eso tal vez podía ser una buena señal.

Quizás no llegamos tan tarde.

Solo teníamos la desventaja de ver a tres guardas vigilando la entrada.

—¡Mierda! —al vernos fue como crear una señal de alerta—¡Cuidado! —Ambos reaccionamos.

Nos inclinamos al momento que los guardias comenzaron a disparar.

Bang

Bang

Bang.

El impacto no nos lastimó pero sí perforó diversas partes del cristal.

—Hijos de puta —quien diría que mi auto era más resistente de lo que pensé— Esos malditos me las van a pagar todos los daños.

—De eso yo me encargo —en un momento así no era de tanta utilidad— por favor no te muevas—, a diferencia de April— veamos sí es cierto que esta cosa dispara 950 balas por minuto.

¿Quién diría que un rifle sería la perfecta forma de entrenar a alguien para usar eso?

—Vamos a ver —April quería imitar a Lara Croft

Abrio la puerta de su lado, bajo la ventaja y...

—¡Mueran miserables bastardos! —...grito con demasiada rabia, por todo lo que perdimos.

Los tipos siguieron actuando, pero April no apartó su dedo del gatillo.

Tiró durante veinte segundos, sin mirar a otro lado.

Solo veinte segundos.

—¡Rápido! —probablemente el tiempo que necesitaba para derribar los.

Bajamos del auto y corrimos a la entrada.

Los tres guardias tenían heridas que podían asesinar a un ser humano, pero al tratarse de infectados no podíamos confiarnos.

—Permitirme —y esta vez yo quería actuar.

Tomé una de mis armas, quité el seguro y apunté a la cabeza.

—¿Crees que puedes hacerlo?

—Imaginaré que es como el Xbox.

—Esta bien, solo recuerda lo que te dijo Kyle.

—Sí, no dejar que me tiemble la mano. —Quien diría que esta sería mi primera vez.

Apunté y...

Bang

...disparé

—Perfecto —dándole al infectado una digna muerte—. Ahora sigue el otro.

Bang.

Bang.

Me estaba volviendo bueno en esto.

Los otros dos tipos cayeron por alguien que apenas sí tenía control de lo que hacía.

—¡Vamos! —pero eso solo era el inicio— ¡Lacey! —abrimos la puerta y notamos que la sala estaba— ¡Rayos! —vigilada.

Otra vez nos enfrentábamos a tres tipos que no reconocíamos, mirándonos como a un montón de basura.

—Supongo que llegamos tarde a la fiesta de té —y esta vez no me iba a sentir con deseos de temblar.

Apuntamos y disparamos.

Como un salvaje...

—Recuerda —...que conocía la debilidad.— al cráneo.

—Lo sé April.

April derribó a los primeros dos dándoles en el centro del cráneo y yo solo respiré antes de dar mi primer disparo.

—Bien —April quedó sorprendida.

—Solo necesito algo más de practica.

Otros tres más fueron derribados.

Llevamos seis.

Y podía haber más.

Caminamos la cocina...

—¡Alto! —...y encontramos a nuestros amigos—¡Lacey!.



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En el texto hay: apoyo confianza, virus, uber

Editado: 17.10.2020

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